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Entrevista

Juan J. García Vallejo: "Con cada respiración estás inhalando los microplásticos que hay en el aire y pasan a la sangre"

"Que hay un problema, lo sabemos. No hay más que ver las islas de plástico que hay en medio del Océano Pacífico y ya en nuestro medio interno. Hay que ver cuáles son las consecuencias"

Juan J. García Vallejo, en su laboratorio en Ámsterdam. L.O.M.

Juan J. García Vallejo es un malagueño que lleva 22 años investigando en Holanda, en el Amsterdam UMC (University Medical Center). Es inmunólogo e investigador formado en la Universidad de Málaga (UMA), miembro de un equipo de científicos que han descubierto la presencia de microplásticos en la sangre humana. Las consecuencias de este hallazgo están por descubrir. 

Sabíamos que los microplásticos habían entrado en la cadena alimentaria, era un problema que ya se conocía desde hacía tiempo, ¿por qué se ha tardado en demostrar que están ya en nuestro organismo?

Porque las técnicas de determinación no han estado disponibles hasta hace muy poco. De hecho una de los aspectos novedosos del trabajo no es solo el hecho de que hemos detectado microplásticos en sangre por primera vez si no la técnica que hemos utilizado, es novedosa, la hemos desarrollado en nuestro laboratorio.

¿La técnica de determinación se refiere a la forma de identificarlos?

Claro, este es el aspecto difícil. Lo novedoso que hemos hecho es adaptar una tecnología de espectrometría de masas para la cuantificación de micropartículas, microplásticos. A nivel de química es una cosa que nuestros compañeros lo aprecian y consideran que es una innovación interesante. El hecho de haber puesto a punto esta tecnología para confirmar como nosotros esperábamos que había microplásticos en la sangre, es el efecto que hace que la gente tenga curiosidad.

Se han detectado cuatro tipos de plásticos muy empleados en el día a día. Tereftalato de polietileno, polietileno, polímeros de estireno (poliestireno, poliestireno expandido, acetonitrilo butadieno estireno, etc.) y polimetacrilato de metilo.

Son los plásticos que se utilizan para todo porque nuestra vida está rodeada de plástico. Mira a tu alrededor y en la mayoría de las cosas que tienes estos plásticos se encuentran en su composición. ¿Qué hace que esos plásticos se conviertan en microplásticos? Es el paso del tiempo, el efecto de los factores atmosféricos, la degradación por rayos ultravioleta, la fracturación por cambios de temperatura... Se comportan exactamente igual que se comportarían otro tipo de elementos del medioambiente, con el inconveniente que los plásticos tienen un tiempo de degradación mucho mayor que cualquier producto biológico. Estos plásticos se terminan rompiendo en trocitos pequeños, cada vez más pequeños, y se convierten en microplásticos. Los microplásticos están en suspensión en el aire, en los alimentos, en las plantas... se ha demostrado recientemente que están incluso en el suelo y que las plantas pueden incorporarlo a través de las raíces. Se están convirtiendo, por la cantidad de microplásticos que hay, no sabemos si en un problema de salud pero sí desde luego ambiental. 

¿Cómo acceden los microplásticos al torrente sanguíneo?

Hay tres vías de exposición. La vía respiratoria, los microplásticos que están en suspensión en el aire, con cada respiración estás inhalando microplásticos. La vía digestiva a través de agua y alimento y piel y mucosas.

"Si hemos entendido el Covid en un tiempo récord, si nos ponemos con el plástico lo haremos también"

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¿Por esas vías llegan a la sangre?

Claro. Hace aproximadamente tres años en un congreso en Suiza un grupo de investigadores dijo y comprobó que había microplásticos en las heces humanas. En ese momento fue cuando mi compañera Heather [investigadora en el estudio] y yo escribimos el proyecto que se llama Inmunoplast, recibimos financiación y empezamos este trabajo. Esa fue la justificación que hicimos en ese momento por la que pensamos que si los microplásticos se habían encontrado en heces, significa que existía la posibilidad de que hubieran pasado al medio interno. La forma de determinarlo era con la sangre. El resultado de este trabajo indica que efectivamente es así. El mecanismo por el que los microplásticos pasan del aire, de nuestros pulmones a la sangre, o del tubo digestivo a la sangre, es una cosa que todavía no sabemos. Podemos especular pero no lo sabemos a ciencia cierta. Lo que sí sabemos es que ocurre. 

Da una concentración media de partículas de plástico de 1,6 microgramos por mililitro. ¿Son niveles preocupantes o residuales?

Que sean preocupantes es una cosa que está conectada con la toxicidad. La toxicidad aún no la sabemos. Sabemos que tenemos la exposición, ahora hay que determinar el riesgo y el riesgo es la combinación de exposición y toxicidad. Cuando sepamos eso, podremos determinar si 1,6 microgramos por mililitro es una cantidad preocupante o no. Yo personalmente preferiría no tener pero tendría que irme a vivir a la luna, porque creo que ya va a ser imposible vivir sin microplásticos. Si a la larga esto está relacionado con autoinmunidad, cáncer, alergia... es algo que todavía no tenemos información. Pero yo creo que más temprano que tarde, porque hay muchos grupos de investigación trabajando en esto, vamos a saber más y vamos a saber cuáles son los potencialmente peligrosos. Y yo tengo el optimismo de que cuando sepamos esto vamos a tener la posibilidad de que la industria cambie la forma de producción de los plásticos para que sean menos tóxicos porque nuestra sociedad no va a prescindir del plástico, esto es así. Lo podemos reducir, pero no vamos a prescindir de ellos. 

Usted plantea interrogantes de todo lo que falta por averiguar y una de ellas es si la presencia del plástico podría llegar a afectar al sistema inmunológico.

Y si hay algún efecto sobre el organismo no va a ser el único. Sabemos que hay componentes en el plástico, como el BPA (Bisfenol), un agente proestrogénico que se encuentra ya en niveles detectables en el feto y eso tiene un efecto sobre el sistema endocrino, sobre el desarrollo de los individuos. Estoy seguro que también tiene efectos a nivel neurológico e inmunológico. Y ese es uno de los miles de agentes químicos que se utilizan en la síntesis de los plásticos. Estos agentes se utilizan para darle al plástico sus propiedades: dureza, maleabilidad, resistencia... lo que nosotros hemos detectado son los polímeros con los que se forma el plástico. El plástico es el polímero, es decir, repetición de moléculas muy pequeñas y eso es lo que conforma la estructura del plástico. El BPA se sabe desde hace tiempo que es tóxico y ahora está prohibido utilizarlo pero se utilizan otras cosas como el BPB y el BPC y eso se conoce menos cuáles son sus efectos, pero son moléculas hermanas del BPA.

Hace referencia a otros estudios que demuestran que la placenta puede ser transmisora de microplástico, ¿podrían estar naciendo hoy niños con presencia de microplásticos en el organismo?

No tengo realmente información para decir eso de forma categórica. En mi grupo de investigación tenemos otro colaborador que están estudiando la presencia de microplásticos en la placenta y ha determinado que existen microplásticos en la placenta, cosa que a mí no me extraña porque puede indicar simplemente que la sangre de la madre, al tener microplásticos y bañar la placenta, parte de los microplásticos se depositen en la placenta, pero eso no quiere decir que estén en el bebé. La placenta es un órgano que pone en comunicación la sangre de la madre para que los nutrientes pasen a la sangre del bebé, pero la sangre de la madre y del bebé no están en contacto, el hecho de que hayan encontrado microplásticos en la placenta, no indica que estén en el bebé. Hay que ser muy cauteloso con este tema y no alarmar.

El estudio cuenta con 22 voluntarios, personas sanas y elegidas aleatoriamente. Esto redunda en la idea de que más allá de que pueda haber personas más expuestas, la afección es general, ¿no?

Es que están en el aire que respiramos. Obviamente una persona que trabaja en una fábrica de camisetas de poliéster, un polímero del plástico y es uno de los componentes que hemos encontrado en la sangre, sabemos que va a tener mayor exposición y pensamos que parte de la patología laboral a nivel respiratorio está relacionado con los microplásticos que inhalan. Uno de los proyectos que estamos desarrollando ahora, financiado a nivel europeo, es medir la cantidad de microplásticos en trabajadores de una fábrica textil en Rumanía que trabajan con este tipo de material. Vamos a tener dos tipos de información, una, la cantidad de microplásticos y dos, cómo funciona su sistema inmune. Espero ver cuáles son los efectos directos del microplástico sobre el sistema inmune, porque podemos establecer una correlación entre la cantidad de microplásticos y la inmunidad.

Juan J. García Vallejo, inmunólogo malagueño. L.O.M.

Con todos los retos que hay por delante para ver las implicaciones inmunológicas y en otros campos que los microplásticos pueden tener, piensa que no va a haber un retroceso. ¿Cómo se plantea sus proyectos con esa sensación?

Yo soy normalmente una persona optimista, pienso que si encontramos que algún polímero tiene un efecto realmente tóxico, el efecto inmediato será que se sustituya ese polímero por otro que no lo tenga, ya lo sabemos con el BPA, por ejemplo. También sé que estos mecanismos regulatorios no son inmediatos, lo que descubramos nosotros tendrá que estar confirmado por otra gente, tendrá que haber una evaluación de las autoridades regulatorias. Creo que el trabajo que hacemos sí tiene consecuencias. Los descubrimientos, la ciencia tiene un beneficio directo en la sociedad, inmediato en algunas ocasiones dependiendo del calibre del problema. Estoy seguro de que si hemos sido capaces de entender una enfermedad tan compleja como el Covid en un tiempo récord y de encontrar una solución efectiva, si nos ponemos con el plástico lo haremos también. No tengo ninguna duda. Lo único que me preocupa es lo que la industria diga sobre esto.

¿Haría falta entenderlo como el Covid, una urgencia global?

Las comparaciones son muy difíciles de establecer. Hay que tener en cuenta que la Covid fue una emergencia global porque saturó los sistemas de salud de los países desarrollados en cuestión de días. Entonces, tenía un efecto doble, económico porque paró totalmente la actividad económica y un efecto de salud, y no sé cuál de los dos fue más importante a la hora de decir que hay que invertir en esto. Estos factores no se dan en el tema del plástico, obviamente. Que hay un problema, lo sabemos. No solamente los microplásticos sino los macroplásticos, no hay más que ver las islas de plástico que hay en medio del Océano Pacífico y ya en nuestro medio interno también. Hay que ver cuáles son las consecuencias de eso, si es realmente tóxico y cuál es exactamente la toxicidad para tener un cálculo de cuál va a ser el efecto en nosotros en los próximos 20 o 30 años. Eso es lo que nos falta para saber si como sociedad tenemos que invertir en esto todos los medios que tengamos para prevenir dentro de 20 años cuáles pueden ser las consecuencias de la exposición al microplástico. La exposición que tenemos ahora se espera que continúe aumentando porque la actividad industrial y la generación de microplástico continúa y aumenta.

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