La enfermedad cardiovascular sigue siendo la primera causa de muerte en nuestro país y puede estar aumentando en el contexto de la pandemia, ya que la mortalidad hospitalaria por infarto de miocardio se ha duplicado durante la crisis sanitaria causada por la Covid-19, estima Luis Ángel Samaniego, médico intensivista y director del centro de prevención de enfermedades cardiovasculares Bach Care, localizado en el hotel The Ritz-Carlton, Abama, en Tenerife.

“Lamentablemente, el futuro a corto plazo no augura una reducción de estas muertes sino todo lo contrario. El problema de esta enfermedad es que progresa de forma silente, sin poder conocer el tiempo de desarrollo de la misma. La población en general no se da cuenta de que la sufre hasta que el desarrollo implica una lesión obstructiva de una de las arterias del corazón o del cerebro y provocar un evento cardiovascular de consecuencias nefastas. En muchas ocasiones, el primer síntoma es la muerte súbita”. 

Los malos hábitos de vida, el estrés continuo, son circunstancias que llevan al cuerpo al límite y van lesionando las estructuras del corazón de manera desapercibida. Pero más del 80% de las muertes pueden evitarse con un diagnóstico adecuado. De este sueño de Samaniego nace Bach Care, un centro de prevención de la enfermedad cardiovascular buscando tener la tecnología más avanzada del mundo.

“Hemos conseguido instalar el primer escáner de detección espectral en España, capaz de mostrarnos en el tiempo que tarda el corazón en latir dos veces cómo está realmente el interior de nuestras arterias coronarias, y de organizar un equipo de profesionales multidisciplinar que puede hacer posible que tras el diagnóstico cualquier paciente reciba las pautas indicadas para que disfrute de una larga y saludable vida".

El escáner de Bach Care realiza la prueba en tan solo 4 segundos. Luego el equipo, apoyándose en datos bioquímicos y genéticos, hace una evaluación completa del corazón determinando el estado de salud cardiovascular actual del paciente, su riesgo real a sufrir un evento cardiovascular grave y su predisposición genética a sufrir enfermedades cardiovasculares, aportando una propuesta inmediata para evitarlo. Para deportistas y de manera específica, existe un programa que permite conocer el límite de esfuerzo físico saludable aportando así un plan de mejora de rendimiento. Todo ello siempre acompañado de un plan dietético ajustado a las necesidades nutricionales de cada persona.

“Está claro que sólo con la prueba del escáner no es suficiente para evitar un fallecimiento. Tras el diagnóstico se deben seguir unas pautas de vida saludable y, en casos de detección de problemas serios, será necesaria la pauta de una medicación o incluso cirugía, consiguiendo así evitar un desenlace fatal”.

“El Sistema Público de Salud en nuestro país es excelente, pero puede ser mejorable. El ciudadano debe conocer que existen más opciones que las que nuestro Sistema de Salud propone, y ahí está nuestra propuesta. Hemos buscado una localización donde acuden viajeros de todo el mundo sensibilizados por su salud y bienestar, y donde el aspecto económico se pueda apreciar desde una óptica diferente. A veces, por cultura, en nuestro país estamos más centrados en tener un coche más lujoso, o un móvil de última tecnología o una televisión más grande, y pasamos por alto nuestra salud, que damos por hecho que es buena. Pero lo terrible es que de las 270 personas que diariamente sufren en nuestro país un evento cardiovascular grave en forma en su mayoría de infarto de miocardio por obstrucción de una de sus arterias coronarias, cerca de la mitad se producen en personas a las que todavía, por edad, no les tocaría morir. Porque no es lo mismo sufrir un infarto a los 80 o 90 años de edad que a los 50 o 60, sobre todo cuando es posible de forma integral evitarlo”.

Los equipos de diagnóstico hospitalario en España, explica el director de Bach Care, están en fase de revisión dado su alto grado de obsolescencia. “En nuestro país están establecidas estrategias de prevención mediante pruebas indirectas, como la prueba de esfuerzo, que posee una especificidad menor de la deseada, que sirve como cribado de la enfermedad cardiovascular en personas con sospecha de ella por los síntomas que refieren. Pero el objetivo es conocer realmente el interior de la arteria coronaria y descubrir si existe lesión o no, para lo que es necesario equipos de diagnóstico más fiables. Cuando la sospecha es alta se programan los cateterismos cardíacos, prueba invasiva que se reserva para aquellos casos en los que ya ha habido una señal justificada de que algo no va bien”.

Los hospitales atienden a pacientes ya enfermos. Se trabaja sobre los factores de riesgo proponiendo hábitos saludables que se trasladan a los pacientes de forma protocolizada: “deja el tabaco, haz deporte, adelgaza…”, incide Samaniego. Pero no siempre es fácil llevar a cabo esas recomendaciones. "Transmitimos la responsabilidad a las personas. Está claro que quien fuma, no se mueve y come mal tiene muchas más posibilidades de tener un infarto; pero hay más aspectos sobre los que trabajar", agrega. Entre ellos está, por ejemplo, el optimismo: “ya se ha demostrado científicamente que las personas positivas, entusiastas y con empatía tienen menos riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular, así que desde el punto de vista psicológico también debemos aprender a tomarnos la vida de otra manera, a disfrutarla más”, subraya el especialista.

Pruebas para deportistas

Las pruebas que realiza Bach Care también están indicadas para deportistas que se ejercitan con alta intensidad: “debemos saber si nuestro cuerpo está preparado para ello, principalmente si somos profesionales o semiprofesionales”, explica su director. 

Samaniego afirma que, por ejemplo, con la moda que se despertó tras la pandemia de hacer deporte en personas de mediana edad, sin asesoramiento profesional, se incrementó el número de accidentes cardiovasculares: “si nunca se ha practicado ejercicio de forma regular, no se puede llevar al límite el cuerpo haciendo una maratón o ciclismo de montaña, se ha de tener asesoramiento profesional y, en caso de hacer alguna actividad de impacto deben hacerse pruebas preventivas”.

Por ahora sólo se puede luchar contra la muerte súbita en el ámbito deportivo realizando una labor de prevención con reconocimientos cardiológicos en los que se revise, además del historial familiar, la exploración física, el electrocardiograma y, de forma complementaria, el ecocardiograma. Y a partir de los 35 años, los resultados del escáner de detección espectral van mucho más allá porque previenen la principal causa de muerte súbita en deportistas con este rango de edad, que es la enfermedad ateromatosa.