Este reportaje empieza en la puerta de una peluquería, The Barber Shop de la Avenida América (Madrid). Allí trabajan tres de los protagonistas de esta historia. El comercio está justo delante de la boca del metro. De la estación sale gente a borbotones. Entre ellos, un hombre calzado con unas zapatillas Nike. Mientras se aleja, los tres barberos le observan con detenimiento. Uno de ellos apunta: “Ese man sabe de esto. Esas zapatillas que lleva cuestan ahora unos 1.500 euros… en la reventa”.

Es un negocio de moda: la especulación de zapatillas deportivas. Principalmente las de la marca Nike. Pares raros, de edición limitada o modelos exclusivos. La mayor parte de las veces nunca llegan a salir de la caja. Son piezas de colección. Calzado que pasa de mano en mano, sin usarse, dejando a sus propietarios por el camino cientos y hasta miles de euros de beneficio.

“Yo suelo ganar unos 300 euros al mes. Pero a veces, si hay suerte, un solo par de zapatillas te puede dejar un beneficio grande. Mi operación más rentable fue la venta de unas Nike, modelo 'Jordan 5 Retro Off-White'. Las compré por 200 euros y las vendí por 600. Pero conozco muchos casos de gente que le saca miles de euros a un solo par”, cuenta Julihan Michell, un barbero venezolano que lleva ha acabado inoculando el veneno de la especulación de las zapatillas a sus compañeros.

Yohan Rosario, barbero dominicano que revende zapatillas. ALBA VIGARAY

Lo de revender zapatillas no es sencillo. “Hay que dedicarle mucho tiempo. Tienes que estar pendiente de cuándo lanzan las novedades, cuántos pares saldrán de cada modelo, el precio o las previsiones sobre cuánto va a subir el precio”, explica Jonathan Amaya, el peluquero hondureño que trabaja en la misma barbería y que lleva cerca de un año subido al mismo carro.

Por 30 euros al mes

No es sencillo ni es gratis. La información privilegiada se encuentra en una red social, Discord. Allí proliferan los llamados 'cookgroups'. Son canales donde se ofrece toda la información del negocio de la especulación. Entrar en este circuito cuesta unos 30 euros al mes. En estos grupos privados se pueden encontrar noticias sobre próximos lanzamientos, número de unidades que saldrán a la venta, lugar o precios estimados de salida y de reventa. Este diario ha intentado, sin éxito, obtener la versión de Nike España sobre cómo les afecta el fenómeno de la reventa.

“Por ejemplo: te cuentan que tal día, a tal hora, Nike va a poner a la venta por internet 50.000 pares de tal zapatilla a 150 euros. Esos modelos no van a llegar nunca a las tiendas. Y se agotarán enseguida porque se los llevará la gente que se dedica a la reventa. A partir de ahí, el que las quiera va a tener que comprarlas en estas páginas y al precio que diga el que las ha conseguido”, prosigue Jonathan.

Jonathan Amaya, barbero hondureño, muestra un par de Nike. ALBA VIGARAY

Tras formarse e informarse en un ‘cookgroup’, toca irse a páginas especializadas, como StockX. Funcionan como un zoco virtual. Se compra y se vende. La web se lleva comisión de cada operación. Allí también se pueden conseguir accesos prioritarios para llevarse ejemplares limitados. “A veces salen a la venta unas zapatillas y en esas webs sortean tickets. Si ganas el sorteo no te llevas las zapatillas, sino el derecho a comprarlas. Eso es porque son modelos muy especiales y hay mucha gente esperando. Pasa como los conciertos importantes, que tienes que estar delante de la pantalla constantemente, actualizando y compitiendo con usuarios de todo el mundo para poder llevarte ese ticket. Igual en 5 minutos se han agotado”, resume Julihan.

Para poder ser competitivo en esta jungla, la respuesta es la de siempre: el dinero. “Cuanto más dinero inviertas, más posibilidades tienes de ganar las pujas, de hacerte con las zapatillas que quieres. Porque para ganar necesitas tener varios dispositivos listos. Yo estoy con mi ordenador y con el móvil al mismo tiempo. Pero con el dinero que he ganado voy a comprarme otro ordenador. Y cuando ahorre mucho, me compraré un bot”, nos cuenta el barbero venezolano, dando una de las claves de este negocio.

El bot no es más que un programa informático que lanza miles de peticiones para hacerse con ese ticket que permita comprar las zapatillas. Es como tener a miles de personas optando al sorteo, solicitando ese ticket. Siempre va a tener más posibilidades de ganar un usuario con un bot que Julihan con sus dos ordenadores. “Esos programas son caros. Algunos valen 10.000 euros y sólo se lo puede permitir la gente que ya esté ‘muy montada’ en el tema. Cada vez está más difícil conseguir buenos pares”.

Enladrilladas

Adquirir unas zapatillas exclusivas no es siempre sinónimo de éxito. “Es que esto es como la bolsa. Uno espera que suban de precio y lo que hacen es bajar. A mí me pasó con estas”, cuenta el tercer barbero, un dominicano llamado Yohan Rosario. Saca de una caja unas Adidas que parecen estar cubiertas de sangre y que tienen los colores de Freddy Krueger: “Esta fue una edición que sacaron para celebrar Halloween, por eso tienen este diseño sangriento. Yo las compré por 120 euros y estaba previsto que el día de Halloween subieran a 300. Pero falló el transporte y me llegaron después de la fecha. A partir de ahí, empezaron a bajar de precio”.

Estas zapatillas están enladrilladas; significa que cayó su valor de reventa. ALBA VIGARAY

Cuando eso sucede, se dice que el modelo es un ‘brick’, que significa ladrillo en inglés: “Cuando tienes un modelo que, por lo que sea, empieza a bajar de precio, se dice que esas zapatillas están enladrillando. Lo que tienes que hacer es quitártelas de encima lo antes posible o vas a perder dinero”, cuenta el dominicano, poniendo el acento en que su país es tal vez “el que más afición tiene a la reventa de zapatillas. Nació en Estados Unidos y es muy popular en toda América Latina, pero en República Dominicana es donde hay más gente loca con esto”.

Y lo mismo que hay una cuna de la reventa, también hay naciones emergentes. Es el caso de China, de donde procede gran parte de los compradores. “Aquí en España mismo, hay muchos chinos comprando zapatillas por Wallapop. Sólo compran y suelen pagar bien, porque luego las mandan a su país, que hay mucha demanda y mucho dinero. Allí las venden seguro. Y al comprador también le interesa, porque si la vende en Wallapop no se pierde comisión”, concluye Yohan.

¿Y en España? Los tres barberos se dedican a esto como afición y venden a pequeña escala, pero ¿hay gente que esté viviendo de esto? Contesta Julihan, que lleva seis años con la reventa y es el más veterano de los tres en el negocio: “Claro que lo hay. Yo ahora vengo de venderle un par de zapatillas al Chucky, que tiene previsto abrir este mes su tienda en Madrid”.

El Chucky de Chueca

En el 31 de la calle Pelayo, en el corazón del barrio de Chueca, hay tres chicos dando los últimos retoques a un local comercial que está a punto de abrir. Dos dominicanos y un venezolano. Colocan zapatillas en vitrinas. Todas ellas están plastificadas. No va a ser una zapatería al uso. Allí no hay unos probadores donde los clientes se prueban pares y pares. Allí a las zapatillas se las toca con cuidado extremo y se las admira como si fuesen cuadros de un museo.

En esta tienda de Chueca, hay zapatillas en vitrinas. ALBA VIGARAY

“Yo te voy a tener que dejar un rato, que tengo que atender a un artista que viene a llevarse unas zapatillas para su nuevo videoclip”, se disculpa el Chucky, el propietario. Es un dominicano que, tras seis años de comprar y vender zapatillas por Instagram, ha decidido abrir tienda física. Entre sus clientes, afirma que hay cantantes como Omar Montes, El Guincho o El Alfa. Su apodo, que también será el nombre de la tienda, viene del protagonista de la película ‘Muñeco Diabólico’. Tiene una réplica exacta del juguete asesino en una vitrina. “También es una edición limitada; solo hicieron 8.000 en todo el mundo. Ahora puede costar más de 6.000 euros el muñeco”.

En su tienda, casi todo es exclusivo o numerado. Tiene otro socio dominicano y otro venezolano, que explica al cliente la historia de cada una de las zapatillas que allí se exhiben. Unas valen 1.000 euros porque son réplica de unas que vistió Michael Jordan en un partido en el que rompió la canasta de un mate. Otras valen más de 2.000 porque son una edición limitada que por encima tienen los colores de los Lakers y por debajo los de los Chicago Bulls. Otras se llaman Air Force porque imitan al avión presidencial norteamericano. Y así, hasta 200 pares que esperan tener a la venta el día de la apertura, este mismo mes de octubre.

Chucky acredita una trayectoria de éxito en la reventa. Asegura que ha llegado a sacar más de 1.000 euros de beneficio de un solo par de Nike. “Compré unas por 220 euros y las vendí en 1.500. Ya vivo de esto”. Ahora ha invertido mucho dinero en auténticas joyas de coleccionista. Tiene unas Nike ‘Off-white’ en una vitrina que saldrán a la venta por algo más de 3.000 euros. Tiene otros pares que no tienen ni siquiera precio de salida.

Hay zapatillas Nike tan exclusivas que van en maletines. ALBA VIGARAY

Saca un maletín que lleva el logo de Jordan haciendo un mate. Lo abre y está acolchado, como los que guardan material fotográfico. En el interior hay unas Nike Jordan negras con la punta de charol. El astro del baloncesto pidió que le fabricasen unas deportivas que pudiese vestir con un traje de gala. “Estas, si te las quieres llevar, tienes que hacer tú la oferta. No tienen precio, de estas hay muy pocas en el mundo”, insiste, sin dar siquiera un precio orientativo.

Lejos quedan, no obstante, de las subastas más altas: “En estas páginas han pagado más de 570.000 euros por unas zapatillas. En breve tienen que salir unas con un precio de salida de un millón de euros”, resume. Una fiebre a la que cada vez se apunta más gente y deja más dinero. Ya abren hasta tiendas. Curiosamente, en este submundo del calzado, las zapaterías más caras son las que venden pares que no van a usarse jamás, más allá de la especulación. Son las nuevas criptomonedas, pero tangibles y con mucho más estilo.