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Igualdad | Jornadas sobre la trata con fines de explotación sexual

Esther Torrado: «El estigma tiene que poner el foco en los puteros»

La socióloga inauguró las ‘Jornadas sobre la trata’ en la Casa de Colón con la ponencia ‘Distopías patriarcales: nativos del porno’

De izq. a dcha., Esther Torrado, Alicia Bolaños, Kika Fumero, María del Carmen Reyes y Elena Acosta, SABRINA CEBALLOS

España encabeza el ranking europeo en demanda de prostitución, con la cifra más alta de mujeres víctimas de trata y explotación sexual, donde la «complicidad del Estado» mantiene un sistema prostitucional que «idealiza la figura del proxeneta y estigmatiza a la de la mujer». «Y el estigma tiene que cambiar de lugar y poner el foco en los puteros», afirma la socióloga, trabajadora social y docente experta en género, Esther Torrado Martín – Palomino, que ayer impartió la ponencia inaugural de las Jornadas sobre la trata con fines de explotación sexual, que organiza el programa Daniela Oblatas, con la colaboración de la concejalía de Igualdad y diversidad del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y el Instituto Canario de Igualdad del Gobierno de Canarias, que siguen hoy y mañana en la Casa de Colón.

Esta nueva edición de las jornadas, que arrancaron ayer en el marco del Día Internacional contra la explotación sexual y el tráfico de mujeres, niñas y niños, tiene como objetivo reflexionar sobre el papel que juegan los hombres y su responsabilidad para acabar con la explotación sexual. En esta línea, Torrado estableció una relación directa entre el consumo de prostitución y de pornografía bajo el epígrafe Distopías patriarcales: nativos del porno. «Muchas mujeres en situación de prostitución nos dicen que son sometidas a auténticas torturas viendo porno a diario y de forma permanente», explica la socióloga.

«El porno es un verdadero parque temático de la tortura y la violencia, que hipersexualiza y cosifica a las mujeres», sostuvo. «Aquella persona que comienza a ver porno desde joven acaba normalizando esas prácticas e intentado repetirlas. Y en la prostitución esto es importante porque se pierde la empatía con la otredad, en este caso, con las mujeres, ya que el vínculo se rompe y pasa a convertirse en un objeto, que se puede romper, escupir, violar».

En las investigaciones sucesivas que ha acometido sobre el sistema prostitucional de forma retrospectiva hasta el presente, Torrado identifica dos mitos predominantes y falsos: la libre elección y la sexualidad diferencial del varón. En cuanto a este último, recuerda que «la sexología como ciencia ya ha desmontado esa leyenda de que el hombre tiene una sexualidad supuestamente irrefrenable y compulsiva que justifica la violencia». «La sexualidad es algo que se construye y un putero no nace, se hace», afirma.

Con respecto al mito de la libre elección, Torrado subraya que «una elige cuando tiene varias opciones pero, ante una situación de fuerza o coacción, no hay elección posible, sino que la única elección es la supervivencia». «La situación de estas mujeres es de víctima captada y, mientras no exista ese reconocimiento de víctima, no va a haber reparación posible», sostiene mientras, a un tiempo, señala hacia la amnesia histórica y la asignatura pendiente de la memoria que arrastra este país de rémoras franquistas.

«Si se mantienen estos mitos, estamos ayudando a normalizar el sistema prostitucional y, sobre todo, estamos confundiendo el placer con la mercantilización sexual», indica, pues «cuando entra por medio el capital, la sexualidad se convierte en un negocio cuyas víctimas son, siempre e indudablemente, las mujeres y las niñas».

Una de las soluciones que plantea Torrado pasa por poner fin a esa citada complicidad del Estado como punto de partida y establecer medidas de derogación. «Es urgente hacer políticas públicas de Estado porque nuestro país se está convirtiendo en el prostíbulo de Europa», concluye.

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