eldia.es

eldia.es

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Absuelto de un delito de odio un pasajero que se negó a volar con una azafata negra

Una juez de La Palma considera que «no tiene connotaciones negativas decir «aparta negra» porque «muchas personas de este grupo racial prefieren ser denominadas así»

Juzgados de Santa Cruz de La Palma.

Un pasajero octogenario ha sido absuelto de la acusación de un delito de odio y otro de desobediencia que presuntamente habría cometido contra una azafata y sobrecargo de una aerolínea canaria a la que le habría dicho «aparta negra, no quiero hablar con negras» y «no quiero volar con negras». Este manifiesto trato vejatorio no parece haber sido suficiente para que la titular del Juzgado de lo Penal número 7 de Santa Cruz de Tenerife, con sede en Santa Cruz de La Palma, dictara una sentencia condenatoria contra este hombre, un octogenario, que finalmente tuvo que bajarse del avión tras la llegada de los agentes de la Guardia Civil.

El Ministerio Fiscal sostenía que los hechos eran constitutivos de dos delitos, uno de odio tipificado en el artículo 510 del Código Penal y otro de desobediencia tipificado en el artículo 50 de la Ley Penal y Procesal de Navegación Aérea por lo que solicitaba un año de prisión y 9 meses de multa a razón de 6 euros diarios por el primero de los delitos y 3 meses de multa por 6 euros por el segundo delito así como una indemnización de 3.000 euros a la víctima. La acusación particular, que calificó los hechos de igual forma que el Ministerio Público, reclamó 9 meses de prisión y 8 meses de multa con 8 euros diarios por el primer delito y tres meses de multa con 6 euros diarios por el segundo delito así como una indemnización de 3.000 euros para su representada. Mientras que la defensa interesó la libre absolución.

Los hechos ocurrieron el 14 de marzo de 2018, pero la sentencia se dictó el pasado mes de septiembre en un fallo en el que se recoge que «el pasajero se limitó a referirse (a la azafata) con la expresión negra, aparta negra, no quiero volar con negras, la cual en otro contexto -por ejemplo en la presente resolución- no tiene ninguna connotación negativa, más bien al contrario», señala la juez quien añade que ésta «es la denominación preferida por muchas personas pertenecientes a dicho grupo racial, equivalente a la expresión ‘blanco’, si nue se haya considerado probada ninguna otra expresión vejatoria».

La sentencia, que será recurrida en apelación a la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife por la representación letrada de la azafata, señala que «son hechos probados y así se declaran» que el acusado -ahora absuelto- «como consecencia de determinadas experiencias traumáticas del pasado protagonizadas por personas de raza negra, siente animadversión hacia ellas». Asegura el acusado que vivió «experiencias traumáticas» en Venezuela y que ha leído que «los individuos de raza negra transmiten enfermedades hereditarias.

Esos serían los argumentos para que este octogenario mostrara una actitud anómala en el transcurso del embarque a un avión el 14 de de marzo de 2018 en el aeropuerto de Santa Cruz de La Palma, cuando una azafata nacida en Senegal, se acercó a éste en el desempeño de sus funciones y «con ánimo de menospreciarla» -señala la proia sentencia- se dirigió a ella llamándola «negra» en voz alta; le dijo que no la quería a su lado, al tiempo que se levantaba y se volvía a sentar del asiento del avión.

Ante esa actitud, la azafata se le acercó para decirle que tendría que abandonar la aeronave, haciendo caso omiso el pasajero hasta ue a petición de la citada tripulante de cabina, y en presnecia de la Guardia Civil, se acercó el comandante del avión y le dio los buenos días, «lo cual fue suficiente para que el pasajero abandonara la aeronave sin resistencia y comentando que no tenía problema en irse puesto que «no quería volar con una negra».

Varios de los pasajeros que acudieron como testigos afirmaron que el acusado mostraba una actitud «extraña, parecía enfadado, tiraba y recogía la bolsa de viaje y no parecía estar bien de la cabeza o podía haber ingerido alguna pastilla».

La azafata añadió que el pasajero entró el último en el avión en el avión cargando con una maleta, por lo que se ofreció a ayudarle, pero éste la rechazó y ella se apartó. Continuó con su trabajo hasta que al situarse de nuevo junto a él oyo gritos, le vio en actitud agresiva y golpeando el asiento delantero diciendo: «negra de mierda». Aunque intentó calmar al pasajero, no lo logró y que le dijo que de no hacerlo tendría ue bajarse del avión, a lo que éste le contesto que a él «una negra no le mandaba». Una pasajera le escuchó decir también «sáquese paá negra, no me toque» y se metió en un bucle contando historias de sus vivencias en Venezuela.

La juez argumenta que no se le puede acusar del delito de odio porque el pasajero «no se dirigió» a la azafata «sino al contrario, pues fue ella quien se le acercó al pasajero quien en todo momento pretendió evitar el contacto».

Compartir el artículo

stats