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Casi la mitad de los canarios abandona el tratamiento tras sufrir un infarto

La nueva unidad de rehabilitación cardiaca de La Candelaria atenderá a 200 pacientes para mejorar la adherencia terapéutica | La fundación Disa costea la mitad de la unidad

Una mujer hace una prueba de uno de los ergómetros de cinta de la Unidad de Rehabilitación Cardiaca.

«Casi la mitad de los pacientes abandonan la adherencia terapéutica a los dos años del infarto agudo de miocardio». Así lo resaltó ayer Virginia Barreto, cardióloga y coordinadora de la nueva unidad de rehabilitación cardiaca del Hospital de La Candelaria con la que se pretende mejorar la adherencia terapéutica de estos pacientes, así como hacerles partícipes de su enfermedad. 

Conseguir que los pacientes que han sufrido un evento cardiovascular sigan a rajatabla su pauta terapéutica es fundamental para mejorar su calidad de vida, evitar una recaída e incluso, ahorrar dinero a las arcas públicas. En España, según la Sociedad Española de Cardiología (SEC), la adherencia terapéutica es algo mayor que en Canarias, y alcanza el 56%. Sin embargo, esto significa que un 44% de pacientes abandonan su tratamiento, que, además, suele ser para toda la vida. 

El Hospital de La Candelaria es el último centro de Canarias en disponer de este servicio

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Que los pacientes no sigan el tratamiento indicado por el médico después de sufrir un evento cardiovascular acarrea un coste sanitario que en España se cuenta en millones. De hecho, la SEC estima que si solo se mejorara un punto porcentual la adherencia –alcanzando el 57%–, se podría ahorrar casi 11 millones de euros al erario público. En el caso de que el incremento fuera de 10 puntos porcentuales, se podrían prevenir 8.700 muertes y 7.650 episodios cardiovasculares, con un gasto evitable de 75 millones de euros al sistema sanitario.

La nueva unidad de rehabilitación cardiaca del Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria se suma así a la mejora de la adherencia terapéutica de estos pacientes, así como en contribuir a que la población tenga una mejor calidad de vida. Esta nueva unidad tiene capacidad para atender a 200 pacientes al año.  Ese es el objetivo, al menos, que se han puesto los sanitarios encargados del nuevo servicio, que aunque admiten que «no podrán dar cobertura a todas las personas con patologías cardiovasculares» del área adscrita a este centro, pues son más de 540 solo los pacientes que sufren síndromes coronarios agudos cada año. 

La Unidad se encuentra en el Edificio de Traumatología del centro hospitalario y cuenta con tres cintas y tres bicicletas estáticas especiales que miden la frecuencia cardiaca en tiempo real; ergoespirómetros para determinar la situación de base del paciente antes de que comience el ejercicio y otros tantos medidores que permiten hacer un seguimiento del estado de salud del paciente. 

Si se mejorara un punto porcentual la adherencia en España, se podría ahorrar casi 11 millones de euros a la sanidad

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La unidad de rehabilitación cardiaca ofrecerá este servicio a los únicos pacientes de Canarias que aún no disponían de él, es decir, los de la capital y el sur de Tenerife, El Hierro y La Gomera. Hasta ahora a las personas que sufrían algún evento cardiovascular y que se encontraban empadronados en esta área de salud se les recomendaba lo mismo que a la población en general, es decir, hacer ejercicio físico y continuar su tratamiento. 

Con esta nueva herramienta, los pacientes podrán «hacerse conscientes de su enfermedad», dada la tendencia de los pacientes a abandonar el tratamiento crónico a los pocos meses de empezarlo. La unidad tendrá así una doble funcionalidad. Por una parte será una escuela de pacientes donde estos puedan conocer a fondo con qué se está medicando, por qué está enfermo y cuáles son los cambios de hábitos de vida saludables que tiene que incorporar a su vida. Por otra, tratará de integrar el ejercicio físico en la vida del paciente, dado que es una de los cuidados fundamentales para prevenir un nuevo evento cardiovascular.  

Los profesionales que integran la unidad también ayudarán a los pacientes a incorporarse de nuevo al trabajo –uno de los momentos más críticos tras sufrir una enfermedad de este tipo – e incluirán a su familia en los cuidados. «De este modo, el paciente podrá disponer de apoyo familiar para afrontar a estas enfermedades crónicas», resaltó Barreto. La unidad hará un seguimiento ambulatorio del paciente durante los tres meses siguientes a haber sido dado de alta del hospital. «En ese tiempo podrá acudir entre 2 y 3 días a la semana, dependiendo de su patología», explicó.  

Para seleccionar a los pacientes que van a participar en este programa, «no se tendrá en cuenta la edad cronológica sino la biológica». Esto quiere decir que, por ejemplo, «un paciente de 75 años con demencia y comorbilidades no podrá participar», pero uno más mayor con posibilidades de mejorar su calidad de vida sí que puede ser seleccionado. 

En este proyecto, que lleva sobre la mesa desde 2017, la Fundación Disa ha participado sufragando la mitad del coste del aparataje, según destacó su presidente , Raimundo Baroja. Baroja resaltó el trabajo realizado por los responsables de Cardiología del Hospital de La Candelaria durante estos últimos cinco años y consideró «una satisfacción» poder ser parte de esta nuevo servicio del Hospital de La Candelaria. También remarcó el ímpetu de quienes han luchado por que la unidad salga adelante, la directora gerente del centro hospitalario, Natacha Sujanani, quien agradeció que «la insistencia del responsable del servicio de rehabilitación, Francisco de León, porque «gracias a eso, hoy estamos inaugurándolo y con ganas de recibir a los pacientes». Por su parte, De León, insistió que el esfuerzo no era suyo sino de todo el equipo de trabajo, que ha conseguido que «una demanda muy larga y de muchos años, se haga realidad». 

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