El encarecimiento del precio del aceite de girasol ha provocado que muchos consumidores se pasen al aceite de oliva porque la diferencia en los supermercados es escasa. Ahora bien, hay una tercera opción menos conocida y que puede convertirse en la sustitución perfecta en relación calidad-precio. ¿Conoces lo que es el orujo de oliva?

El orujo de oliva es aquel que se obtiene mediante tratamiento con disolventes y/o procedimientos físicos de los orujos de olivas, que no son más que los restos que quedan de la oliva después de obtener el aceite de oliva virgen. Los expertos recomiendan su uso en la fritura, misma finalidad que suele tener el aceite de girasol en la cocina.

La composición química en ácidos grados es casi la misma en el orujo de oliva que en otros aceites procedentes de la aceituna tal y cómo Javier Sánchez Perona explica para Cuídate Plus: algunos de los compuestos menores que aparecen son importantísimos para nuestra salud, como los tocoferoles, esteroles, triterpenos o alcoholes grasos.

La principal diferencia entre el orujo de oliva y el aceite de girasol es que el primero es rico en ácido oleico y el segundo en ácido linoleico, aunque el primero es mejor para freír que el segundo.