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Formación o diversión

Extraescolares: entre conciliar y hacer de taxista

Las actividades fuera del horario lectivo permiten a los progenitores compaginar su vida laboral y familiar, pero también suponen una yincana

Susan García y sus hijas Alex y Mariona, al salir del cole, rumbo a las extraescolares.

Las actividades extraescolares de los niños son una tabla de salvación para algunos padres y madres, que pueden así acabar su jornada laboral y llegar a tiempo a recoger a sus hijos. A ellos, estas actividades es lo único que les permite conciliar trabajo y familia. Para otros, en cambio, las extraescolares son actividades que les suponen hacer de taxista todas las tardes.

Susan García y Lidia Zuriaga son dos ejemplos de madres que se pasan las tardes arriba y abajo detrás de las extraescolares de sus hijas. Ambas trabajan, pero sus horarios les permiten estar a disposición de las niñas al salir del colegio. Susan es madre de Alex y Mariona, ambas en 1º de la ESO. Estudian en el colegio Sant Feliu de Cabrera de Mar (Maresme) aunque viven en Cabrils. Cada tarde, Susan las recoge a las 17.00. "Al salir del cole, vamos a casa a merendar y a que se cambien. El lunes las llevo a las dos a tenis a las 18.00 y las recojo a las 20.00. El miércoles y viernes llevo a Alex a tenis a la 17.50 y a Mariona al fútbol a las 18.00. Luego voy a recoger a Mariona a las 19.30 horas y a Alex a las 20.00", cuenta Susan de corrido. Tiene la suerte de que la extraescolar de inglés la hacen en el colegio a mediodía.

En el caso de Lidia, su hija Lola cursa 5º de primaria en el colegio Prosperitat de Nou Barris, en Barcelona. Lola sale a las 16.30 del colegio. Su madre la recoge y van a casa a merendar. Los lunes y miércoles, a las 17.30, la lleva a inglés y la recoge a las 19.00. Los martes y jueves, la historia se repite con la actividad de multideporte, aunque aquí acaba a las 18.00. Y los viernes, sigue una actividad de ludoteca de 17.00 a 19.00 horas.

Es evidente que las extraescolares viven una explosión. Al menos, así era antes de la pandemia. Son actividades cada vez más variadas y lúdicas y van mucho más allá del deporte o el inglés. Las hay de huerto, magia, robótica, yoga... A pesar de que muchos expertos recomiendan no saturar la agenda de los niños y las niñas, desde las asociaciones de padres y madres (ampas) defienden que no se trata de un aumento de la jornada escolar sino de la posibilidad de que los chavales disfruten de un tiempo de desconexión para hacer cosas que les gustan. De hecho, las ampas han trabajado mucho para que se realicen en los mismos colegios, lo cual deriva en dos grandes ventajas para los progenitores: comodidad (y evitar así la figura del padre taxista) y precios más económicos.

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