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Templo desacralizado

La propiedad de la 'Iglesia Skate' de Asturias busca financiación: "De no tener más ingresos, tendremos que venderla"

La protección por ser Bien de Interés Cultural, hándicap para atraer proyectos, según los dueños de la antigua capilla de la localidad de Llanera

El interior de la Iglesia Skate de Llanera, en una imagen de archivo de 2015.

La Capilla Sixtina del arte moderno busca financiación. La propiedad de la 'Iglesia Skate', el skatepark alojado en la desacralizada iglesia de Santa Bárbara de Coruño de Llanera (Asturias), decorada con unos impresionantes murales del artista Okuda San Miguel, necesita ingresos para mantener sus puertas abiertas. "De no conseguirlos tendremos que cerrar, vender o buscar una salida...", advierte Marta Rey Zabaleta, dueña de un templo que alcanzó la fama mundial en 2015 y que heredó un año después, tras el repentino fallecimiento de su hijo, ideólogo del singular proyecto.

La Iglesia Skate nació en 2014. Fue entonces cuando Ernesto Fernández Rey "Jernest" y un grupo de amigos, el colectivo "Church Brigade", pusieron en marcha un skatepark en la iglesia desacralizada de Santa Bárbara. Un año después Okuda San Miguel decoró el interior del templo, ubicado en pleno polígono de Asipo (Llanera). El reputado artista cántabro bautizó a su obra, que describe como un mundo lleno de vida, color y felicidad, como "Kaos Temple".

Su singularidad dio fama mundial al proyecto. Revistas especializadas lo catalogaron como uno de los 10 lugares más singulares del mundo para patinar y medios de numerosos países se hicieron eco del impactante resultado. La Iglesia Skate se convirtió en algo así como la meca de los skaters, no ya de España, sino de medio mundo. Se contaban por centenares los que peregrinaban hasta Llanera para patinar bajo lo que podría bautizarse como la Capilla Sixtina del arte urbano. Figuras como Danny León disfrutaron de un "spot" único en el planeta. La gran repercusión del "Kaos Temple" también llamó la atención de importantes marcas, que se interesaron por utilizar el templo para promocionarse.

Pero la desgracia sobrevino al proyecto cuando se encontraba en su momento de máxima efervescencia. El ovetense Ernesto Fernández Rey "Jernest", principal impulsor del proyecto y propietario del templo desacralizado, falleció de manera repentina el 2 de junio de 2016, a los 36 años. Con la dura y triste noticia de su muerte los proyectos de la iglesia se quedaron en punto muerto.

La Iglesia Skate fue heredada por sus padres. Tras el fallecimiento del progenitor, ahora es su madre, Marta Rey, quien se ha quedado al frente del proyecto. "Sigo adelante por continuar con el legado de mi hijo", asegura nada más bajarse del coche en el que ha recorrido los 100 kilómetros que separan Luarca, donde reside, de Llanera para abrir la iglesia a los skaters que aguardan a la puerta del templo del patín.

Tal y como relata Rey, actualmente el proyecto de la Iglesia Skate no es viable en lo económico. Mantener la iglesia conlleva una serie de gastos que se contabilizan en miles de euros y que los 5 euros de donativo que se piden por entrar a patinar no cubren. La solución pasaría por buscar nuevos proyectos que permitan obtener ingresos extras. "Trabajamos con la propiedad para buscar alternativas que den viabilidad al proyecto. Para nosotros también sería una buena noticia que la iglesia pueda estar abierta al público y en las mejores condiciones posibles", señalan desde el equipo de Okuda, con el que la titular del inmueble debe ponerse de acuerdo antes de poner en marcha cualquier iniciativa en la Iglesia Skate.

Aunque Rey afirma que recibe numerosos ofrecimientos de proyectos para el templo, sacarlos adelante no es fácil. "El principal hándicap es su catalogación como Bien de Interés Cultural (BIC), que limita mucho cualquier tipo de obra o reforma en el edificio. Eso ha echado para atrás a posibles inversores", explica sobre el templo, un capilla neorrománica construida entre 1913 y 1917, que forma parte del conjunto industrial de la fábrica de explosivos de Cayés.

En este sentido, la propietaria de la Iglesia Skate también echa en falta apoyo de la administración. Tanto del Ayuntamiento como del Principado. "Es innegable que es uno de los grandes atractivos del concejo y nosotros deseamos que esté abierta, pero al tratarse de una empresa privada no hay mucho que podamos hacer", afirma la concejala de Cultura de Llanera, Eva María Pérez Fernández. Por su parte, fuentes de la Consejería de Cultura consultadas por este periódico señalan que no se contempla la creación de una ayuda ex profeso para los propietarios del templo, que sí podrían acogerse a las subvenciones disponibles para la conservación de este tipo de bienes. Además, dejan la puerta abierta a apoyar actos o eventos puntuales que se ajusten a los criterios de la administración.

Pero llegados a este punto, Rey asegura que la situación es prácticamente insostenible. "Tengo casi 80 años y no puedo estar yendo y viniendo para abrir el templo. El coste del mantenimiento es prácticamente inasumible para mí sola, por lo que me estoy planteando seriamente vender, alquilar o buscarle una salida. No tardaré mucho en hacerlo, porque esto es inviable", clama la dueña del templo de los skaters en el que también se consagró el artista Okuda.

"Patinar aquí es increíble"

"Patinar aquí es increíble". Lo dicen, prácticamente al únisono, Esteban Comesaña, José Casal y Laura Bao, tres skaters vigueses que esta Semana Santa disfrutaron del templo llanerense. "El choque entre lo que siempre imaginas de una iglesia y estos murales es impresionante", coinciden mientras contemplan todos los detalles de la obra de Okuda.

Veintidós peldaños por encima, los que separan el spot de la planta superior de la que fue la capilla de Santa Bárbara, desde donde mejor se aprecia el trabajo de Okuda, el bilbaíno Daniel Bote se queda sin palabras para definir lo que está viendo y fotografiando con su móvil. "Es impresionante desde que entras. Y llama mucho la atención lo minucioso de la obra", destaca al tiempo que lamenta la falta de publicidad del proyecto: "Lo tenía guardado como punto de interés en Google Maps desde hace tiempo, pero creo que le falta difusión. Debería darse más a conocer".

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