La pandemia provocada por el coronavirus ha puesto el foco sobre el valor de las vacunas en la prevención de enfermedades que impactan sobre el modo de vida y la calidad de vida de personas de todas las edades y en todos los países del mundo. Desde el estallido de la pandemia, el término ‘vacuna’ ha estado en boca de todos y gracias a la administración de más de 10.000 millones de dosis, se ha logrado contener la incidencia del virus y reducir los casos que precisan de hospitalización, así como las defunciones. La vacunación covid-19 ha mostrado claramente ser crítica para frenar el impacto de una pandemia no solo en la salud global, sino también en la economía, el empleo y la productividad. 

Sin embargo, no es la primera vez que las vacunas son clave en la lucha contra enfermedades infecciosas graves.Viruela, polio, difteria... fueron todas patologías que amenazaron la vida de millones de personas hasta que llegaron las campañas de vacunación masiva. Aunque es cierto que todavía existen muchas enfermedades infecciosas para las que la ciencia no ha sido capaz de desarrollar una profilaxis eficaz, las vacunas son, sin duda, la piedra angular de las políticas en materia de Salud Pública y su relevancia se mide en el incremento de la esperanza de vida de la población a nivel mundial y en la reducción de la carga de enfermedad y muerte de millones de personas anualmente. Además, las vacunas constituyen, a todas luces, una de las intervenciones sanitarias más coste-eficiente, ya que con un bajo nivel de inversión se alcanzan excelentes resultados en salud.

Población envejecida

La vacunación en todas las etapas de la vida es esencial para una vida sana y un envejecimiento saludable. No solo previene enfermedades, sino que también protege de las complicaciones y la discapacidad frecuentemente asociada a esas enfermedades que se previenen. La aprobación en el 2019 del Calendario Vacunal a lo largo de la vida en nuestro país, en línea con lo que estaba ocurriendo en otros países europeos, supuso un auténtico cambio de paradigma, al pasar de una visión pediacentrista a una visión longitudinal acompasada con el progresivo envejecimiento poblacional, y en la que la vacunación deja de ser exclusiva de niños y adolescentes y se incorpora a todas las edades como una práctica de autocuidado responsable.

Sin la inmunización a lo largo de la vida, enfermedades infecciosas como la propia covid-19, la gripe estacional, el herpes zóster o la enfermedad neumocócica seguirían causando una morbilidad y mortalidad sustanciales, especialmente en la edad adulta tardía. El impacto de estas enfermedades no puede ser minimizado porque amenazan de manera real tanto la vida como la calidad de vida de los mayores y de las personas con condiciones de riesgo, los más vulnerables. El porqué de esta mayor vulnerabilidad, se debe a tres factores fundamentales: Por una parte, la inmunosenescencia, que supone la merma progresiva de la capacidad de nuestro sistema inmune para defenderse frente a las infecciones. Por otro lado, la vulnerabilidad asociada al uso de tratamientos con efecto inmunosupresor. Y finalmente, la vulnerabilidad asociada al desconocimiento de todo lo anterior que lleva a las personas mayores y a los pacientes de riesgo a no vacunarse.

‘Inmunofitness’

GSK, como compañía farmacéutica comprometida con el cuidado de la salud consciente del impacto de la inmunosenescencia en la calidad de vida de las personas mayores, puso en marcha el proyecto Inmunofitness con el objetivo de informar a este sector de población acerca de la importancia de reforzar nuestras defensas para que, ante cualquier agente ‘peligroso’, desarrollen la mejor respuesta posible. El inmunofitness es un estilo de vida que engloba múltiples prácticas que tienen su foco principal en la prevención. Este estilo de vida se basa en cuatro pilares: alimentación saludable, vida activa, mente sana y prevención de enfermedades mediante la vacunación.

Para ello, GSK ha creado una web que pretende convertirse en un espacio que aglutine contenido de calidad y facilite dar el paso hacia un estilo de vida más saludable. A través de videos, artículos de interés, entrevistas, consejos y tablas de ejercicios, las personas mayores de 50 años podrán obtener consejo e información sobre cómo incorporar hábitos de vida saludable a su día a día para entrenar su sistema inmune y estar preparados para combatir los efectos de la inmunosenescencia.

Nuestro organismo está sometido al ataque constante de diferentes patógenos y las vacunas nos permiten entrenar nuestras defensas. Igual que vamos al gimnasio para entrenar nuestro cuerpo y estar en forma, las vacunas permiten entrenar nuestro sistema inmunitario para defendernos frente a determinadas enfermedades infecciosas prevenibles mediante la vacunación. 

La vacunación del adulto es una preocupación especial para las autoridades a la luz de las tendencias demográficas 

• Para 2025, se espera que casi el 50% de los europeos tengan 50 años o más.

• En el Reino Unido alrededor del 50% del gasto sanitario se destina a mayores de 65 años. 

•En el 2016 en España el porcentaje de población mayor de 65 años se situaba en el 18,7%, y la tendencia indica que se llegará a alcanzar el 25,6% en el 2031 y el 34,6% en el 2066.  El aumento de la población de mayor edad, junto con el hecho de que la esperanza de vida esté aumentando va a suponer un impacto en la salud de este rango de población.