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Sanidad Jesús Aguilar Presidente del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos

«Las farmacias podemos jugar un papel fundamental en la sanidad»

El presidente del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos, visita Canarias para conocer los avances realizados en la integración de las boticas en el sistema sanitario

Jesús Aguilar posa en la fachada de una de las farmacias más antiguas de Tenerife, en Santa Cruz Carsten W. Lauritsen

La sanidad se encuentra en un proceso de reconversión, ¿la farmacia necesita un cambio?

Durante toda la pandemia nos hemos convertido en la primera barrera ante los ciudadanos, especialmente cuando a nivel primario nos convertimos en el único recurso que existía. Eso nos ha permitido asimilar los cambios de forma progresiva durante estos dos años. La pandemia ha mostrado el importante papel que tenemos en la asistencia social. En esta etapa hemos trabajado con los ciudadanos sus miedos, angustia y soledad no deseada, lo que ha afianzado la unión basada en la complicidad y confianza entre ciudadanos y farmacéuticos. 

¿El farmacéutico del futuro será distinto? 

 Los farmacéuticos llevamos 800 años ejerciendo y la profesión se ha ido adaptando. La sociedad ahora requiere otros servicios, y son los que nosotros siempre hemos estado dispuestos a darles y para los cuáles nos hemos ofrecido a las Administraciones. 

Algunas administraciones tienen reticencias a incluirnos en el sistema sanitario

Jesús Aguilar - Presidente del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos

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¿Qué problemas preocupan a los farmacéuticos?

Nos preocupa la adherencia al tratamiento de los ciudadanos. Sabemos que el 50% no es adherente, lo que provoca serios problemas de salud a los pacientes y al sistema económico sanitario. También nos preocupan los seguimientos de farmacoterapéuticos de los ciudadanos, la fusión entre los medicamentos que son recetados en el sistema público y la privada, la conciliación de la medicación una vez se le da el alta al paciente o la salud pública. Creemos que podemos jugar un papel fundamental como apoyo del sistema sanitario porque tenemos una red tremenda, de 22.137 farmacias. Por eso estamos convencidos de que estos temas se deben empujar desde la Administración y con el resto de profesionales.

Durante mucho tiempo la Administración ha mostrado reticencias para incluir a las farmacias en la red sanitaria pública, ¿en qué punto se encuentra ahora esta integración?

La situación en el país es muy dispar y depende de la comunidad autónoma. Por ejemplo, Andalucía y Cataluña han trabajado con toda la red de farmacias y han puesto en marcha proyectos muy exitosos. En el lado opuesto, hay regiones en las que apenas se ha contado con los farmacéuticos. En última instancia, esto es un tema de sensibilidad política porque, desde luego, lo que sí tenemos claro es que los ciudadanos lo quieren. Las inestabilidades políticas impiden dar ese salto para autorizar todos los recursos que las autoridades sanitarias tienen disponibles.

¿Cree que las reticencias se deben tan solo a los vaivenes políticos o existen otros motivos?

Es un tema de la propia administración. Hay una reticencia que no podemos llegar a entender pero lo que tenemos eliminar los sesgos y seguir trabajando.

 ¿Está el sistema sanitario preparado para que las farmacias se puedan adherir?

Está más que preparado. Para empezar, la farmacia está digitalizada y cuando se dispensa un medicamento tenemos una cantidad de información tremenda sobre el fármaco y el paciente. También contamos con plataformas para colaborar entre las oficinas de farmacia. Solo falta empezar e ir trabajando. 

¿Hay suficientes farmacias en España?

Tenemos más que suficientes; somos el país con más farmacias por habitante. De hecho, ha sido esta red –la más extensa de Europa– la que ha provocado que el papel de la farmacia durante esta pandemia haya sido tan importante en España. Los ciudadanos han ganado teniendo esta prestación farmacéutica tan cercana. 

Durante la fase aguda de la pandemia se les consideró fundamentales, pero a día de hoy para muchas cosas no son reconocidos como sanitarios, ¿por qué creen que se generan estas diferencias?

Tiene relación con las diferentes concepciones de nuestro papel que se dan entre regiones y la creencia de que la parte concertada de la oficina de farmacia tiene que estar al margen.

¿Cuáles son los pasos que debe dar Canarias para alcanzar ese ansiado futuro? 

Ahora está en m anos de las autoridades. Hoy [por ayer] se lo transmitiré al consejero de Sanidad, Blas Trujillo, porque es la propia administración la que debe estar convencida de que integrar a las farmacias en el sistema es bueno para la sanidad y los cuidados. Entiendo que el sistema tiene muchos problemas, lo que deriva en que a las farmacias se les deje de lado. Pero tenemos que construir un futuro y para eso tenemos que poner las luces largas.

La adherencia al tratamiento es un problema que afecta a la mitad de la población, ¿qué es lo que, desde las farmacias, han notado que puede estar provocando que los pacientes no sigan bien al tratamiento?

Lo que hemos notado es una falta de adherencia en enfermedades silentes pero crónicas, como el colesterol o la tensión. El ciudadano piensa que por tomar el fármaco durante un tiempo y sentirse bien, no debe seguir haciéndolo. Pero no se da cuenta es que los tratamiento deben ser continuados, porque si no se siguen correctamente, derivarán en problemas de salud más graves. Por eso estamos mejorando la formación de todos los farmacéuticos y nuestra idea es hacerlo, en el futuro, también con los ciudadanos. 

Tras la pandemia se ha disparado el consumo de benzodiacepinas y ansiolíticos, España lidera el consumo mundial. Siendo los encargados de dispensar estos fármacos, ¿se han encontrado con alguna dificultad?

En las farmacias tenemos una presión constante. El ciudadano no quiere ir al médico y nos piden que les dispensemos este tipo de fármacos o consejo para aumentar las dosis. Durante la pandemia hemos tenido que hacer un trabajo social para gestionar las angustias y la soledad no deseada. 

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