El Comité Español de Ayuda al Refugiado (CEAR) ha advertido de que las solicitudes de asilo en España podrían aumentar en 2022 en un 112% con respecto a las del año anterior y ha apuntado que, entre enero y abril de este año ya se han contabilizado unas 36.500.

La entidad ha presentado en el Congreso de los Diputados su informe anual sobre refugio y asilo en Europa y España, del que se desprende que, el año pasado, se registraron 630.000 solicitudes de protección internacional, principalmente en Alemania, Francia y España, de las que se han reconocido un 35%.

CEAR ha destacado que estas más de 630.000 solicitides suponen un "0,14% frente a la poblacion europea" y un "0,13% en el caso de España" lo que considera una cifra que, a su juicio, es "más que asumible" y ha llamado a luchar contra los "mensajes negativos continuos hacia las personas refugiadas". "Son cifras más que asumibles", ha apuntado la directora general de la ONG, Estrella Galán.

En relación a España, Galán ha apuntado que las solicitudes de proteccion registradas en 2021 superaron en un 26% las de 2020 hasta alcanzar las 65.404. La mayoría son de venezolanos y colombianos aunque, según el informe de CEAR, se ha registrado un aumento de peticiones de protección de ciudadanos de Marruecos, Mali y Senegal.

El porcentaje de resolución de las mismas, según ha apuntado la directora general de la entidad, es del 10,5%, superior al 4% que se declaraba en los últimos años pero, a su juicio, "muy lejos" de la media europea del 35%.

Obstáculos de acceso

Según ha señalado, esta situación se debe al "obstáculo" que tienen estas personas para acceder a estas solicitudes, tanto desde fuera del territorio español, como desde dentro. En el primer caso, CEAR ha reclamado la eliminación de los visados de tránsito para los ciudadanos de paises en conflicto y la creación de vías migratorias legales y seguras; mientras que en el segundo el problema, a juicio de la ONG, es la falta de medios, ya que, según han explicado, la formalización de las solicitudes están tardando entre 3 y 8 meses.

Tal y como ha apuntado Galán, estos plazos no son aceptables para un país como España y ha denunciado que está provocando la creación de un mercado negro de citas para estas oficinas a través de plataformas.

Del mismo modo, ha advertido de esta situación teniendo en cuenta el aumento que se espera en los próximos años en esta materia, comenzando por este 2022 que, según ha apuntado, ya ha registrado en los primeros cuatro meses más de 36.500 solicitudes, según los datos de Interior. "Esto es más o menos 9.000 peticiones al mes, es decir, que superaremos las 100.000 solicitudes este año, un crecimiento de un 112% con respecto al año anterior", ha declarado Galán.

El informe de CEAR también pone el foco en la situación de Canarias y, en concreto, en la respuesta del Gobierno a través de los "macrocampamentos" que se instalaron en el archipiélago. Aunque Galán ha señalado que conoce la intención del Ejecutivo de "transformar" estas infraestructuras, también ha mostrado su "miedo" a que esta situación "se cronifique" y estos campamento se conviertan "en espacios periféricos donde acumular migrantes", como ocurre en Grecia.

Además, se ha referido a la situación de los menores que llegan a las islas y que están esperando, según ha señalado, "la respuesta solidaria de las comunidades autónomas que no se está dando". "Hacemos un llamamiento a la solidaridad compartida y que se pongan los recursos necesarios para ello", ha indicado la directora general de la entidad.

Afganistán y Ucrania

Como suceso "preocupante", Galán tanbién ha recordado la crisis migratoria de Ceuta en la que entraron cientos de personas por la frontera con Marruecos. A su juicio, en esos días se vulneraron los derechos de muchas personas que fueron devueltas al país vecino. "Estamos valorando y analizando, pero creemos que se actuó indevidamente, hubo falta de identificacion de situaciones de vulnerabilidad", ha explicado.

Por el contrario, CEAR señala en el informe la actuación de las instituciones ante los conflictos en Afganistán (en el verano de 2021) y con la guerra en Ucrania (en 2022). A su juicio, son ejemplos de "cómo cuando hay voluntad política se puede hacer de otra manera" y, en este sentido, han llamado a "adaptar y ampliar" todos los servicios que se han puesto en marcha en los últimos meses, como los centros de recepción o la resolución en 24 horas de los permisos de residencia y trabajo para los refugiados, como el sistema habitual a realizar con las peticiones de protección de cualquier solicitante.

Del mismo modo, han llamado a usar la "narrativa positiva" que se ha realizado en los casos de los refugiados afganos y ucranianos con el restos de nacinalidades y utilizar estas experiencias en la UE para, según ha apuntado Galán, "demostrar a los estados miembros" que hay "dos formas de gestionar" las migraciones: Una "pésima", con "muertes" y "sufrimiento" que "no evita que las personas sigan llegando" y otra "ágil, positiva y eficiente sin criminalizar a los refugiados".

Petición de una activista afgana

En el acto ha estado presente la activista y refugiada afgana Malalai Joya, quien ha relatado la "brutalidad" con la que los talibanes se comportan en la actualidad con los ciudadanos de su país y, especialmente, con las mujeres. En su intervención ha hablado de detenciones forzosas, genocidios de minorías étnicas, eliminación de la educación y el trabajo para las mujeres o asesinatos deliverados a activistas o periodistas.

Según ha explicado, en la actualidad "más del 90% de la población de Afganistán vive por debajo del umbral de la pobreza y más de la mitad de las familias tiene desnutrición severa", llegando a "vender a sus hijos" o a "suididarse" por no tener comida para todos.

Para Joya, "la única forma de salvar Afganistán" en la actualidad es "la solidaridad entre las fuerzas progresistas" y "laicas". Además, ha recordado que las personas que huyen de su país lo hacen por "inseguridad, pobreza o desempleo" y que cuando llegan a su nuevo destino se tienen que enfrentar a "desafíos como el idioma o las diferencias culturales" en algunos sitios, mientras que en otros reciben "violencia y comportamientos inhumanos".