Año 2002. Dos niñas nacen a la misma hora y las dos salen a la vez de la incubadora. La primera se va con su presunta abuela, que es quien la cría en una familia desestructurada. La segunda niña se va con sus supuestos padres sin saber que 15 años después llorará la perdida de una madre que no es la suya. En 2018 la abuela de la primera niña demanda al padre de su presunta nieta por no pagarle la manutención y el padre pide una prueba de paternidad. Entonces se investiga y se dan cuenta de que solo puede ser hija de esos padres de la niña que nació a la vez que ella. En enero le practicaron las pruebas al padre biológico y están pendientes de confirmación. El juez estima en 215.000 euros la indemnización. Es lo que valdría vivir esa vida que no era la suya.