El homicidio de un niño de 2 años presuntamente a manos de su padre en un hotel de Barcelona ha vuelto a poner a la denominada violencia vicaria en el centro del debate. De confirmarse la naturaleza de la muerte del pequeño, este pasaría a engrosar una larga lista de menores asesinados por sus padres o por las parejas sentimentales de sus madres en el marco de la violencia machista.

Un total de 40 menores víctimas de la violencia de género se contabilizan desde 2013, año en el que se empezaron a contabilizar de forma oficial estos datos. En lo que va de año, el Gobierno cuantifica oficialmente dos asesinatos. La actualización de las cifras oficiales se realizó en mayo y aún no contabilizaba la muerte de Olivia, una de las menores de Tenerife, junto a su hermana Anna, secuestradas por su padre, a quienes se sigue buscando en los fondos oceánicos de Tenerife.

Los datos oficiales ya se venían recogiendo. En 2013 fueron seis los menores asesinados por las parejas o exparejas de sus madres, cifra que descendió a cuatro un año después y se elevó a cinco en 2015. En 2016 se registró la muerte de un menor por violencia de género y en 2017 se contabilizó el número más alto hasta ahora: ocho niños fueron asesinados por violencia de género en España. En 2018 fueron siete los niños que perdieron la vida, mientras que en 2019 y 2020 se registraron tres víctimas, en cada uno de ellos.

El 9 de marzo de 2021, una niña de once años era asesinada a tiros por su padre en Madrid, después de que el hombre intentara incendiar la casa en la que estaban la menor y su madre (que también fue asesinada), mientras que el pasado 17 de mayo un niño de siete años era asesinado, también junto a su madre, en Mallorca. La mujer había denunciado en dos ocasiones a su presunto agresor.

Entre los casos más conocidos de esta lacra están el de José Bretón, que asesinó y quemó a sus hijos, de dos y seis años de edad, en 2011 tras la separación con su mujer; el de Ángela Carreño, que tras denunciar por maltrato a su marido en 51 ocasiones, este la asesinó y a la hija de ambos, de siete años, de un tiro durante el régimen de visitas, o el de Tomás Gimeno, que asesinó a sus dos hijas y las lanzó al fondo del mar, sik bien solo se ha encontrado el cuerpo de Olivia.

La fiscal contra Violencia sobre la Mujer, Teresa Peramato, explica sobre la violencia vicaria que es terrible e inconcebible, pero «nada tiene que ver con las enfermedades mentales». Y subraya que «la crueldad es simplemente maldad», y su origen está en el ánimo de dominación, control y posesión del maltratador sobre la mujer que también es madre.

Entre los años 2009 y 2019, el número de menores muertos por causa de la violencia contra su madre ascendió a 44, con edades entre cuatro meses y 16 años, de los que 23 fueron asesinados durante el régimen de visitas o en el periodo de la custodia compartida correspondiente al hombre, según la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas.