La vacunación ha evitado más de 300 muertes durante la quinta ola, teniendo en cuenta tanto el número de contagiados que ha evitado como el de entradas a UCI y posterior fallecimiento. Se trata de los cálculos que realiza el enfermero de hemodinámica del Servicio Canario de la Salud (SCS), Ricardo Pinto teniendo en cuenta los datos en abierto que proporciona la Consejería de Sanidad respecto al coronavirus y que toman como referencia dos periodos: las dos primeras semanas de enero y la última de julio con la primera de agosto.

Y es que si no hubiera existido la vacuna, y los canarios se hubieran enfrentado a esta potente quinta ola sin contar con este recurso de protección único, es posible que en lugar de unas 30 muertes que se acumularon en 15 días, en el mismo periodo se hubieran producido 360. Pues no solo habrían influido las vacunas en la mortalidad –reduciéndola un 82% si se hubieran contagiado las mismas personas– sino que, al influir también en la capacidad de los vacunados para contagiarse y contagiar, el número de muertes evitadas podría ascender al 90%. Respecto al número de casos, si en estas dos semanas se contabilizaron aproximadamente 18.100 positivos, sin que la vacuna estuviese en circulación este número podría haber superado los 30.380 casos de coronavirus en 14 días. Cabe recordar que en esas dos semanas de enero se contabilizaron 3.872 casos y el número de fallecidos ascendió a 51.

Aún con las vacunas y la concienciación ciudadana, Canarias está a punto de batir su propio récord de hospitalizaciones en UCI. En el día de ayer, Canarias registró 107 pacientes en ingreso crítico por coronavirus por segunda vez en la pandemia siendo la primera el 1 de abril de 2020. La situación de saturación de los hospitales mantiene en expectativa a los centros por si tuvieran que imponer planes de contención más agresivos que los actuales.

Para Amós García Rojas, jefe de epidemiología del Gobierno de Canarias, el por qué de esta situación está en la proporción de contagios. «Nunca habíamos tenido una incidencia acumulada terrorífica», señala García Rojas, que insiste en que si no existieran las vacunas, «imágenes como las que vimos del Palacio del Hielo de Madrid se quedarían cortas». Si no fuera por las vacunas, el escenario actual sería muy diferente. Actualmente solo el 20% de la población canaria de más de 12 años no ha recibido ninguna dosis de vacuna, siendo la población de 20 a 29 años los que más adolecen de cobertura de protección frente al coronavirus. Sin embargo, cuando se habla de la gravedad de la enfermedad el porcentaje crece. El 71% de los hospitalizados en los centros sanitarios canarios no cuenta con ninguna dosis, un porcentaje que se eleva al 76% cuando se habla de las personas sin protección que se encuentran en UCI. Si las vacunas no funcionaran, lo esperable sería que la proporción de vacunados y no vacunados fuera la misma que para la población general, pero no es así.

Pero, ¿qué pasa con ese 24% de vacunados que ha tenido que hospitalizar? Los indicadores muestran que en su mayoría son personas mayores o personas vulnerables cuyos «sistemas inmunes no trabajan con la misma efectividad que antes», como incide García Rojas. «No responde igual una persona de 90 años que una de 30», insiste el epidemiólogo, quien presume que también puede haber afectado el hecho de que se hubieran infectado antes de que pasara el periodo ventana para adquirir la inmunización total (que es de entre una semana y un mes, dependiendo de la casa comercial de la vacuna) o simplemente por el hecho de que las vacunas no son 100% infalibles. «Tienen una eficacia de entre el 90 y el 95% por tanto, en un contexto de alta circulación del virus, puede ocurrir que en algunos casos muy concretos, aunque se haya puesto las dos dosis, no estén protegido».

Pese a esta rara circunstancia, la realidad reside en que las vacunas están dando una segunda oportunidad a la mayoría de las personas mayores que se contagian. «Ahora salen con el alta muchas personas que antes quedaban sentenciadas», remarca García Rojas, que insiste en que antes de que existiera este recurso era impensable que una persona mayor pudiera sobrevivir a la Covid-19. «El éxito está en las altas hospitalarias», remarca el epidemiólogo, que se congratula por este motivo. Actualmente en las Islas hay 532 personas hospitalizadas, de las que 107 se encuentran en estado crítico. Hasta el momento, han fallecido a causa de la quinta ola –que dio comienzo el 12 de junio en Tenerife– al menos un centenar de personas.

Mientras esto ocurre, los contagios están descendiendo en las Islas de manera palpable. Pero esto no va a repercutir de inmediato en las hospitalizaciones. «Tendremos dos o tres semanas más de aumento de hospitalizaciones y luego irán bajando», vaticina García Rojas, que insiste en que los pacientes de coronavirus, además, tienen especiales características y suelen estar más tiempo de lo habitual en las unidades de críticos. En el Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria se ha decidido cerrar y, por ende, habilitar para otros pacientes, una de las plantas que había puesto en marcha para atender pacientes Covid-19, por lo que actualmente solo 5 siguen abiertas. Sin embargo, se mantienen a la expectativa por si hubiera algún cambio.

«Para conseguir controlar el proceso debemos seguir una doble línea: vacunar e imponer medidas para convivir con el virus», insiste el epidemiólogo. García Rojas, que apuesta por mantener la mascarilla y otras medidas de higiene hasta después del invierno, considera además «difícil» que se pueda imponer una visión en Canarias cuyo objetivo sea lograr eliminar el virus de la circulación, tal y como han solicitado casi medio centenar de investigadores de toda España. «Tener elementos para debatir y poner sobre la mesa herramientas nuevas para combatir la pandemia es muy bueno», recala, pero insiste en que en la actualidad es muy difícil modificar la visión de España en las estrategias para frenar el virus.