Eudald Carbonell, uno de los arqueólogos de más prestigio y proyección internacional, impartió este martes una conferencia sobre la evolución humana sustentada en su amplia experiencia de trabajo y en cuestiones de pensamiento. El profesor y catedrático de Prehistoria de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona, patrono fundador y vicepresidente de la Fundación Atapuerca, intervino ayer dentro de las III jornadas prehistóricas de Zamora desarrolladas en el salón de actos de la Alhóndiga.

–¿En qué fase de la evolución humana nos encontramos?

–Doy por descontado desde hace mucho tiempo que no se están dando los pasos suficientes para establecer una lógica evolutiva y que el azar continúa funcionando como ha funcionado en la especie desde siempre. Yo propongo diez conceptos sobre los cuales nuestra especie tiene que reflexionar antes del colapso. El aviso que hacemos algunas de las personas que trabajamos es que nuestra especie va a colapsar y para evitar que este colapso pueda perjudicar a nuestra especie que ahora mismo está en un proceso de crecimiento exponencial.

–Este colapso, ¿qué implicaría, la desaparición de la especie, su readaptación...?

–Un colapso de entrada no tiene que ser una extinción, no tiene que conllevar la desaparición de todos los especímenes de un género o de una especie. Lo que yo planteo al hablar de colapso es que cuando las estructuras se vuelven muy complejas y estas no se puede gobernar, ya que se intenta, hacerlo es un fracaso. Defiendo que tiene que existir una lógica humana que nos ha enseñado el lenguaje, las herramientas, el arte o el conocimiento de nuestro entorno que nos tiene que guiar para planificar un poco nuestro futuro, para saber cuántos especímenes humanos queremos en el planeta, para abordar cómo se deben redistribuir las ganancias de la tecnología y cómo socializar la especie gracias al aumento exponencial de la tecnología…

–La pandemia que estamos viviendo ¿responde a un síntoma del inicio ese colapso?

–Sí, es un claro aviso de que las cosas no las estamos haciendo bien y si no cambiamos, ponemos en riesgo la estabilidad de la especie.

–¿Cómo se puede evitar alcanzar la situación que augura?

–Para evitar que suceda tenemos que abortar la globalización, como un fenómeno que destruye la diversidad. Tenemos que feminizar la especie y tenemos que tener un control ecosocial de todos los procesos productivos y organizativos, es decir, de toda una serie de elementos para que una individualidad sea colectiva. Una serie de conceptos que viene de una inteligencia que sea operativa, no una inteligencia social

–Controlar el aumento exponencial de la tecnología del que habla ¿ayudaría a no alcanzar ese punto de desplome?

–Está claro. La tecnología probablemente es lo más importante de la evolución. Lo que nos hace humanos es la tecnología y precisamente nos deshumaniza que esta tecnología no está bien socializada.

–Y ¿de qué manera sería correcto?

–Con una conciencia crítica de especie. Pensando en la especie como conciencia global y manteniendo la diversidad en el planeta y utilizando esa tecnología para que esa diversidad continúe siendo la memoria del sistema. Manteniendo la diversidad de pensamiento y la diversidad de ideas, de lenguas… de todo tipo de estrategias humanas de adaptación. La tecnología nos puede ayudar puesto que puede generar capacidad de producir alimentos y de distribuirlos, lo que permitiría salir del colapso con una idea civilizatoria distinta a la que hemos funcionado hasta ahora. En este sentido, el capitalismo también está demostrando su incapacidad para generar igualdad y una conciencia global.

–Aboga por un pensamiento crítico cuando se nos conduce a un pensamiento único.

–Hablo de una disfunción que permite potenciar al individuo. No se puede colectivizar al individuo, el individuo tiene que ser, ya de entrada, colectivo. Puedes colectivizar los medios de producción, puedes colectivizar muchas cosas, pero al individuo lo que tienes que hacer es integrarlo en forma de ganancias comunes.

–Ha mencionado como una de las claves para frenar la destrucción la femenización de la especie. Nos puede concretar más.

–Es importante que todo el mundo tenga conciencia de que la especie somos 50% machos y 50% hembras y otros grupos intermedios generados por la estructura biológica por la evolución, aunque socialmente podemos tener muchos grupos y formas de actuar y de pensar. Si hay una parte importante de la especie que no puede hacer una contribución social y que ha sido de alguna manera marginada en los procesos de pensar, en los procesos de estructurar… lo hemos perdido como una capacidad para organizar los cambios. Tenemos que igualar a todos los individuos de la especie independientemente del sexo.

–¿De qué manera la crisis climática puede condicionar la evolución humana?

–La condiciona, probablemente no la determina. La condiciona porque hay unas estructuras que son estables y estabilizadas dentro del propio planeta y cuando se modifican, como está sucediendo en el comportamiento climático con más lluvias o menos o incluso como está sucediendo en las zonas periféricas con el nivel de aumento del mar con el deshielo etc, pueden producirse cambios muy rápidos para los que tenemos que estar realmente preparados para readaptarnos. La crisis climática no tiene que ser nada en sí, el problema es cómo se producen estos cambios, cómo los humanos contribuimos a acelerar los cambios. Ahora sabemos que somos nosotros los que los estamos haciendo en contra de nuestra propia adaptación en el planeta. Tenemos que corregir esta manera de hacer cambiar al medio porque probablemente no tendremos ni capacidad ni rapidez para adaptarnos muy rápidamente a estos cambios y pagaremos una factura muy importante.

–¿Por qué no la tendremos?

–La tendremos, pero con la rapidez con la que se van a producir los cambios. Obviamente los humanos somos inteligentes y muy rápidos, pero también somos una especie imbécil. Existe una contradicción en nuestra propia evolución.

–Y la inteligencia que tenemos ¿nos puede ayudar a dar los pasos correctos como género homo?

–Esa inteligencia si es una conciencia operativa sí podría hacer este cambio que es tener una conciencia de especie, una conciencia global y estratégica que trabaje en beneficio de los individuos para que éstos puedan desarrollarse en el marco de la especie. Hay muchas conciencias que han evolucionado a lo largo de la historia como la conciencia de clases o la conciencia crítica de especie.

–¿Realmente tenemos conciencia crítica de especie?

–Poca (risas). Si tuviéramos seguramente no estaríamos cometiendo los errores que estamos cometiendo como la propia globalización que está rompiendo la vida y la memoria del sistema. No somos los suficientemente inteligentes para integrar la diversidad.

–Pese a que nos lo creemos.

–Efectivamente. Hay mucha palabra y poco hecho.