El cambio climático, causado «indudablemente» por la actividad humana, ha llevado al mundo a su periodo más cálido en 2.000 años, y tendrá efectos irreversibles durante milenios. Así lo advierte un nuevo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos para el Cambio Climático (IPCC), el sexto, en el que también informa de que, de continuar en este nivel de emisiones, la temperatura global aumentará 2,7 grados a final de siglo. Una cifra muy superior a la del compromiso del Acuerdo de París.

El documento del IPCC, que desde 1988 analiza para Naciones Unidas los efectos del cambio climático en el planeta, es claro. La situación es ya irreversible, fenómenos como el deshielo de los glaciares de montaña o en los polos continuarán sucediendo durante décadas cuando no siglos, incluso reduciendo emisiones.

Durante la presentación del informe, la presidenta del grupo de expertos encargada de elaborar este documento, Valérie Mason-Delmonte, afirmó que las conclusiones del mismo son «un baño de realidad». Con un informe mucho más claro en sus conclusiones –el último data del años 2013– para Mason-Delmonte «ahora tenemos una visión mucho más clara del clima pasado, presente y futuro, algo esencial para entender adónde vamos, lo que podemos hacer, y cómo debemos prepararnos».

Aprovechando las mejoras en la investigación paleoclimática, el estudio muestra que el aumento de temperaturas actual es comparable al que hasta ahora se considera el periodo más cálido de los últimos 100.000 años, ocurrido hace 6.500 (el llamado máximo climático del Holoceno). «Es indiscutible que las actividades del hombre han causado el cambio climático y provocan que los fenómenos meteorológicos extremos sean más frecuentes y graves, afectando a todas las regiones del planeta», destacó el presidente del IPCC, Hyesong Lee. El secretario general de las Organización Meteorológica Mundial (OMM), Petteri Taalas, decidió explicar esta saturación con un simil deportivo: « la atmósfera está dopada, y sufrimos ahora esos fenómenos con más frecuencia, como recientemente hemos visto con los incendios en Grecia y California, o las inundaciones en China y Europa».

Y es que los cambios que está sufriendo el clima «no tienen precedentes» en los últimos siglos e incluso milenios. Por ejemplo, según los expertos del IPCC, la actual concentración en la atmósfera de dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero, supera las 410 partículas por millón, la mayor de los últimos dos millones de años.

El imparable cambio climático también conllevará a que se produzcan cambios irreversibles a escala de miles de años en la temperatura, acidificación y desoxigenización de los océanos. A esto se suma que que el nivel del mar seguirá aumentando irremediablemente, entre 28 y 55 centímetros a finales de siglo con respecto a los niveles actuales incluso cuando se logren emisiones netas cero.

«Durante décadas el IPCC nos ha advertido de los peligros del calentamiento global, el mundo escuchó pero no ha actuado con la suficiente contundencia, y como resultado el problema está aquí y nadie está a salvo», subrayó Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de la ONU para el Medio Ambiente.

Por encima de lo estimado

No solo no hay vuelta atrás, si no que tampoco se van a poder cumplir los objetivos marcados en 2016 en el Acuerdo de París. Según el informe del IPCC, si se mantiene el actual ritmo de emisiones de gases de efecto invernadero, la temperatura global aumentará 2,7 grados a finales de siglo con respecto a la media de la era preindustrial (1850-1900). El Acuerdo de París buscaba mantener el aumento de la temperatura global promedio por debajo de los 2 grados a final de siglo, limitando el aumento a 1,5 grados. Este aumento conllevaría también mayores eventos climáticos extremos tales como sequías, inundaciones y olas de calor. Mantener la situación actual, en la que la temperatura global es como media 1,1 grados más alta que en el periodo preindustrial (1850-1900), no sería suficiente: los científicos prevén que con ello se alcanzaría un alza de 1,5 grados en 2040, de 2 grados en 2060 y de 2,7 en 2100.

En el escenario más pesimista –el IPCC propone un total de cinco–, donde las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero se doblaran a mediados de siglo, el aumento podía alcanzar niveles catastróficos de alrededor de 4 grados en 2100. Cada grado de aumento podría suponer un 7 % más de precipitaciones en el mundo, lo que conllevaría un aumento de tormentas, inundaciones y otros desastres naturales. Por su parte, las olas de calor extremo, que en época preindustrial ocurrían aproximadamente una vez por década y actualmente ocurren 2,3 veces, podrían multiplicarse hasta 9,4 veces (casi una por año).

Un atlas interactivo con sello español

El atlas interactivo que incluye el nuevo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos para el Cambio Climático (IPCC), es una de sus principales novedades y permite cotejar información climática de todas las regiones del mundo para conocer cómo se verán afectadas por el cambio climático. Este servicio web gratuito cuenta con sello español, puesto que ha sido fruto de la colaboración entre el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la empresa española Predictia, como explica la propia institución científica. El atlas se divide en dos tipos de información: aquella regional, que proporciona acceso a los datos sobre el cambio climático de los principales conjuntos de cifras utilizadas en el informe; y la de síntesis regional, que resume y sintetiza los principales resultados del informe sobre la evaluación regional del cambio climático para distintos tipos de fenómenos: calor, sequías, nivel del mar. Para ello, divide el planeta en 46 zonas terrestres y 12 oceánicas, y establece la progresión previsible hasta el año 2100 para distintos fenómenos atmosféricos como las temperaturas -medias, máximas y mínimas-, precipitaciones, nevadas o vientos. También incluye otras variables oceánicas como la evolución de la temperatura de la superficie, del aumento del nivel del mar o del pH. Además, permite acceder a una gran cantidad de información climática, como mapas, series y tablas, procedente de organismos como la Earth System Grid Federation (ESGF) o el servicio de Cambio Climático de Copernicus. De esta forma el atlas ha contribuido al enfoque regional del sexto informe del IPCC, con especial atención a los fenómenos extremos, región por región.