Canarias estrena ayuda para que los alumnos encaucen sus emociones

La Consejería organiza la primera sesión del plan de formación para los equipos para las alteraciones de conducta

Un momento de la primera sesión de formación ayer en La Laguna.

Un momento de la primera sesión de formación ayer en La Laguna. / Carsten W. Lauritsen

Patricia Ginovés

Patricia Ginovés

La Laguna

El pasado curso escolar, la Dirección General de Ordenación, Innovación y Calidad de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias creó los Equipos para las Alteraciones de las Emociones y de la Conducta (EAEC), que en marzo comenzaron a trabajar en los centros escolares de toda Canarias. Lo novedoso de este programa hace ahora necesario que el equipo de profesionales continúe formándose para poder ofrecer el mejor trato en los centros. Es por eso que ayer dio comienzo el plan de formación específico para estos orientadores. Se trata de profesionales tinerfeños y grancanarios que ya dan servicio en todo el Archipiélago en los centros que así lo precisen.

El Centro del Profesorado ubicado en La Laguna acogió esta primera formación en la que se dieron cita los dos equipos ya existentes, formados cada uno por dos orientadores y dos profesores de intervención socioeducativa. Estos equipos se constituyeron para atender e intervenir en los centros educativos públicos que los soliciten y en los que se detecten casos muy significativos de alumnado con trastornos del comportamiento y alteraciones emocionales.

Este plan se desarrollará en cuatro sesiones distribuidas a lo largo del curso escolar 2021/2022, y ha sido diseñado y planificado atendiendo las necesidades formativas solicitadas por los equipos de ambas provincias del Área de Necesidades Específicas de Apoyo Educativo y Orientación Educativa y Profesional en los últimos meses. Los temas que se abordarán son las habilidades para la relación de ayudas en situaciones adversas, las estrategias y herramientas para el abordaje de los trastornos graves de conducta, el trastorno de conducta en el aula, y las crisis conductuales y emocionales con el alumnado que presenta trastornos grave de conducta o alteraciones emocionales. En el día de ayer, por ejemplo, se centraron en el tratamiento de tendencias suicidas entre el alumnado puesto que cada vez crece más el número de alumnos que presentan este tipo de trastornos.

Ángeles Martín y Marta González son orientadoras y coordinadoras de los equipos para las alteraciones de las emociones y de la conducta que acuden a los centros que les piden ayuda. Allí, explican, tienen que encontrarse con equipos docentes que no tienen ningún tipo de formación para hacer frente a estos casos, por lo que precisan de este asesoramiento sin ninguna duda. «Acompañamos al profesorado en los casos concretos que nos presentan siempre que el alumno tenga un diagnóstico clínico de trastorno grave», explican las profesionales quienes destacan la necesidad de que sean intervenciones colaborativas, que vayan más allá del profesorado y pasen también por las familias y la asistencia clínica.

Reconocen que se encuentran en una fase experimental y alertan de que «no existen recetas mágicas» sino que hace falta el trabajo y la colaboración de toda la comunidad educativa para solucionar estas situaciones, en las que no existe tampoco un límite temporal para trabajar. «Para nosotros en muy importante que los centros sepan que estamos aquí para ellos», sentenciaron ayer las profesionales tras el final de la primera sesión, en la que por primera vez se pudieron reunir para compartir sus impresiones y dudas.

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