Los grupos etarios de 60 a 69 años y los de 40 a 49 años son los que están sufriendo con mayor fuerza la quinta ola de coronavirus. Según los datos proporcionados por la Consejería de Sanidad, estos dos grupos destacan en el ingreso en las unidades de críticos de Canarias, protagonizando juntos la mitad de los ingresos en el área de críticos.

Según Sanidad, el 86,6% de los pacientes actuales en UCI no estaba inmunizado cuando se contagió. El 66,2% no se había vacunado, el 11,2% tenía la pauta incompleta y el 22,4% tenía pauta completa pero no le había dado tiempo de desarrollar la inmunidad.

Para el epidemiólogo Amos García Rojas, la mayor gravedad en estos grupos se podría explicar por diversas circunstancias, pero siempre teniendo como referencia que la variante Delta es «más poderosa» y que con ella circulando, las personas con una sola dosis de vacuna, «no están protegidas». Por un lado, las personas de entre 60 y 69 han sido vacunadas con AstraZeneca, una vacuna para la que, como mínimo hay que esperar 8 semanas para inyectar la segunda dosis, el triple que Pfizer o Moderna. En España, además, debido al retraso del Gobierno estatal para tomar una decisión sobre su inoculación, se llegó a inocular algunos casos más allá de las 12 semanas. A esto se une el temor generado por las recurrentes noticias e informes sobre la posibilidad de que la vacuna estuviera detrás de un porcentaje irrisorio de eventos trombóticos o la decisión del Ministerio de Sanidad de imponer una pauta heteróloga –de AstraZeneca y Pfizer– basándose en datos muy preliminares.

Dos de cada diez personas de 60 a 69 años carece de la protección contra la Covid-19

Los datos de vacunación avalan el diagnóstico. Unas 123.791 personas de entre 60 y 65 años que conforman el grupo 8 han recibido ya una dosis, lo que representa el 81,18% de ese colectivo. Sin embargo, solo el 56,19% ya tiene la inmunización. Esto significa que aún casi dos de cada diez personas incluidas en este grupo no cuenta con ninguna protección contra el virus.

«No podemos seguir alargando mucho el tiempo de inocular la segunda dosis», señala García Rojas. Hasta junio, la Consejería de Sanidad había decidido retrasar hasta las 12 semanas las segundas dosis y, hasta finales de mes no se empezaron a inocular a las 10 semanas. El epidemiólogo va más allá y considera que es el momento de ajustarse lo más posible a la pauta vacunal, es decir, a las 8 semanas, que en Canarias ya se está haciendo. La vacuna de AstraZeneca es de lejos la que más tarda en generar la inmunidad completa una vez la persona recibe su segundo pinchazo. Esta vacuna tarda casi un mes (28 días) en generar una protección máxima después del segundo pinchazo, cuando Pfizer tarda tan solo 7 días y Moderna y Janssen 14. En lo que se refiere a la incidencia hospitalaria muy grave en pacientes de 40 a 49 años, García Rojas señala hacia dos circunstancias: el miedo y el negacionismo. Tan solo el 69% de este grupo de edad está completamente vacunado, por lo que tres de cada diez aún carecen de ninguna protección. Y no es porque no les haya dado tiempo, dado que el grupo que se vacunó previamente, el de 50 a 59 años, ya está vacunado al 93%. «Hay personas con miedo o dudas, hay que empatizar con ellos y convencerles con tiempo y trabajo», explica el epidemiólogo. Convencer a la otra minoría es más complejo. «Niegan la vacuna, la pandemia y la ciencia, así que son difíciles de recaptar», asume García Rojas, quien confía que, tras el verano, se logre acabar con la mayoría de reticencias.