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La Ley Tignon

La ley Tignon.

A partir de1763, existió una gobernación española perteneciente a la Capitanía General de Cuba en Luisiana que formaba parte del Virreinato de Nueva España hasta que fue devuelta por el Tercer Tratado de San Ildefonso a Francia en 1803. Los españoles pudimos haber dejado, durante esos 41 años, un legado precioso, pero lo que perduró hasta nuestros días son las secuelas de la Ley Tignon.

En 1785 Esteban Rodríguez de Miró y Sabater es proclamado gobernador de Luisiana, un militar catalán que fomentó la inmigración para consolidar la presencia española. Se cuenta de él que era excesivamente legalista y poco flexible.

Hacia 1786 impuso la Ley Tignon, la cual consistía en obligar a las mujeres negras de distinta procedencia (Martinica, Dominica, Guadalupe…), fueran esclavas o no, a llevar una tela que cubriera su pelo. Diversas leyes prohibían las relaciones interraciales, pero la realidad es que los oficiales españoles les hacían bastante poco caso. Estas leyes, en ocasiones, permitieron a los dueños liberar, mediante notario, a sus esclavas; dichas medidas eran permisivas con las relaciones casuales entre dueño y esclava que terminaba derivando en descendencia mestiza.

Al parecer, el motivo para crear la Ley Tignon fue que el hermoso cabello de las mujeres negras se veía como un método de seducción al hombre blanco y, por ende, una amenaza para las mujeres blancas y la «pureza de la raza». Esta ley (o conjunto de leyes) regulaba la vestimenta de las mujeres negras para así evitar el mestizaje y promover el orden social.

Pero las mujeres negras no pensaban quedarse de brazos cruzados y pusieron de moda los tignon (las telas con las que cubrían su cabello). Utilizaban tejidos con colores vivos y llamativos estampados, llenándolas de preciosos abalorios y dándoles diferentes formas. Estas mujeres supieron sacar provecho de una injusticia y convirtieron una prenda represiva en un símbolo de orgullo que perdura hasta nuestros días. Así el tignon se convirtió en un distintivo racial, una prenda que unió a las mujeres en un acto desafiante.

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