Los Juegos Olímpicos y Paralímpicos me parecen eventos increíbles. No solo porque compiten deportistas al más alto nivel y baten récords, sino porque al disputarse tantas disciplinas diferentes simultáneamente dan visibilidad a muchísimos deportes que habitualmente pasan desapercibidos en prensa y noticiarios, tan copados por el fútbol (masculino). Así que, visto que funcionan en el ámbito deportivo, no veo por qué no exportarlos a mi campo de trabajo. Hoy, en exclusiva en la Gaveta de Astrofísica, presentamos ¡los Juegos de las binarias de rayos-X!

En estos Juegos se enfrentarán algunas de las más famosas binarias de rayos-X. Así que empecemos recordando que estas particulares atletas son sistemas formados por una estrella y un agujero negro (o estrella de neutrones), tan cercanas entre sí que parte del gas de la estrella es robado por su compañero y forma un disco a su alrededor. Este disco, que llamamos de acreción, es como una sala de espera donde el gas aguarda girando hasta ser tragado por el agujero negro. Y cuando el ritmo al que traga no compensa el de llegada al disco, el gas se acumula y calienta cada vez más hasta que entra en erupción. Pero que no cunda el pánico, no vayan a por los extintores todavía, ya que con erupción nos referimos a que se emite radiación muy energética (rayos-X) durante una temporada.

¡Ya comienza la inauguración! Lo primero es un homenaje: con casi sesenta años, recibamos con un aplauso a ¡Scorpius X-1! Cuando se descubrió en 1962, se desconocía que existiesen objetos fuera del Sistema Solar emitiendo esta radiación. Así que le concedemos una medalla honorífica (se oyen aplausos en la Gaveta-estadio).

La categoría de disco inicia las competiciones solo que, en vez de lanzarlo, aquí lo que valoramos son sus dimensiones. Las binarias de rayos-X suelen tener discos de acreción con radios de unos 4 000 000 km, aproximadamente diez veces la distancia de la Tierra a la Luna. ¡Son enormes! Pero en el podio encontramos tamaños realmente monstruosos: la medalla de plata se la lleva V404 Cygni, con un radio 23 veces mayor que la distancia Tierra-Luna. Y si esto les parece sorprendente, mejor siéntense, porque la campeona absoluta, GRS1915+105, tiene un disco ¡más del doble de grande! (Un ¡ooooh! recorre la Gaveta).

Mientras sus compañeras se retiran, V404 Cygni permanece en pista para competir en la siguiente prueba: el salto de cortitud, donde gana la que esté más cerca. El problema es que el presupuesto de estos Juegos es demasiado modesto para permitirnos un ojo de halcón, así que decidir quién merece el oro es complicado. V404 Cygni está a menos de tres kilopársecs de nuestro Sistema Solar, pero la mejor candidata parece ser A0620–00, a solo un kilopársec. Para ser binarias de rayos-X es bastante cerca, pero hablamos de solo mil veces más lejos que Alfa Centauri, nuestra estrella más cercana. Su luz tarda más de 10 000 años en llegarnos, así que por muy intensas que sean las erupciones, en la Tierra no corremos ningún peligro (suspiro de alivio).

Como prueba central de estos Juegos, llega ya la esperada maratón: sabemos que las erupciones duran unos meses o como mucho algunos años pero, ¿cuál es el récord? GRS1915 viene pisando fuerte con una erupción de nada menos que ¡26 años! Pero esto es cascarilla para Scorpius X-1, que vuelve a subir al podio por llevar en erupción desde que se descubrió ¡hace casi 60 años! Como ven, en estos Juegos no hay edad límite para dejar de ganar medallas (aplausos significativos).

De hecho, algunas binarias veteranas son muy perseverantes, llamando la atención de la comunidad astronómica en otra conocida categoría: los 100 años vallas, donde el requisito para participar es repetir erupciones periódicamente. Es el caso de 4U1543-47, con regulares erupciones cada diez años: 1971, 1983, 1992, 2002… ¡Un momento, ha tropezado en la valla 2012! Una pena, por mucho que haya repetido erupción en 2021. La medalla se la lleva Aquila X-1 por sus puntuales erupciones cada dos años, casualmente siempre durante las vacaciones. ¡Qué agradable es analizar datos en la playa! (Risas nerviosas de la comunidad astrofísica).

Por último, no podía faltar una medalla a la binaria más brillante. Hemos esperado hasta el final por si había sorpresas, pero la ganadora lleva sin bajarse de lo más alto del podio desde que se descubrió. Un fuerte aplauso para la binaria de rayos-X más deslumbrante, el objeto más brillante en rayos-X de todo el cielo solo por detrás del Sol... ¡Scorpius X-1! (Una gran ovación sacude el estadio, el público se levanta enloquecido).

Estarán de acuerdo conmigo en que si eligiéramos una ganadora valorando los resultados en varias pruebas, al estilo triatlón, Scorpius X-1 es la indiscutible campeona. ¡Es la Susana Rodríguez de las binarias de rayos-X!

Recreación artística de una binaria de rayos-X, formada por una estrella amarilla con gafas de sol y una antorcha olímpica y un agujero negro o estrella de neutrones en el que está pinchado la bandera olímpica. Parte del gas de la estrella escapa y forma un disco a alrededor del agujero negro (estructura azul). Crédito: ESA, NASA y Felix Mirabel. Montaje: Guayente Panizo

BIOGRAFÍA: Guayente Panizo Espinar nació y creció en la isla de Lanzarote. Tras graduarse en Física y cursar el Máster en Astrofísica en la Universidad de La Laguna (Tenerife), trabajó en el Observatorio del Teide operando los telescopios IAC-80 y Carlos Sánchez. Actualmente trabaja en el Instituto de Astrofísica de Canarias, donde se encuentra realizando su tesis doctoral estudiando binarias de rayos-X mediante datos ópticos y de rayos-X. También colabora mensualmente con el blog Astrobitos, escribiendo artículos divulgativos sobre publicaciones recientes en Astrofísica.

*Adriana de Lorenzo-Cáceres Rodríguez nació en Santa Cruz de Tenerife y es Licenciada y Doctora en Física por la Universidad de La Laguna, con un proyecto de investigación desarrollado en el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), donde trabaja actualmente. Ha sido investigadora postdoctoral en la Universidad de St Andrews (Escocia), la Universidad de Granada, la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente estudia la formación y evolución de galaxias como Investigadora Severo Ochoa en el IAC. Es miembro de la Comisión Mujer y Astronomía de la Sociedad Española de Astronomía y coordinadora de esta sección Gaveta de Astrofísica.