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Coronavirus | La opinión de los expertos

La esperanza de la vacuna española

Elia Torroella, directora del departamento de investigación y registros de Hipra, avanza que el suero elaborado para hacer frente al virus podría aprobarse a mediados de 2022

Elia Torroella (i) acompaña a Pedro Sánchez durante una visita a los laboratorios de Hipra. E. D.

«Empezamos con un equipo pequeño, de una decena de personas, y ahora somos unos cuantos centenares. El éxito de este proyecto es el éxito de todos», explica Elia Torroella, directora del departamento de investigación y registros de Hipra, la empresa que, si todo va bien, a lo largo de 2022 pondrá una nueva vacuna contra el covid-19 en el mercado. La primera de este tipo desarrollada en España. «En enero empezaremos la última fase de los estudios clínicos. Entre febrero y marzo, cuando tengamos los datos de seguridad y eficacia, pediremos su autorización. La vacuna de Hipra podría estar aprobada ya para el segundo trimestre del año 2022. Para entonces, calculamos que ya habremos producido 600 millones de dosis y estaremos preparados para entregar las vacunas tan pronto como se nos pida», adelanta la científica.

Todo apunta, pues, a que la vacuna de Hipra será una de las protagonistas de 2022. Sobre todo ahora que, tras más de un año de investigación, está a punto de convertirse en una realidad. A principios de año, anuncia Torroella, la farmacéutica empezará a reclutar los 3.000 voluntarios que formarán parte de la fase final de los ensayos clínicos. El estudio se llevará a cabo en 18 centros hospitalarios de España y, según explica la científica, también se extenderá a varias instituciones de Portugal, Italia y Vietnam (este último país ha adquirido ya un total de 50 millones de dosis del nuevo suero).

En las primeras fases de los ensayos clínicos, la vacuna de Hipra se probó en personas que no habían recibido ninguna inmunización y obtuvo buenos resultados. Pero ahora, el fármaco se testará como dosis de refuerzo y, más allá de su seguridad y eficacia, también se estudiará su eficacia frente a las variantes emergentes como ómicron. Las expectativas son buenas, explica la científica.

«Este suero podría utilizarse para vacunar a los países donde todavía no han llegado las otras vacunas contra el covid-19. Pero también tiene el perfil perfecto para usarse como dosis de refuerzo en lugares como Europa», comenta Torroella. Por el momento, todavía no hay ningún acuerdo de compra cerrado para la vacuna contra el covid-19 de Hipra. Según explica la portavoz de la empresa, se prevé que en enero mismo empiecen las negociaciones entre la farmacéutica y la Comisión Europea para pactar una compra centralizada para los Veintisiete, incluida España. Si todo va según lo previsto, los primeros lotes de esta vacuna podrían entregarse a mediados de año. El reparto final de este fármaco, así como la decisión de qué grupos recibirán estos pinchazos, dependerá de la decisión de cada país.

Proceso de principio a final

El futuro de la vacuna de Hipra es «esperanzador», comenta Torroella, con la voz de alguien que lleva 25 años, «toda una vida», afirma ella, dedicada al desarrollo de este tipo de medicamentos. Esta científica, farmacéutica de formación, es una de las encargadas de supervisar el diseño de los fármacos de Hipra de principio a fin. Es decir, desde que los laboratorios empiezan a investigar estos medicamentos, pasando por las diferentes fases de ensayos clínicos y escalado industrial hasta conseguir la aprobación de las autoridades sanitarias. Se trata de una carrera científica, tecnológica y humana que, según explica Torroella, Hipra lleva más de 50 años recorriendo. Aunque, eso sí, hasta ahora solo la había realizado para proyectos de salud animal. Con este proyecto entran de lleno en los tratamientos para la salud humana.

«Me gusta pensar que todos los años de experiencia que teníamos nos han preparado para hacer frente a este reto», explica la científica. «El conocimiento que se necesita para hacer una vacuna ya lo teníamos. Igual que teníamos un equipo científico acostumbrado a pensar en el sistema inmunológico, en los ensayos clínicos y en todo lo que se necesita para sacar adelante un producto sanitario», comenta. Aunque para entender el éxito de esta vacuna, Torroella invita a mirar más allá de la empresa donde se inició el proyecto. «Este proyecto ha sido posible también gracias a grupos de investigación públicos de todo el país. Y al trabajo de los hospitales, que a pesar de estar en un momento muy delicado siempre han sacado tiempo para ayudarnos con los ensayos clínicos».

La vacuna de Hipra, como todos los grandes proyectos científicos, se ha construido a hombros de gigantes. Gracias a años de conocimiento pero también a la colaboración de equipos científicos multidisciplinares. Por eso mismo, explica Torroella, ahora que hemos aprendido la lección «hay que seguir invirtiendo en ciencia, en cultivar el ecosistema de conocimiento, instalaciones y talento que se necesitan para tirar adelante este tipo de proyectos. Así, si en unos años surge otra amenaza tendremos las herramientas listas para trabajar en soluciones desde el minuto cero».

A hombros de gigantes

La apuesta por la vacuna de Hipra ha abierto las esperanzas de diversos organismos públicos. Entre ellos, el Banco Europeo de Inversiones (BEI), que ha concedido a la empresa con sede en Amer (Girona) un préstamo de 45 millones. La financiación sirve para sufragar parte de las «inversiones, necesidades y actividades de I+D que requiere el desarrollo de la vacuna, además de reforzar la capacidad de producción del nuevo suero contra el covid.

Una docena de laboratorios españoles (varios de ellos vinculados al Centro Superior de Investigaciones Científicas, CSIC) han estado trabajando en la creación y desarrollo de una vacuna. Alguno de ellos, no obstante, ha abandonado ya los trabajos que tenían en marcha.

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