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Televisión | Un programa en el ojo del huracán

‘Masterchef’, negocio redondo

«Acabé muy desmotivada. Ahora lo pienso y digo: es la tele», relata una participante

La malograda actriz Verónica Forqué posa en el plató de ‘Masterchef Celebrity’ antes de una grabación. RTVE.ES

Exconcursantes del programa relatan episodios de presiones y manipulación («Aquí puedes   llorar. ¡Llora, llora!»). Los famosos cobran 15.000 euros por programa.

Ana intuía dónde se metía cuando se presentó al casting de Masterchef.  «Todos los años entraba una chica joven y yo en aquel momento tenía 22 años. A mi favor contaba con que era deportista de élite, muy extrovertida, y yo creo que se fijaron en ese perfil. Creo que después vieron que, al estar compitiendo, tenía mucho descontrol hormonal y estaba en una fase muy manipulativa. Con eso deciden por dónde pueden jugar con cada concursante».

Ana, una atleta valenciana que participó en la cuarta edición bajo el apodo de Aniuska, no guarda un buen recuerdo del programa. «Acabé muy desmotivada. Ahora lo pienso y digo: es la tele», relata en conversación con Prensa Ibérica. «Está todo guionizado. Pero era joven y me lo creía».

Uno de los aspectos que más le desagradaron fue la falsa ayuda de los cocineros auxiliares, que asisten entre bambalinas a los concursantes. En una ocasión, cuenta, sí fue útil: necesitaba levadura y le dejaron un bote de Royal en la mesa.

«Pero si quieren echarte te ayudan a malas. Me pidieron que cogiese leche condensada y luego el jurado me riñó por poner leche condensada», rememora. Ana fue la primera expulsada de la cuarta edición. En el vídeo con la valoración de su plato, la «bomba de sangre», Masterchef habla de «bomba contra la salud pública» y de que su comportamiento «fue propio de la hija del exorcista».

«Cuando acabas de cocinar te meten en los totales», continúa. Los totales son las entrevistas que se emiten con cada concursante entre las escenas de cocinado. En ellas están solo el participante y un redactor.

«Te hacen preguntas para provocar. Tienes que seguirles el hilo y, sin darte cuenta, te reconducen. Yo creo que ellos querían que llorase. Lloraba porque me preguntaban por mi abuela: que si la echaba de menos, que si mi abuela estaba muy estresada, que si no sentía que una atleta como yo había fracasado... A lo mejor te tienen media hora ahí diciéndote: este es un lugar para llorar si quieres. Hemos visto que cuando Jordi te ha corregido casi se te escapa una lagrimita. Y aquí puedes llorar. ¡Llora, llora!».

Al acabar cada edición, muchas reacciones de los concursantes y ganadores en entrevistas son de agradecimiento. Tras proclamarse ganador hace apenas unas semanas, Juanma Castaño declaró que «es muy tópico, pero que se acabe el programa es lo peor. Además de estar disfrutando y aprendiendo, recibes mucho cariño de la gente». Sin embargo, hay otra realidad más amarga detrás, al menos en los que cayeron.

La joven atelta valenciana, que ahora tiene 28 años, habla sin tapujos porque ya ha caducado su contrato de confidencialidad con Shine Iberia, la productora de Masterchef.

Humillaciones

Shine demandó a Saray Carrillo, la mujer trans de Córdoba que participó en la octava edición y fue expulsada por presentar una perdiz sin desplumar, por saltarse este contrato. Carrillo desveló en una entrevista que fue una redactora quien la buscó en redes sociales e insistió para que se presentara y criticó los ataques recibidos. «La gente está diciendo que mi plato fue una falta de educación y en realidad fue una forma de reivindicarme, de decir ‘señores, yo no voy a cocinar más para que me humillen’». Con el contrato de confidencialidad Masterchef consigue aminorar las críticas. Pero los concursantes anónimos tampoco son los únicos en levantar la voz. María del Monte abandonó la primera edición del Celebrity cargando contra las malas caras de los jueces, y Fernando Tejero declaró que «la mitad de lo que pasa ahí es mentira».

Fundada en 2011, asociada a Endemol desde 2015 y perteneciente al grupo internacional Banijay desde 2020, Shine Iberia se ha convertido en un gigante empresarial gracias a Televisión Española. La compañía pasó de facturar menos de dos millones de euros en 2011 a superar los 37 millones en 2019, un crecimiento del 1.955% acompañado de unos beneficios superiores a dos millones de euros. La mayoría de la facturación de Shine en 2019 —25 millones, el 75% del total, según una respuesta de TVE tramitada por transparencia y publicada por El Independiente— procede del ente público.

Pese a que la publicidad está prohibida por ley en TVE, el programa funciona como una especie de gran plataforma promocional. Son conocidos los «patrocinios culturales» (legales) de Bosch y El Corte Inglés, pero algunas localizaciones de exteriores también pasan por caja.

Este diario ha revisado varios contratos públicos adjudicados a Shine Iberia desde ayuntamientos de todo el país: A Coruña, Cáceres, Denia, Isora, el Lago de Sanabria en Zamora o Tenerife, a razón de entre 15.000 y 45.000 euros. En grabaciones así, y como se puede observar en el desglose del contrato de A Coruña, la productora pide que el cliente pague los desplazamientos, alojamiento y comida de toda la plantilla (65 personas + 21 de equipo artístico) y disponga al servicio de camareros, montaje, limpieza y seguridad durante la grabación. Ni TVE ni Masterchef han aclarado si esta fórmula es legal ni si TVE recibe algún porcentaje de esos ingresos, si bien la CNMC ya ha multado a la cadena pública en el pasado por emitir publicidad encubierta.

Masterchef es la joya de la corona, pero lo cierto es que no es la única: Shine también produce Maestros de la Costura, Prodigios y Hacer de Comer. Es la productora que más factura a TVE.

El suicidio de Verónica Forqué, actriz que participó en la última edición de Masterchef Celebrity y que abandonó «por agotamiento» a las puertas de la semifinal, ha puesto todos los focos sobre el show. Varios consejeros de RTVE han pedido ver los brutos del rodaje para investigar si la productora fue responsable al contratarla.

Aunque no destacara por sus dotes culinarias, Shine mantuvo a Forqué durante diez programas sin expulsarla y resaltó en numerosas ocasiones sus evidentes alteraciones psicológicas. Discusiones, malas contestaciones e incluso el rechazo de los compañeros a escogerla en su equipo fueron algunas de las escenas protagonizadas por Forqué y seleccionadas para aparecer en pantalla.

Shine, que no ha contestado a ninguna pregunta de este medio, publicó un comunicado lamentando su muerte y destacó que en la grabación del programa, entre mayo y julio de 2021, Forqué «afirmó en muchas ocasiones sentirse feliz y agradecida». La empresa desveló, además, que preparaba una serie con ella.

«Unos cuatreros»

«Extraoficialmente son unos cuatreros que nos tratan como el culo. A mi edad ya sé lo que es trabajar bajo presión, pero las formas de la organización y el ambiente laboral no fueron correctos. Entiendo que es un equipo grande, pero me da igual: a mí no vienes y me gritas, a mí me tienes que tratar bien porque la base de esto somos los concursantes», dice un concursante de una de las ediciones más recientes de anónimos.

Masterchef está construido como una mezcla de reality y talent show. En la versión normal, los concursantes se trasladan a una casa en la que permanecen aislados —les quitan el móvil y solo pueden hablar por teléfono diez minutos a la semana— mientras dure su participación. Cobran cerca de 1.000 euros al mes, reciben algunas clases de cocina y dedican la mayoría del tiempo a las grabaciones. En la casa siempre hay un cuidador, un responsable que controla que todo va bien. Este formato es el que más barato le sale a TVE: unos 370.000 euros por programa, según una respuesta de transparencia publicada por Maldita.

Tanto el Junior como el Celebrity son más caros, cercanos al medio millón de euros. En el Celebrity, como en otros formatos similares, los famosos cobran según caché. RTVE indicó en otra respuesta de transparencia planteada por VozPópuli, que la media está en 15.000 euros por programa. Aquí solo acuden a grabar, no viven todos juntos.

«Lo habitual es fichar a dos o tres caras muy conocidas y luego echar mano de personal de relleno. Estos últimos se llevan unos 2.000 euros por semana», explican fuentes conocedoras del sector. En estos casos, no es extraño pactar condiciones como hasta qué semana llegan los concursantes. «Los celebrities tienen otros vínculos profesionales. Es normal», añade otra fuente bien informada.

Como Televisión Española vendió los Estudios Buñuel, Masterchef se graba en una nave alquilada en la localidad de Fuente el Saz del Jarama (que paga TVE), al norte de Madrid. Al no ser un plató al uso, allí permanece inmovilizada una de las dos únicas unidades de alta definición que tiene la cadena pública española (la otra está en Barcelona). «Cuando son los Goya nos toca alquilar otra porque no tenemos», denuncian desde el sindicato CGT. Trabajadores de TVE que tienen que ir hasta allí a grabar lograron, tras denunciar a la corporación, que les pagaran el desplazamiento. 

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