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“¿Tu pareja es honesta contigo?”

Aplicaciones de control parental que se venden para espiar a la mujer

Los Mossos d'Esquadra y expertos en violencia sexual e inteligencia artificial advierten del peligro que entraña normalizar el uso de la tecnología para controlar enfermizamente al cónyuge

Imagen promocional de una aplicación que anima a espiar al cónyuge.

El anuncio de la aplicación dura unos 15 segundos y comienza lanzando una pregunta clara: “¿Tu pareja es honesta contigo?”. A continuación, las imágenes muestran cómo esta aplicación permite averiguar la respuesta: al instalarla en el teléfono móvil de la mujer, el hombre conoce su ubicación exacta. Curiosamente, en el caso de la pareja que protagoniza el comercial, lo que aparece en la pantalla de él es que ella se dirige en ese instante a un hotel. El vídeo publicitario termina así, dando a entender que la mujer iba a reunirse con su amante en ese hotel y que gracias a esta aplicación, ‘Family Locator’, el novio engañado ha podido saber la verdad. “¿Tu pareja es honesta contigo?”. Respuesta: no.  

 

Esta aplicación, según la página oficial de la empresa inglesa que la ha desarrollado, no ha sido creada con el propósito de controlar a los cónyuges. Se trata de una herramienta que usan más de 70.000 familias para conocer dónde están hijos menores de edad. Sin embargo, al menos en España y en una plataforma como Instagram –un entorno virtual donde abunda la población adolescente–, se promociona para un servicio perverso y distinto del que ha motivado oficialmente su distribución.

 

Este diario ha capturado el vídeo promocional y lo ha mostrado a Andrea García, responsable de la Oficina d'Atenció a la Víctima de los Mossos d’Esquadra y a Ulises Cortés Antonio Andrés Pueyo, dos catedráticos de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) y de la Universitat de Barcelona (UB), respectivamente. Los tres han mostrado su perplejidad al visionarlo. Sobre todo porque el tono del comercial presenta como algo normal lo que en realidad es una invasión preocupante en la intimidad del cónyuge. Y que en caso de que se lleve a cabo sin el consentimiento de la persona que va a ser monitorizada, supone un delito de intrusión informática recogido en el Código Penal.

Un mal uso de la tecnología

Hay otras aplicaciones como Family Locator, pero como esta no han sido desarrolladas con la finalidad de seguirse entre adultos sino de vigilar a los menores que estrenan un teléfono móvil. Para que funcione, la aplicación debe estar instalada en los dos teléfonos móviles, el del adulto y el del menor. Permiten conocer la ubicación en tiempo real de la otra persona y saber con un grado de detalle espeluznante qué ha hecho a lo largo del día. Ese tipo de control parental puede ser también excesivo en Europa, para Cortés, pero está más justificado en países latinoamericanos como México Colombia, donde los secuestros de menores son un problema real y muchos padres recurren a la localización GPS para tratar de reducir riesgos. Sin embargo, en España, y entre adultos con el propósito del anuncio divulgado en rede sociales, es "claramente un mal uso de la tecnología digital", razona Cortés. El experto en inteligencia artificial, además, recuerda que la ley europea prohíbe estos seguimientos por GPS sin autorización de la persona seguida. "Una cosa distinta y no menos lamentable es que una persona adulta se deje perseguir, es decir, que se deje instalar una aplicación como esa o que acceda, a través de otra herramienta, a que alguien tenga información de su actividad diaria en todo momento. Eso es todavía peor", subraya.

Pueyo, profesor de psicología y experto en violencia, en el mismo sentido que Cortés, llama la atención de que en el contexto de una relación tóxica, gobernada por los celos patológicos, el consentimiento puede estar viciado porque una mujer puede acabar aceptando la instalación de una aplicación como Family Locator bajo coacción. "El agresor recurre a estrategias como plantear a la víctima que si no acepta ese tipo de seguimiento es porque está escondiendo algo. En ese caso, la víctima se verá obligada a aceptar ese grado de control en contra de su voluntad real". “Y la necesidad de controlar a tu pareja", prosigue el catedrático, "es un elemento nuclear de la violencia de pareja". Los celos son "una patología" que se puede complicar hasta "el delirio". Y para la mujer pueden resultar "muy lesivos", insiste. "En el fondo responden al miedo a perder a la mujer, a ser abandonados por ella. Pero a quien los sufre le generan mucha ansiedad y para combatirla intenta controlar lo que hace el cónyuge constantemente, como propone esta aplicación", razona el catedrático, dejando claro que, como ocurre con un cuchillo de cocina, que sirve para cocinar pero puede acabar siendo utilizada para hacer daño, esta herramienta no debería usarse como plantea la promoción en España. “El anuncio es machista y el Consell Audiovisual de Catalunya (CAC) debería intervenir”, asegura Pueyo, tras visionarlo repetidamente.

"No es amor"

Los Mossos dan charlas en escuelas e institutos para prevenir contra relaciones tóxicas dado que en los últimos años los casos de maltrato psicológico entre adolescentes han crecido y, a menudo, guardan relación con conductas de control que el agresor ejerce gracias a las nuevas tecnologías: revisando qué hacen sus parejas en las redes sociales, exigiendo que compartan su ubicación o que manden fotografías, comprobando a qué hora se conectan a Whatsapp o incluso leyendo sus mensajes privados. Lo que más llama la atención a los policías, subraya Andrea García, es que muchos jóvenes perciben como algo normal y cotidiano este tipo de control, porque lo están viviendo con su pareja o porque tienen en su entorno más cercano una pareja que se comporta así.

Instalar esta aplicación sin autorización de la víctima o coaccionándola para accede a su instalación, "es un delito que debe ser denunciado", zanja García. "Hay adolescentes que creen que son solo maneras de quererse. Y así van cediendo espacios de libertad. Intentamos concienciarlos de que son relaciones que no son saludables y que pueden ser la antesala de un desenlace más violento. Es complicado que lo entienden, tenemos que hacer mucha pedagogía. Se vende como amor pero es control, es un abuso", avisa.

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