El 80% de los pacientes con apnea obstructiva del sueño tienen también obesidad, por lo que se considera un factor determinante para desarrollar esta patología. La coordinadora de la Unidad Multidisciplinar de Sueño del Hospital de La Candelaria, la neumóloga Alicia Pérez, asegura que esta patología requiere control y tratamiento, ya que los pacientes presentan un elevado riesgo cardiovascular, en forma de hipertensión arterial, arritmias, cardiopatía isquémica o ictus, además de más probabilidades de sufrir accidentes laborales y de tráfico. Durante este año, la Unidad del Sueño del centro hospitalario realizado estudios diagnósticos a 1.000 pacientes. La mayoría de los usuarios tratados en el servicio son diagnosticados de la apnea obstructiva del sueño. El servicio lleva en funcionamiento más de 20 años y cuenta con estudios de polisomnografía y poligrafía respiratoria para el diagnóstico.

Pérez explica que las personas que desarrollan esta patología sufren paradas respiratorias durante el sueño y ronquidos. «Estos síntomas conducen a un sueño fragmentado que condiciona la vida del paciente al tener somnolencia durante el día», matiza.

La especialista considera que actualmente existe más conocimiento sobre la apnea obstructiva del sueño y sus consecuencias. Además, subraya, que los trastornos del sueño, en general, se han acentuado a consecuencia de la pandemia.

Aunque la apnea es la más común, en el centro hospitalario se atienden todas las variedades de problemas relacionados con el sueño, como el insomnio crónico, narcolepsia, hipersomnia idiopática o trastornos de conductas del sueño REM. Se trata de una unidad multidisciplinar en la que trabajan neumólogos, neurólogos, neurofisiólogos y enfermeros. El tratamiento depende de la afección. En el caso de la apnea obstructiva del sueño se utiliza un CPAP, es decir, un dispositivo de presión positiva en las vías respiratorias.