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Fuera de Carta | Gastronomía

El Furancho, un rejo gallego en Tenerife

Cada dos días les llegan desde Fisterra, frescos y sin intermediarios, el marisco y las carnes

La singular facahada del Furancho. | El Día

Dicen a propósito de los inspectores de la Guía Michelin que haberlos, haylos –como también sucede con las meigas–, pero ni Alberto en sala ni Emma en los fogones, el matrimonio gallego que desde julio de 2018 regenta el Furancho La Zapatería, supieron reconocerlos cuando hasta en tres ocasiones acudieron a su casa. La sorpresa les llegaba mediante una llamada telefónica anunciándoles que habían sido nominados en la categoría Bib Gourmand –locales de buena mesa y asequibles al bolsillo–, un reconocimiento que se oficializaba durante la gala que la famosa guía roja celebró el pasado mes de diciembre.

La primera impresión del Furancho es visual: esas pinturas que recrean sobre la fachada, con puertas de colores vivos, la cristalera de una antigua zapatería –en honor al padre de Alberto, quien vivió de ese oficio– y traspasado el umbral, una vez ya en el interior, el sabor de la sencillez: manteles de hule que cubren las mesas; un aparador luciendo antiguas fotografías de gente de la mar; un par de zuecos por allí; farolillos; varios pequeños comedores distribuidos por las habitaciones... Porque en gallego, la voz furancho define, precisamente, a esas casas particulares que habilitan una zona como comedor al público para servir el vino excedente de su propia cosecha, acompañado por platos de comida casera. El paralelismo con la esencia de nuestros populares guachinches resulta evidente.

Esa estrecha vinculación también se traduce en la mezcla de cocinas atlánticas. De una parte, el sensacional producto gallego, fresco y sin intermediarios, que el hermano de Alberto envía desde Fisterra (A Coruña), sin paradas y con rumbo directo hacia la Isla cada dos días: pulpos, zamburiñas, cigalas, mejillones, navajas, lubina salvaje, dorada, rodaballo, entrecot de novillo, solomillo, queso de tetilla... «Además, tenemos hasta cuatro referencias exclusivas de vinos gallegos», afirma Alberto con evidente orgullo. La Isla, por su parte, les procura las que sin lugar a dudas son las mejores papas del mundo y también los frutos de una huerta humilde, pero realmente sabrosa; los mojos...

Alberto tira de su léxico natal y se refiere al enxebre, ese término que puede traducirse como algo original y genuino, familiar.., al punto de que las personas que se reúnen en el local terminan trabando trato y amistad.

De fondo, en el Furancho palpita también una historia de amor, aderezada por un relato de emigrantes. «Mi mujer estuvo trabajando 22 años en Tenerife y regresó al pueblo, a Corcubión. Fue entonces cuando tiró de mí para la Isla». Así, y después de pasar un año en el Sur, decidieron poner la proa al norte, hacia Icod, y hasta hoy. Aquí han echado raíces, hasta el punto que en diciembre abrieron una marisquería en la calle Puerto Viejo del Puerto de la Cruz, de nombre As Xaviñanas, en honor a unas tías de Emma dedicadas al folclore.

(El Furancho La Zapatería, calle La Canarina, La Mancha, Icod de Los Vinos; miércoles a sábado, de 13:00 a 16:00 y 19:30 a 22:30, y domingos de 13:00 a 16:30; tfno.: 672 69 22 26).

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