Aunque este término francés signifique bosque, la verdad es que el lugar no tiene pérdida. Entre verdes y ocres, La Forêt queda bien a mano, concretamente en el número 10 de la calle Rubens Marichal López, en esa privilegiada atalaya sobre la capital santacrucera que es la atalaya de Ifara. A punto de cumplir dos semanas en servicio, este restaurante es de esos lugares donde se come con los cinco sentidos, de una forma consciente y reconocible.
«Cuando el amor por la cocina te sorprende y se instala en tu vida, fermentando como el buen vino, resistirse es inútil. Vives la cocina, la sueñas, creces con ella», asegura Blanca Ramos, la mujer que oficia como jefa de cocina y ha hecho de los fogones un modo de vida, destilando pasión y, además, contagiándola, disfrutando de la diversidad de su equipo, descubriendo y avivando su potencial. «La carta es el resultado de un trabajo en equipo, y contamos con un pastelero maravilloso».
Reconoce que una de sus debilidades es la de «explorar el mundo de la mano de la gastronomía y enseñar todo lo aprendido», nunca se aparta de su faceta didáctica. Y en este particular viaje ha decidido huir de las etiquetas para reivindicar, y hacerlo a boca llena, la globalización como máxima de una cocina en la que conviven ingredientes reconocibles: desde aires franceses a toques tradicionales –muchos de ellos desaparecidos en la vorágine de lo que se dio en llamar cocina de fusión–, además de guiños árabes, guisos españoles y una selección del mejor producto local... «Y destapando las salsas de siempre», paladea Blanca Ramos a quien le gusta experimentar, crear platos vivaces y retroalimentarse del frenesí del servicio. «La pureza del sabor se trasmite a través de los ingredientes y desde el cuidado y respeto al producto, a la materia prima», sostiene Blanca Ramos.
Cocciones a 850º
Para las personas apasionadas de las carnes asadas, el restaurante La Forêt representa un auténtico templo en el que disfrutar el sabor del mejor género, tratado con la impecable técnica de cocción a 850ºC que permite sacar lo mejor de cada corte, con un sellado muy rápido, caramelizando la carne en pocos segundos y permitiendo además que los fluidos no se pierdan, sino que se concentren en la pieza, «pues entendemos que cada cual tiene su propia historia y debe ser entendida y respetada», destaca la cocinera.
Valga como ejemplo de este excepcional trato al producto la imagen superior que ilustra la página, un exclusivo porterhouse, uno de los cortes más finos de carne que se caracteriza por hacerse de manera transversal a las costillas, incluyendo dos piezas de carne distintas separadas por el hueso. Una delicia, sin desatender las alegrías del producto de mar; excelentes jamones DOP Jabugo y una selección de embutidos ibéricos que aseguran la máxima calidad, cortados por manos expertas; una cuidada selección de quesos franceses, de la Península y Baleares, por supuesto de Canarias; cava con más de 90 referencias de vinos y champagnes... Y así disfrutar del restaurante en cualquier momento del día, ya sea con un almuerzo ligero, una reunión de empresa, saboreando sus cócteles o una cena reposada, acompañados por un servicio profesional.
Con todo, este proyecto gastronómico, subraya Blanca Ramos, es resultado de «un visionario», un empresario que, más allá de la incertidumbre y en un escenario marcado por la pandemia. «ha apostado por la mejora económica y social, por la gastronomía y por una ciudad como Santa Cruz que se merece contar con referentes que la distingan», concluye.
Dirección: calle Rubens Marichal López, 10 (Ifara, Santa Cruz)
Sala: 180 plazas distribuidas en 40 mesas
Terraza: 18 mesas con excepcionales vistas sobre Santa Cruz
Horario: de martes a domingo, desde las 13:00 a la 01:00 horas
Teléfono: 822 12 61 85
