La vinculación de la disfunción eréctil con los factores de riesgo cardiovascular hacen que sea recomendable un abordaje multidisciplinar, que permita valorar las causas de estos episodios de cara a la prevención de eventos cardiovasculares como el infarto de miocardio o el ictus, afirman la cardióloga y el urólogo de Hospital Parque, Míriam Sánchez y David Hernández, respectivamente.

Ante la celebración hoy del Día Europeo de la Salud Sexual, Hernández señala que la disfunción eréctil es un problema muy frecuente, que afecta a más de la mitad de los mayores de 50 años. Su causa suele ser generalmente una combinación de factores orgánicos, como patologías vasculares, neurológicas, anatómicas o endocrinas, y psicógenos, atribuidas al estrés, la ansiedad o la depresión.

Añade que, según los últimos estudios, la presencia de episodios repetidos de disfunción eréctil puede asociarse a un incremento de hasta un 59% de las probabilidades de desarrollar enfermedades cardiacas o un accidente cerebrovascular. Explica que la erección es un fenómeno neurovascular y, como tal, la presencia de placas de arteriosclerosis en las arterias que irrigan el pene puede provocar esta disfunción. Por ello, en ocasiones es un signo de alarma previo a la aparición de patologías cardiovasculares más severas.

Añade que este comportamiento se debe a que la enfermedad vascular se empieza a manifestar en las arterias más estrechas, como las del pene, y después se hace más evidente y con mayor intensidad al afectar a otras mayores, como las que llegan hasta el corazón.

Hernández insiste en que es necesario realizar una valoración integral que permita determinar las causas de la disfunción eréctil y valorar tanto la salud cardiaca como los factores de riesgo cardiovascular para establecer pautas preventivas y correctoras de cara a mejorar el flujo sanguíneo general. La hipertensión, la diabetes, el colesterol, el sobrepeso, la inactividad física y el tabaquismo son los principales factores de riesgo que se asocian a la disfunción eréctil y a la salud cardiovascular, propiciando la obstrucción de las arterias. David Hernández señala que el control y reducción de dichos factores permitirá hacer frente a los problemas de disfunción eréctil, al mismo tiempo que se puede incorporar un tratamiento farmacológico que permita mejorar las erecciones hasta que se consiga erradicar las causas.

La cardióloga Míriam Sánchez destaca que la reducción de los factores de riesgo conlleva la incorporación del paciente a un programa integral que incluya actividad física y un cambio de los hábitos de vida. Recomienda hacer 30 minutos de ejercicio moderado cinco veces por semana, con actividades tanto aeróbicas como de tonificación muscular. Destaca la importancia de incorporar pautas de alimentación saludables, con la ingesta de cinco porciones de frutas y vegetales al día, la limitación del consumo de alimentos procesados y envasados, o eliminar el tabaco. Subraya que no solo es importante tener en cuenta los síntomas de disfunción eréctil a la hora de prevenir la patología cardiovascular, sino que, una vez instaurada, debe hacerse un seguimiento para mejorar la calidad de vida, como ocurre con los pacientes que están en el programa de rehabilitación cardiaca.