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Canarias encuentra menos radón del esperado en algunas zonas de riesgo

La Consejería de Obras Públicas lleva a cabo un proyecto para tomar datos más concretos sobre las concentraciones de este gas radiactivo en los municipios de las Islas

Una investigadora de la Universidad de La Laguna estudia una muestra de gas radón. Andrés Gutiérrez

El Gobierno de Canarias ha encontrado menos radón del esperable en algunas zonas que, hasta el momento, se consideraban de riesgo. Según las primeras mediciones realizadas por los técnicos de la Consejería de Obras Públicas del Gobierno de Canarias, aunque el riesgo de que este gas tóxico se cuele en los edificios existe en diversos lugares de las Islas, su distribución por el territorio autonómico no es tan generalizada como planteó en su día el Consejo de Seguridad Nuclear de España.

Estos resultados, en principio, chocan con los del actual el Mapa del potencial de radón en España, editado en 2017, que considera que la totalidad de Gran Canaria y Tenerife (a excepción de los municipios de La Guancha y San Juan de la Rambla) tienen más de un 75% de probabilidades de emanar radón debido a su composición volcánica. El resto de islas, a priori, estarían libres de las emanaciones nocivas de este gas radiactivo de origen natural que, a menudo, es atribuido a la segunda causa de muerte por cáncer de pulmón.

Con el objetivo de dirimir claramente cuál es exactamente el riesgo de los barrios y municipios canarios con respecto a la intrusión de este gas, los técnicos de Obras Públicas y científicos de las universidades canarias mantienen una colaboración desde 2018 para realizar un nuevo mapa de riesgo más exhaustivo que el propuesto por el Estado. Para confeccionar este recurso se están llevando a cabo campañas de campo por todos los municipios canarios, de manera que todos ellos dispongan de una información suficientemente pormenorizada de la situación en lo que al riesgo por radón se refiere. Se espera que en el plazo de un año y medio, Canarias cuente con un nuevo mapa que sea mucho más exhaustivo y correcto.

El terreno volcánico es muy heterógeneo y por esta razón requiere una medición exhaustiva

«En Canarias el terreno es volcánico, lo que supone que es un suelo muy heterogéneo», explica Javier Jubera, técnico de Obras Públicas y responsable de este proyecto. Esta característica supone que puede haber tipos de rocas capaces de transmitir radón y otras que «puede que no lo hagan». Además, el poder de emanación del radón depende también de la porosidad de la roca, la cantidad de agua y la temperatura del material. «Por esta razón, estamos llevando a cabo una campaña más intensa que la que se realizó en ese momento a nivel nacional en la que obtengamos más medidas y de todo el territorio», destaca Jubera.

El estudio comenzó en 2018, poco después de que el Consejo de Seguridad Nuclear se hiciera eco de sus resultados nacionales. Desde entonces, y gracias a las mediciones realizadas en varios lugares de las Islas, se ha concluido que hay zonas donde el riesgo es mucho menor que el planteado así como otros reductos donde se había infraestimado. Por ejemplo, las mediciones realizadas en los municipios de Telde (Gran Canaria) y de La Laguna (Tenerife), muestran que la situación no es generalizada y que existen zonas donde el riesgo se puede calificar de bajo o moderado y otras en las que el riesgo sí supera los niveles de referencia, establecidos por la normativa europea en 300 Bq/m3 (desintegraciones por segundo de átomos de radón en un volumen de aire de un metro cúbico). «Hay sitios con niveles muy bajos, como Santa Cruz de Tenerife, que además, coincide con los municipios más poblados», resalta Jubera. Al contrario, también han detectado lugares en los que el estudio nacional no ha estimado que exista un riesgo alto y, en realidad, sí lo hay.

En estudios previos dirigidos por el investigador Juan Carlos Santamarta, de la Universidad de La Laguna, en colaboración con Involcan y el Gobierno de Canarias, se ha detectado que los lugares con más presencia de radón en las Islas son las galerías de agua. Y es que el subsuelo de las Islas, contiene cantidades apreciables de uranio, el material que, en su cadena de desintegración radiactiva, genera gas radón. En ellos, por ejemplo, se pone de relieve que hay otras islas en los que también existe este gas, como El Hierro o La Palma, aunque las concentraciones en estos lugares sean más bajas que en Tenerife.

El radón puede entrar por dos vías a los edificios. Lo más común es que se adentre a través de fisuras o grietas en la solera o los muros del sótano. Si lo hace de esta manera, es probable que entre en los pisos inferiores del edificio, pero no es tan común que llegue a un segundo o un tercero. El radón procedente del subsuelo también es capaz de filtrarse en las arquetas de distribución de las instalaciones que se encuentran enterradas y dan servicio al edificio como la red eléctrica y el saneamiento, lo que permite a este gas acceder a más plantas del edificio.

La primera campaña de campo para evaluar las verdaderas concentraciones de radón de Canarias culminará el mayo de 2022. «Las hacemos en invierno porque es cuando se pueden medir niveles más altos de radón, porque los edificios se ventilan menos», resalta Jubera. Los investigadores han puesto a disposición de toda la ciudadanía sus herramientas de medición de manera gratuita. Para saber si la vivienda cumple con las condiciones adecuadas, los interesados pueden inscribirse en la web www.ic-radon.org.

El radón es una de las principales causas de cáncer de pulmón. Las estimaciones actuales sobre la proporción de los casos de cáncer de pulmón atribuibles a este gas varían entre un 3% y un 14% según la concentración media de radón en el correspondiente país y de la prevalencia del consumo de tabaco.

No es exactamente el gas radón el que va a provocar el daño a nuestro organismo, sino los productos atómicos que se generan durante su desintegración radiactiva. Cuando inhalamos aire y el átomo gaseoso de radón se introduce en nuestro cuerpo, sus descendientes que sí son sólidos pueden adherirse al tracto respiratorio y las partículas que emiten, entrar en contacto con los epitelios pulmonares, produciendo ionizaciones en el cuerpo de las células, dañando su ADN y volviéndolas cancerígenas.

El riesgo de este cáncer aumenta en un 16% con cada incremento de 100 Bq/m3 en la concentración media de radón a largo plazo. El riesgo de cáncer de pulmón aumenta de forma proporcional al aumento de la exposición al radón. La probabilidad de que este gas provoque cáncer de pulmón es hasta 25 veces superior en los fumadores.

El gas radón y sus consecuencias

El gas

¿Qué es el radón?

El radón es un gas radiactivo incoloro, inodoro e insípido. Se produce por desintegración radiactiva natural del uranio presente en suelos y rocas. El agua también puede contener radón.

Presencia

Se cuela en los edificios

El radón se filtra en los edificios por las grietas en los pisos o en su unión con las paredes, los espacios alrededor de las tuberías o cables, los pequeños poros que puedan presentar las paredes construidas con bloques de hormigón huecos, los muros huecos o los sumideros y desagües.

Salud

Causa cáncer de pulmón

El radón es una de las principales causas de cáncer de pulmón. Las estimaciones actuales sobre la proporción de los casos de cáncer de pulmón atribuibles a este gas varían entre un 3% y un 14% según la concentración media de radón en el correspondiente país y de la prevalencia del consumo de tabaco.

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