eldia.es

eldia.es

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los gatos ponen en jaque la supervivencia del lagarto gigante de Tenerife

Un grupo de científicos de la Universidad de La Laguna descubre que los felinos han triplicado el consumo de estos reptiles autóctonos en peligro de extinción

Un ejemplar de lagarto gigante de Tenerife, en la zona de Guaza Juan Carlos Rando

Las colonias de gatos están poniendo en jaque la supervivencia del lagarto gigante de Tenerife. Desde su introducción en Canarias junto a los conquistadores castellanos, los felinos han demostrado ser una de las mayores causas de la desaparición progresiva de estos reptiles endémicos de las islas, y la situación no tiene visos de haber mejorado seis siglos después. De hecho, en los últimos años, los gatos domésticos asilvestrados han incrementado su consumo aún de esta especie protegida y en peligro de extinción en la isla. 

"En los últimos 14 años, los gatos de la zona de Guaza - perteneciente al municipio de Arona - entre han experimentado un cambio bastante significativo en su dieta", explica Adrián Flores, ambientólogo especializado en biodiversidad terrestre y conservación en islas de la Universidad de La Laguna y coinvestigador de este artículo publicado en la revista Scentia Insularum. Los gatos domésticos asilvestrados que se encuentran en esta zona del sur de isla, que coincide con una de las seis áreas críticas de conservación del lagarto gigante de la Tenerife, ahora se alimentan el triple de estos reptiles que en 2005. 

Los gatos han multiplicado por 16 el consumo de aves, como los petreles de Bulwer

decoration

Los investigadores creen que este cambio "brusco" en su dieta está relacionado por la aparición de un virus que provoca la neumonía hemorrágica vírica (RHD) -conocida como enfermedad hemorrágica del conejo- en el ecosistema canario. La RHD es altamente contagiosa y sus tasas de mortalidad en conejos adultos pueden alcanzar el 100%. Aunque se trata de un virus "clásico" de los conejos, desde 2011, debido a un cambio en su genética, se ha convertido en una verdadera plaga para toda Europa.  "Esto ha causado que el censo de conejos se haya visto reducido en los últimos años, por lo que los gatos han tenido que buscar alternativas para sobrevivir", puntualiza el científico, que describe que en su estudio han descrito también una reducción del consumo de mamíferos de este tipo en los gatos.

Las aves también retroceden

Debido a esto, los felinos de esta zona de la isla han empezado a explotar otros recursos, especialmente reptiles (entre ellos el tizón y el lagarto gigante) y aves. Estas últimas, aunque no han sido objeto del estudio, también preocupan a los científicos, pues "se ha multiplicado por 16 su consumo", resalta Flores. Entre las especies cazadas por los gatos se encuentran los petreles de Bulwer, cuyo consumo se ha incrementado por cinco. "También son especies en peligro", advierte el investigador, pues tanto los gatos como las ratas ocasionan importantes daños en las colonias de cría. De hecho, el petrel de Bulwer se incluye en Libro Rojo de las aves de España (2004) como en peligro y cuenta con la consideración de interés especial en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.

A este paso, el lagarto gigante de Tenerife estará extinto en "10 o 15 años"

decoration

Este aumento del consumo de lagartos coincide, a su vez, con una reducción de sus ejemplares en la zona de Guaza. Según los últimos censos emitidos por el Cabildo de Tenerife, en dicha zona la población ascendía a unos 587 lagartos gigantes de Tenerife en 2019, cuando en 2005 se contabilizaron más de 1.100. En el mismo tiempo, el área que habitan se ha visto reducida. "Es llamativo que el descenso de esta especie se centre en los barrancos, donde los gatos tienen más fácil el acceso", resalta Flores, que insiste que tanto en Tenerife como en La Gomera, esta especie está tendiendo a refugiarse exclusivamente en riscos y acantilados. "Mucha gente no tiene conciencia del impacto que está teniendo el gato en esta especie", lamenta el ambientólogo que estima que, a este paso, el lagarto gigante de Tenerife estará extinto en "10 o 15 años".

Un ejemplar de lagarto gigante de Tenerife, descansando en una roca. Juan Carlos Rando

Además de incidir en el problema ambiental que está causando el gato asilvestrado al ecosistema canario, este trabajo quiere poner de relieve la necesidad de ponerles coto. Aunque son conscientes de que las medidas para paliar este problema no siempre son bien recibidas por la ciudadanía, el investigador resalta que no todas las acciones tienen que ver con la eutanasia. "La mayor parte de las medidas en este sentido tienen relación con el aislamiento de los gatos en entornos cerrados, como albergues", destaca. De hecho, con la construcción de recintos donde estos gatos puedan hacer su vida sin perjudicar al resto del medio no solo se pondría coto a la reducción progresiva de estos reptiles autóctonos, sino que también "podría impulsar la adopción".

Un problema de todas las islas

Tenerife no es la única isla en la que sus lagartos gigantes han sufrido una reducción drástica de sus censos. El problema se repite en Gran Canaria, La Gomera y El Hierro, donde antaño - tal y como sucedía en Tenerife- estos lagartos se podían encontrar en prácticamente todo el territorio. "Se han encontrado fósiles en toda la isla", resalta el investigador. En La Gomera y El Hierro el problema es el mismo que en la isla capitalina: los gatos. "No hay más que recordar la reintroducción de lagarto gigante de El Hierro de 2001", rememora Flores. En aquel momento, se devolvieron al medio 200 ejemplares y en apenas dos meses, ya no había ninguno.

En Gran Canaria, el problema de los lagartos gigantes no son los gatos, sino las culebras. La culebra real de California (Lampropeltis californiae) ha extinguido ya a los reptiles exclusivos de Gran Canaria en las zonas que ha invadido en la isla. Así lo informaron el año pasado un grupo de investigadores del Instituto de Productos Naturales y Agrobiología (IPNA-CSIC) tras publicar los resultados de su estudio en la revista científica Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences.

La culebra californiana fue introducida en Gran Canaria en 1998 y desde entonces su población no ha parado de crecer a pesar de los esfuerzos que tanto el Gobierno de Canarias como el Cabildo isleño han hecho desde el año 2009. El lagarto gigante está casi extinguido en las zonas invadidas por la culebra ya que desaparece el 99% de los individuos, pero la extensión de la culebra californiana también ha acabado con el 80% de las las lisas de Gran Canaria y la mitad de los perenquenes de Boettger.

"A mucha gente le choca que el gato no pertenezca a ningún ecosistema, pero es así, porque es un animal doméstico", resalta Flores. Al no tener un lugar establecido en el ciclo del ecosistema, su introducción provoca alteraciones como si de una especie exótica se tratara y, de no repararse a tiempo, es posible que cause daños irreparables. En este caso, los lagartos gigantes contribuyen a dispersar semillas y su desaparición afecta a la conectividad y las características genéticas de las poblaciones de plantas. Los investigadores han demostrado que la extinción de los lagartos gigantes canarios ha provocado una reducción drástica en la conectividad genética en las poblaciones de la planta endémica Orijama (Neochamaela pulverulenta), que, además, ha alterado, sus características genéticas a lo largo de su área de distribución.

Compartir el artículo

stats