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El mar canario acoge las primeras pruebas de secuestro de CO2 con rocas

La experiencia, que corre a cargo del grupo de investigación alemán GEOMAR, trata de acelerar el proceso natural de secuestro de dióxido de carbono con minerales

Los investigadores de GEOMAR toman muestras de agua de la costa de Taliarte, junto a los investigadores de la ULPGC en sus mesocosmos. El Día

El Archipiélago ha sido el campo de pruebas de los primeros experimentos in situ del mundo para medir los impactos de una de las tecnologías más prometedoras en la lucha contra el cambio climático: el uso de minerales en el secuestro de carbono en el mar. Aunque pueda parecer una solución extremadamente simple para mitigar un problema tan complejo como es el calentamiento global; sobre el papel abre un abanico de posibilidades impensables hace apenas unos años. 

Los minerales de carbonato y sílice llevan millones de años capturando dióxido de carbono de la atmósfera, apoyando al mar en el secuestro de este gas. Esta reacción se produce cuando las rocas, al erosionarse con el agua de la lluvia o las olas en la costa reaccionan con el CO2 atmosférico, precipitando en forma de bicarbonatos que son arrastrados hacia el océano. Con esta actividad, cada año son capaces de sustraer de la atmósfera una gigatonelada de dióxido de carbono de manera natural. En teoría, el proceso natural podría acelerarse depositando grandes cantidades de rocas de silicato o carbonato pulverizadas en el mar. Si los investigadores lo lograran, conseguirían secuestrar unas 100 gigatoneladas de dióxido de carbono cada año. Un revulsivo para la lucha contra el cambio climático, que necesita eliminar 20 gigatoneladas de este contaminante cada año a partir de 2030. 

Estos experimentos forman parte del proyecto científico de la Unión Europea denominado OceanNETs está liderado por el centro GEOMAR Helmholtz Center for Ocean Research in Kiel, con la participación de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Ambos centros, en colaboración con la Plataforma Oceánica de Canarias (Plocan) llevan una década haciendo pruebas de estas incipientes tecnologías en el Archipiélago. Tras estudiar varias fórmulas basadas en la actividad natural de los océanos para el secuestro de carbono, la alcalinización o meteorización del océano a través de estas rocas resulta una de las más prometedoras de las que se están estudiando en todo el mundo. 

Los estudios que se están haciendo tratan de responder a preguntas como qué influencia podrá tener esta tecnología en los océanos del futuro y si podrá tener un impacto negativo en la biodiversidad. A falta de estos datos, los expertos de todo el mundo ya miran con entusiasmo las posibilidades que desentraña esta posible futura tecnología. Los aspectos teóricos y estas primeras pruebas han sido tan prometedoras que han llegado a los oídos del filántropo y empresario, Bill Gates, quien ha compartido en su Twitter un artículo en el que National Geographic relata las pruebas que se están haciendo Gran Canaria, acompañado del comentario, «This rocks» (en inglés, este juego de palabras tiene un doble sentido, dado que, literalmente significa estas rocas pero en la jerga popular se traduce como esto mola). 

«Sobre papel es una técnica que muestra muchos beneficios», resume Javier Arístegui, oceanógrafo de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), que colabora en este proyecto. El uso de rocas para «alcanilizar» el océano y hacerlo más susceptible a la captura de dióxido de carbono también permite corregir la acidez del mar. La acidificación del océano se produce cuando las concentraciones de dióxido de carbono son tan grandes que resultan inasumibles para el ecosistema, que reacciona alterando el frágil equilibrio del pH y, por ende, afectando a la biodiversidad marina.

Bill Gates ha mostrado en su Twitter el interés por los experimentos realizados en Taliarte

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No todas las rocas tienen este potencial, son las carbonatadas o con silicatos las más proclives a reaccionar de esta manera con la erosión del agua. En las aguas poco productivas de Canarias se han realizado experimentos en mesocosmos (una recreación del ecosistema natural a menor escala) aumentando la alcalinidad con minerales, de carbonato cálcico y sódico. En dos semanas se realizará el mismo estudio comparándolo con las aguas templadas y productivas de Noruega en la que, además, utilizarán olivino, que pertenece a la familia de los silicatos. El trabajo se encuentra en una cuenta regresiva contra la apisonadora del cambio climático. «Cada vez tenemos menos tiempo», advierte Arístegui, que recuerda que estas tecnologías deben estar en funcionamiento en 2030 reducir las concentraciones de CO2 de la atmósfera y alcanzar el objetivo del acuerdo de París de que la temperatura del planeta no suba más de 1.5-2 grados a finales de siglo, con respecto a los valores pre-industriales.

Para ello se necesitan inversores y, con esta colaboración, las empresas de Canarias tienen una oportunidad para establecer sinergias que permitan avanzar en la creación de un ecosistema basado en la I+D. «Al final del día lo que nos interesa es crear oportunidades de negocio en Canarias, y estas colaboraciones facilita la creación de empresas en base a este tipo de recursos», resalta el director de la Plocan, Joaquín Hernández, quien destaca que el Archipiélago es un entorno ideal «para crear servicios de I+D» para otros centros de investigación internacionales o del mundo empresarial. 

Un buceador trabaja en uno de los mesocosmos utilizados para controlar las condiciones del agua de mar canario . Geomar

El sector de las tecnologías que reduzcan las concentraciones de dióxido de carbono atmosférico es aún muy incipiente, pero la carrera por ser los primeros en apostar por ellas está en marcha. Por esta razón, Hernández considera que, el hecho de que «se esté madurando en Canarias», debe ser un aliciente, puesto que es una «oportunidad» para el tejido empresarial de las Islas. «Este tipo de tecnologías van a ser fundamentales en la próxima década, y Canarias está siendo su banco de ensayo y demostración», resalta el director de la Plocan, que considera que Canarias debería incentivar colaboraciones científicas como la que lleva diez años en marcha junto al GEOMAR Helmholtz Center for Ocean Research in Kiel. Y es que, en ocasiones, los centros de las Islas no cuentan con el «potencial suficiente como para llevar a cabo estas investigaciones», pero las Islas sí lo tienen. De ahí la necesidad de atraer proyectos de I+D cuyos resultados puedan fructificar en el Archipiélago, dado que tienen el potencial de cambiar el rumbo económico de Canarias. 

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