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El 1-1-2 inverso

El sistema de avisos de riesgo colectivo que la Dirección General de Protección Civil del Estado quiere implantar en todo el país debe empezar a probarse el próximo verano

Moisés Sánchez Arrocha, director del Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes) en Canarias. E. D.

Hasta ahora, la sala del 1-1-2 recibe las alertas de ciudadanos y moviliza recursos. Por orden de la Unión Europea, antes de final de año el Ministerio del Interior debe entregar a las comunidades autónomas un programa para que, en caso de situaciones de riesgo colectivo, se avise a la población a través de alarmas en sus móviles, según explica Moisés Sánchez Arrocha, director del Cecoes en el Archipiélago.

Hubiera sido una herramienta muy eficaz ante la erupción del pasado 19 de septiembre en La Palma. La Dirección General de Protección Civil del Ministerio del Interior tiene ya en fase de preproducción el sistema de alertas por riesgo colectivo, cuya finalidad es avisar a la población de un determinado territorio que debe abandonar el lugar y adoptar todas las medidas de seguridad posibles ante una emergencia de gran magnitud. Es decir, si hasta ahora, el concepto del servicio del 1-1-2 se basa en recibir las alertas de los ciudadanos por un determinado hecho, en estos casos será al revés, el organismo público se dirige de forma concreta a todas las personas con móvil que haya en la zona seleccionada para evitar el mayor número posible de heridos o fallecimientos.

Moisés Sánchez Arrocha, director del Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes) del Gobierno canario, señala que esta herramienta no está para avisar de las colas o los accidentes en las autopistas, sino para incendios graves en ciudades o en montes, fuegos o explosiones en una industria química, fenómenos meteorológicos adversos de gran magnitud, inundaciones, gran oleaje en la costa, contaminación marítima, terremotos o accidentes aéreos, entre otras emergencias.

De forma oficial, este programa se llama Red de Alerta Nacional-Sistema Público de Avisos (RAN-PWS, por sus siglas en inglés). Y el Gobierno del Estado lo entregará a cada comunidad autónoma. Serán los responsables de cada región quienes lo activen cuando sea necesario, a través de sus respectivas direcciones generales de Seguridad y Emergencias.

Selección del territorio

Antes de emitir el aviso, se selecciona un área concreta del territorio que se estima que va a estar afectada y se envía la señal a todas las estaciones de telefonía móvil ubicadas en ese polígono. Por eso, la alerta saltará en todos los móviles de las personas que estén en la zona, con independencia de la compañía telefónica con la que operen, de su nacionalidad o de su idioma. En principio, se estima que los avisos serán en español y en inglés.

La alarma saltará en la pantalla del terminal, junto con un pitido reiterado y estridente, que solo se apagará por la acción consciente del usuario del móvil, lo que determinará que está informado de la emergencia.

Modelo actual

Moisés Sánchez Arrocha manifiesta que esta herramienta «supondrá un avance brutal a la hora de comunicarnos con la población y minimiza los riesgos de esta». En estos momentos, los avisos de la sala del 1-1-2 por una emergencia se hacen a través de redes sociales o medios de comunicación. Es decir, que para estar informado, el ciudadano debe leer un periódico, un digital, ver la televisión, escuchar la radio o estar conectado a una red social. Mediante el RAN-PWS, aclara el director del Cecoes, se avisa de forma directa al ciudadano, con independencia de lo que esté haciendo en ese preciso momento para adopte medidas de seguridad.

No obstante, explica que se trata de un instrumento sobre el que tiene que existir un gran control, puesto que activar una falsa alarma puede generar unos efectos contraproducentes e, incluso, peligrosos para los ciudadanos del área afectada.

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