Ocho de cada diez enfermeras y enfermeros de nuestro país han sido agredidos mientras desempeñaba su labor asistencial y de cuidados en un centro sanitario o sociosanitario. De los profesionales encuestados en Canarias, el 53,29% lo ha sido hasta en cinco ocasiones y un 16,77% en más de 10 ocasiones. Así se desprende la macroencuesta realizada por el Sindicato de Enfermería SATSE, a un total de 7.359 enfermeras y enfermeros de todas las comunidades autónomas, además de Ceuta y Melilla, para hacer una “radiografía” actualizada sobre el grave problema de violencia en el ámbito sanitario que se sufre en el conjunto del Estado.

En concreto, el 82,76% de las enfermeras y enfermeros canarios consultados por SATSE ha sufrido alguna agresión, ya sea física (empujones, retenciones involuntarias, puñetazos…) o verbal (amenazas, vejaciones, insultos…) a lo largo de su vida laboral por parte de pacientes y/o familiares.

El mayor porcentaje de enfermeras y enfermeros agredidos se ha registrado en los hospitales, ya que hasta en el 59,11%de los profesionales que trabajan en este ámbito asistencial aseguran haber sido víctimas de una o más situaciones de violencia hacia su persona.

Del porcentaje de enfermeras y enfermeros agredidos, el 53,29% lo ha sido hasta en 5 ocasiones; el 17,96%, en una única ocasión; el 11,98%, entre 6 y 10 ocasiones y el 16,77% en más de 10 ocasiones. En concreto, en los dos últimos años, marcados sanitariamente por la pandemia del Covid-19, han sufrido algún tipo de agresión el 69,88 por ciento de las enfermeras y enfermeros de nuestro país.

Asimismo, los profesionales de Enfermería piensan que el ambiente laboral en los centros sanitarios y sociosanitarios, así como la relación con los pacientes, ha empeorado en los dos últimos años, y así lo manifiesta el 76% de las enfermeras y enfermeros consultados.

Al preguntar por el tipo de agresión sufrida, y teniendo en cuenta que un tipo de agresión no excluye a otra, y que una misma persona puede sufrir distintos tipos de agresiones, incluso dentro de un mismo acto de violencia, se constata que, mayoritariamente, son los insultos (83,03%) y las amenazas (70,30%) las formas más frecuentes de agresión, seguidas de las vejaciones (40%). En lo referido a las agresiones físicas, éstas las han sufrido el 20 por ciento de los encuestados/as.

Datos todos ellos muy graves y alarmantes, concluye SATSE, que deberían hacer actuar de manera conjunta, coordinada y eficaz a todas las administraciones públicas y empresas sanitarias privadas, teniendo como referente una Ley estatal que luche contra esta grave lacra que afecta especialmente al colectivo de enfermeras y enfermeros por su relación más estrecha y cercana con el paciente y sus familiares.