La irrupción de la pandemia de coronavirus hace dos años ha puesto en jaque a muchos sectores industriales europeos que se han visto obligados a paralizar su producción debido a la falta de un componente tan clave en la fabricación de los dispositivos digitales como son los semiconductores, utilizados en todo tipo de aparatos electrónicos. Para evitar que esta dependencia vuelva a pasar factura en el futuro y paralice sectores tan estratégicos en el Viejo continente como la industria automovilística, la Comisión Europea ha aprobado este martes una propuesta legislativa que incluye medidas para garantizar la seguridad del suministro, la resiliencia y el liderazgo tecnológico con un objetivo central: multiplicar la producción europea y que el 20% de los chips de todo el mundo se fabriquen en la UE en 2030.

Actualmente, menos del 10% de los semiconductores que se producen a nivel mundial se fabrican en la Unión Europea cuando hace menos de cuatro décadas el porcentaje alcanzaba el 40%. En estos últimos cuarenta años, Europa ha perdido terreno respecto a Estados Unidos, donde se diseñan este tipo de componentes, y sobre todo Asia que produce el 80% con Taiwán como principal abastecedor. Una situación que genera una dependencia absoluta, tal y como ha puesto de manifiesto la pandemia, que ha obligado al cierre de fábricas en muchos sectores y a paralizar cadenas de fabricación por la penuria de este componente. Por ejemplo, en algunos Estados miembros la producción en el sector del automóvil se redujo en un tercio en 2021. 

Para evitar la repetición de este escenario, hacer frente a este problema sistémico y ganar en autonomía Bruselas ha diseñado un plan que aspira a movilizar 43.000 millones de euros en financiación pública y privada. La idea, sostiene la Comisión Europea, es utilizar esta financiación para poner en marcha medidas con las que prevenir, preparar, anticipar y responder rápidamente a cualquier futura interrupción de las cadenas de suministro.

Líder tecnológico

“La ley cambiará las reglas del juego. A corto plazo, aumentará nuestra capacidad de resistencia ante futuras crisis, al permitirnos anticipar y evitar las interrupciones de la cadena de suministro. Y a medio plazo, contribuirá a convertir a Europa en un líder industrial en esta rama estratégica”, ha explicado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, sobre una de las propuestas prometidas en el último debate sobre el estado de la unión. A largo plazo, mientras tanto, la idea es impulsar el liderazgo tecnológico europeo y colocar a Europa como líder tecnológico en mercados innovadores.” Europa es el continente en el que han empezado todas las revoluciones y puede ser el origen de la próxima revolución también”, augura la alemana.

Bruselas anima a los Estados miembros a empezar a redoblar la coordinación para anticipar posibles perturbaciones en los mercados y adoptar medidas correctoras mientras se tramita la aprobación del reglamento que será de aplicación automática si Parlamento Europeo y Consejo dan luz verde a la propuesta.