En el año 1999 y de la mano del creador de Los Simpson, Matt Groening, nació una de las series de animación más aclamadas de todos los tiempos. 'Futurama' fue de inmediato toda una revolución televisiva, gracias a su humor ácido y a esa parodia del año 3000 visto a través de un personaje del mundo actual, con constantes guiños y referencias sociales.

Ese avance de mil años en el tiempo muestra una sociedad con gran parte de los defectos heredados de la actual, algunas características acentuadas y una clara evolución tecnológica, muchas veces plasmada más en las apariencias que en la mentalidad de los habitantes.

El joven repartidor de pizza Philip J. Fry se ve obligado a adaptarse a una realidad muy diferente de la suya, es empleado por su pariente vivo más cercano (su anciano tátarasobrino Hubert J. Farnsworth) y pese a su continuo rol de enternecedor perdedor, acaba beneficiándose en muchas ocasiones de los avances que el progreso dejó en el milenio que pasó criogenizado.

Entre estos avances se observan algunos que, siendo completa ciencia ficción en el momento en el que aparecieron en el universo creado por Groening, en apenas un par de décadas ya han tenido reflejo similar en la vida real. Repasamos los principales inventos que, lejos de necesitar mil años para transformarse en tangibles, han sido en cierto modo desarrollados sin ser necesaria la espera hasta el año 3.000 para verlos.

Gafas de realidad virtual

Gafas de realidad virtual.

Quizá sean el ejemplo más claro de algo que apareció en 'Futurama' cuando aún era impensable y en muy poco tiempo ha aparecido con una cierta cotidianeidad en el mundo real. En uno de los episodios, varios personajes empleaban una especie de casco para entrar en la realidad virtual, encarnando su propio personaje digital en un juego inmersivo.

Desde las fallidas Google Glass de la compañía de Mountain View, hasta las Oculus Rift que Facebook pretende convertir en una puerta de acceso al metaverso, numerosos han sido los intentos empresariales por popularizar este tipo de gafas de realidad virtual. En cualquier caso, la tecnología ya ha sido más que desarrollada, y parece cuestión de tiempo que su utilización se convierta en algo al alcance de cualquiera.

'Robostrippers'

Robots strippers.

La industria del consumo sexual ha evolucionado notablemente en los últimos años ligada a la popularización de las nuevas tecnologías. Si en la serie, el robot juerguista Bender era un habitual de los locales de ocio nocturno en los que bailaban otras androides de manera sugerente, en 2012 se desveló el desarrollo de los primeros prototipos de robots strippers.

Algo más tarde, en 2018, una muestra de estos apareció de la mano del artista Giles Walker en la feria CES, uno de los eventos tecnológicos más relevantes del planeta.

Desplazamientos vía 'Hypertubo'

Hypertubo de 'Futurama'.

En la serie podía verse cómo sobre las ciudades existía una compleja infraestructura de tubos a través de los cuales la gente podía desplazarse a elevadísimas velocidades. La realidad rápidamente superó a la ficción, con el desarrollo del Hyperloop por parte de Elon Musk.

Las primeras aplicaciones en el mundo real de estas cápsulas supersónicas no fueron especialmente atinadas, con un modelo inicial que unía Los Ángeles y San Francisco que no consiguió ahorrar excesivo tiempo a los usuarios. No obstante, Musk no se rindió y continúa tratando de hacer viable esta opción, incluido un centro de desarrollo (cierto es, con escasos resultados por ahora) en Andalucía.

El 'oloroscopio'

El telescopio olfativo de Futurama.

Algo tan sencillo y tan complejo a la vez como un telescopio de olores, apareció en la serie desde finales del siglo XX y el mundo de la ciencia no tardó en verles aplicaciones en la realidad.

En 2012 se presentó el Nasal Ranger, un complejo artilugio que permitía percibir olores a distancia, potenciando así uno de los sentidos menos utilizados por el ser humano.

El desarrollo pretende ser útil en aspectos como la vigilancia del medio ambiente, siendo capaz de detectar riesgos y peligros con mucha anticipación, ayudando a ponerles solución a tiempo.

Las cabinas de suicidio

Cabinas de suicidio.

Un asunto espinoso y muchas veces tabú en nuestra sociedad, aparece reflejado desde el primer capítulo de la serie, cuando Fry y Bender se introducen en una de las cabinas 'Stop and Drop' disponibles por el módico precio de un cuarto de dólar. Ambos tratan de compartir una muerte instantánea (Fry por error, al confundirla con una cabina telefónica), pero para disgusto del robot descubren la opción de revertir el proceso.

En el mundo real, pese a las implicaciones éticas de esta cuestión, la idea de una cabina de suicidio ha sido ya desarrollada (aunque obviamente, no utilizada), llegando a perfeccionarse hasta el caso del dispositivo Sarco, ideado por el físico Philip Nitschke en 2017, que promete una muerte dulce, en una postura cómoda, un ambiente agradable, y nulo sufrimiento debido a la asfixia por inhalación de nitrógeno. Las críticas a este desarrollo, debido a las evidentes consideraciones morales, han sido importantes, impidiendo su comercialización y utilización. Pero si la ciencia ya ha llegado a ese punto, no sería descartable que algún día se pueda llegar a generalizar.