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María José Blanco Directora del Instituto Geográfico Nacional (IGN) en Canarias

«Sin signos de erupción inminente, de producirse sería similar al Teneguía»

«Desde 2017 hay enjambres a 20 o 30 kilómetros de profundidad, pero éste empezó a 10»

María José Blanco, doctora en Ciencias Físicas por la UCM e ingeniera geógrafa del Estado, en la sede del IGN en Santa Cruz de Tenerife. Carsten W. Lauritsen

Fue la voz experta de la erupción submarina de El Hierro en 2011, y diez años después vuelve a dar un paso al frente para monitorizar y arrojar luz sobre el enjambre sísmico que vive La Palma. La responsable del Instituto Geográfico Nacional (IGC) en Canarias, María José Blanco, considera que es pronto para hablar de una erupción volcánica inminente en la isla bonita, aunque reconoce una evolución muy rápida del proceso.


Doctora en Ciencias Físicas por la Universidad Complutense de Madrid (UCM), María José Blanco es ingeniera geógrafa del Estado y directora del Centro Geofísico en Canarias del Instituto Geográfico Nacional (IGC). Inició su trayectoria profesional como becaria de investigación en la Universidad Complutense de Madrid en Sismología y desde que el IGN asumió la competencia de la Vigilancia Volcánica es responsable en Canarias del Grupo de Volcanología del citado instituto. Forma parte de los comités científicos de la Directriz Básica ante el Riesgo Volcánico de la Administración General del Estado y del Plan Especial ante el Riesgo Volcánico del Gobierno de Canarias (Pevolca), del que es portavoz, además de responsable del Grupo de Vigilancia Volcánica, y miembro del Consejo Cartográfico de Canarias.

¿Qué es un enjambre sísmico y en qué se caracteriza el de la isla de La Palma?

Un enjambre sísmico es la acumulación en el espacio y en el tiempo de terremotos que se generan por el mismo mecanismo. En este caso se ha producido una entrada de material magmático bajo el edificio insular de la isla de La Palma, y ha generado multitud de terremotos desde que comenzó el día 11 este enjambre sísmico, unos 920 se han localizado, pero se han detectado en torno 4.222 hasta este momento.

¿Por qué se detectan más que se localizan?

Básicamente, porque aparte de que se solapan los terremotos unos con otros y es difícil visionarlos, es que algunos de ellos son de un tamaño tan pequeño que no se pueden localizar.

¿Qué diferencia tiene respecto a otros enjambres que ya se han venido produciendo en la misma zona desde el mes de octubre de 2017?

La diferencia es que este tiene una profundidad menor, antes eran en torno a 20 kilómetros de profundidad e incluso entre 30, mientras que este está en torno a unos 10 kilómetros de profundidad desde su inicio.

¿Qué balance se puede hacer hasta el momento?

Paulatinamente desde el día 11 que comenzó, la sismicidad ha ido emigrando ligeramente hacia el noroeste y alcanzando profundidades más someras, ahora está en torno a ocho kilómetros, aunque también se han producido simultáneamente desde el miércoles, unos terremotos de magnitudes muy pequeñas que son superficiales. Además de los terremotos que es lo más evidente, se constata una deformación en superficie que alcanza en torno a diez centímetros en la zona donde se localizan estos terremotos.

«La teoría de un gran tsunami en la costa este de Estados Unidos es pura especulación»

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Con los datos que se conocen, ¿cree posible la aparición de un nuevo volcán, y de ser así, que tipo de erupción sería?

Las erupciones serían como las últimas que la historia constata en la isla de La Palma, es decir, sería un escenario muy parecido al del Teneguía. Pero de todas maneras, los signos ahora mismo no son de una erupción inminente, si es verdad que estamos ante un proceso que tiene una evolución muy rápida, y que hay que hacer un seguimiento continuo de esta evolución, pero desde luego en este momento los signos no parecen indicar una erupción inminente.

¿Entonces, con los datos que hay hasta el momento, cuál prevé que sea la evolución de este fenómeno?

Las evoluciones pueden ser cualquiera en este momento, desde que cese igual que empezó, a que se intensifique y tenga un terremoto como ocurrió antes de la erupción de El Hierro, un terremoto de magnitud mayor y después se inicie una erupción. La verdad es que no lo sé, en estos momentos los escenarios están demasiado pocos dibujados como para poder establecerlos.

¿Qué diferencias hay con respecto a una erupción submarina como fue la de la isla de El Hierro, en cuanto a su comportamiento?

En cuanto a la erupción sería similar, lo que pasa que tendríamos coladas de lava en caso de tierra y una columna de cenizas en el aire si fuera una estromboliana -alternancia de explosiones y emisiones de lava- tipo Teneguía. Pero bueno, en el caso de El Hierro, la sismicidad empezó en el norte, en la zona de El Golfo en el mar, cruzó todo el interior de la isla de El Hierro de norte a sur, alcanzando el sur en la zona del mar, al sur de La Restinga. No sabemos como va a ser la sismicidad en el caso de La Palma, sabemos que está emigrando hacia el noroeste pero no cuánto va a seguir migrando, por lo tanto no se descarta ningún tipo de erupción, tanto subaérea como submarina.

«Tenemos una instrumentación que nos permite anticipar y proteger a la población»

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Desde 2017 se viene registrando actividad sísmica anómala en el sur de La Palma, ¿en qué prepara la información recogida todos estos años para lo que está sucediendo ahora?

Lo único que nos establece toda la información registrada hasta ahora es una diferencia de que este enjambre es más intenso, más superficial, y por tanto tiene unas probabilidades mayores de una evolución diferente. Los demás estaban muy profundos y tenían terremotos de menor magnitud, y una evolución muy lenta, por lo tanto, lo esperable era que pudieran terminar igual que comenzaron. En cambio este, dada la dinámica tan activa que tiene, no sabemos cómo puede terminar. Pero ahora mismo, por ejemplo, en el comité científico, lo que se ha acordado es sugerir el mantenimiento del color amarillo del semáforo volcánico, o sea que no cambia el escenario en estos momentos.

¿Considera que el Plan de emergencia volcánico en las Islas, necesita una actualización?

Eso habría que preguntárselo al Gobierno de Canarias.

Respecto a la respuesta de la población a este tipo de fenómenos, ¿cree que los canarios somos conscientes de que vivimos en islas volcánicas?

Yo creo que la población ya va siendo consciente de que vive en islas volcánicas. En el caso de La Palma hay una memoria de la erupción del Teneguía, ya pocos de la de San Juan, pero en el caso de El Hierro es verdad que no había memoria histórica de erupciones. Pero en general, yo creo que los episodios de El Hierro y las sucesivas reactivaciones en La Palma y las actividades anómalas que se han registrado también en Tenerife, o en Lanzarote, donde el vulcanismo es evidente porque sólo tienes que caminar por la isla para darte cuenta de que está activo allí, y todo eso hace que los canarios cada vez estemos más concienciados o tengamos más presente que vivimos en un Archipiélago volcánicamente activo, que existe Canarias porque ha habido erupciones volcánicas desde hace muchísimos años.

¿Cuál es su opinión sobre la teoría de que un volcán en el centro de La Palma puede provocar un gran deslizamiento que derive en un tsunami de grandes dimensiones?

Bueno, esto ya se ha producido, en el caso de El Hierro tenemos El Julán, originado por un deslizamiento gigante que desgajó el flanco sur del edificio de El Golfo-Las Playas hace unos 200.000 años. En el caso de La Palma es otro tipo de movimiento pero está la caldera de Taburiente; en Tenerife, Icod, La Orotava o Güimar, que son valles de deslizamientos; y en La Palma se han producido deslizamientos y se pueden volver a producir. Esos deslizamientos pueden aportar al mar unos volúmenes importantes de material de tierra, de insulares, que podrían generar un tsunami. Ahora bien, la teoría esta de que se hablaba de un tsunami de no sé cuantos kilómetros de altura que podría asolar la costa Este de Estados Unidos, es una pura especulación. Si es cierto de que se generaría un tsunami, y de hecho hay registros que están publicados en revistas científicas de tsunamis que se han registrado en Canarias, algunos de ellos asociados a erupciones volcánicas y otros a otro tipo de procesos, y por lo tanto no es algo de extrañar.

¿Cuáles son los pasos que se dan desde que se empiezan a detectar temblores hasta que se produce una erupción volcánica?

Se empieza por los movimientos, los temblores y se van añadiendo deformación y emisiones gaseosas anómalas, que se van acelerando e incrementando en sus valores hasta que se alcanza un punto en el que el magma tiene energía suficiente para alcanzar la superficie. En definitiva, los terremotos, deformaciones y emisiones de gases anómalos son comportamientos que hay que vigilar ahora mismo y que estos mismo datos pero con una intensificación mayor pueden hacer que el proceso alcance la energía suficiente para romper en superficie.

¿Cómo ha cambiado el estudio o cómo ha evolucionado la ciencia en los últimos 50 años, cuando entró en erupción el volcán Teneguía, de cara a la prevención y abordaje de estos fenómenos?

Ha cambiado mucho, sobre todo a nivel tecnológico. Ahora tenemos una instrumentación que nos permite, en general, anticiparnos bastante a un proceso que pueda representar una afección para la población. En el caso de El Hierro, por ejemplo, se empezaron a detectar las señales anómalas a mediados del mes de julio, los terremotos fueron fuertemente sentidos por la población en la segunda quincena de septiembre, y la erupción empezó el 10 de octubre. O sea, que se brindó a los gestores de la emergencia unos días muy preciados para poder salvaguardar a las personas, lo primero por supuesto, y a los bienes materiales. En definitiva, la ciencia lo que permite es anticiparse mucho más, porque somos capaces de detectar señales muy débiles, muy pequeñas.

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