La enfermera coordinadora de la Estrategia de Vacunación contra el covid-19 en Canarias, Begoña Reyero, asegura que no ha sido posible alcanzar la inmunidad de grupo del 70% el 31 de julio por el número de dosis que han manejado las Islas. Sin embargo, se muestra satisfecha con el avance de la campaña y recuerda que, a pesar de haber recibido la inyección de los sueros, es imprescindible mantener las medidas de seguridad. 

El Gobierno de Canarias tenía previsto alcanzar el 70% de inmunidad de grupo el 31 de julio. ¿Por qué cree que no ha sido posible cumplir este objetivo?

Básicamente, por el número de dosis. Sin embargo, somos la comunidad que más vacunas administra por cada 1.000 habitantes. Hemos alcanzado un 76% de población con la primera dosis y más de un 60% con pauta completa. Estamos contentos porque hemos hecho todo lo que hemos podido con las dosis que han llegado. Los puntos están a tope, los profesionales están trabajando por encima de sus capacidades y hay facilidad para solicitar citas o para acudir sin ellas. Por tanto, el hecho de que no se haya alcanzado el 70% en la fecha prevista no guarda relación con la actividad que realiza el Servicio Canario de la Salud.

¿Se contemplaba la posibilidad de que existiera un nivel de incidencia tan alto en verano, a pesar del avance de la campaña de vacunación?

No. A pesar de que teníamos la experiencia del verano anterior, creo que nadie esperaba esta oleada y menos aún con este comportamiento.

¿Cómo evalúa la respuesta de los más jóvenes a la llamada a la campaña?

Estamos muy satisfechos. No solo porque están acudiendo a vacunarse, sino por la buena conducta que están teniendo. En las encuestas, los más jóvenes reflejan una buena atención y los equipos de vacunación una colaboración muy buena.

¿Cree que será necesario administrar una tercera dosis de los sueros contra el coronavirus?

No soy experta ni en Epidemiología ni en ensayos clínicos, pero creo que todavía es pronto para lanzarse a la piscina y garantizar que necesitaremos una tercera dosis. En realidad, todavía no hay evidencia robusta para afirmar esto. Con los estudios que hay se puede contemplar esa posibilidad, pero aún no me atrevería a decir si va a serlo o no. La FDA –Administración de Medicamentos y Alimentos– no ha dicho nada y la Agencia Europea del Medicamento –EMA– tampoco. Por tanto, hay que esperar a que los expertos se pronuncien y, en el caso de que fuera necesario administrarla, aquí estamos para seguir. Aún falta mucha información y, sobre todo, conocer cuál sería el intervalo, a qué personas estaría destinada y en qué plazo sería adecuado ponerla.

¿Es cierto que cuanto más efectos secundarios provocan las vacunas, más anticuerpos se generan?

Hay personas que tienen un sistema inmunológico muy bueno y que no tienen una respuesta clínica importante después de la vacunación. Es cierto que en las personas más jóvenes el sistema inmunológico es más potente, siempre y cuando no sufran patologías asociadas o inmunodeficiencia, pero realmente no podemos decir que el que ha tenido fiebre más alta o el brazo más hinchado, ha conseguido una respuesta inmunológica mayor que el que no ha sentido nada tras el pinchazo.

A día de hoy, ¿es posible relajar las medidas de prevención entre las personas vacunadas con pauta completa?

Los últimos estudios ya sugieren que, para que esto ocurra, debe haber entre un 80 y un 85% de población inmunizada. Además, la Estrategia de Vacunación dice en cada una de sus páginas que el hecho de estar vacunados no exime de seguir con las medidas que están vigentes hoy en día y que han garantizado su efectividad para el control de la pandemia. El hecho de estar vacunado no significa estar libre de covid. Nos estamos protegiendo contra las complicaciones de la enfermedad, pero no contra la infección ni contra la transmisión. Por eso, aunque estemos vacunados, podemos transmitir la enfermedad.

Ángel Víctor Torres adelantó esta semana que el Ejecutivo regional no descarta imponer la vacunación a todos los trabajadores públicos que aún no han accedido a los compuestos. ¿Cómo valora esto?

El 99,9% de los trabajadores sanitarios, por ejemplo, se ha vacunado, por lo que esta medida no nos afecta a nosotros a ese nivel. Hemos dado una buena respuesta y el comportamiento ha sido ejemplar. Para hablar del resto de funcionarios, habrá que hacer balance cuando finalice la campaña. Todavía es pronto para saber si algunos se lo están pensando y dentro de unos meses piensan ponérsela, ya que la campaña aún no ha terminado.

Algunas embarazadas muestran reticencias a la hora de acceder a las profilaxis. ¿Pueden sentirse seguras con la inoculación de los sueros?

Sí. La recomendación que ha hecho la Estrategia Nacional del Ministerio es que las embarazadas, las mujeres que están lactando y aquellas que tienen previsto quedarse embarazadas deben vacunarse. En estos casos se les pondrá, preferiblemente, vacunas de ARN mensajero porque hay más estudios y evidencias científicas con estas.

¿Preocupa la circulación de nuevas variantes de cara a la efectividad de las vacunas?

Ahora mismo no, ya que las vacunas son eficaces para todas las variantes que se han ido contemplando. De momento, estamos tranquilos.

¿Cree que la población responde mejor a las iniciativas de vacunación sin cita?

Hay gente para todo. Creo que la gente joven está respondiendo muy bien a la vacunación sin cita, pero cada fórmula funciona diferente y todo depende de las personas. Por eso, hemos decidido ofrecer varias posibilidades. Ahora mismo, Canarias cuenta con distintas opciones para coger cita: a través del 012, de la aplicación miCitaprevia o de un formulario web. En las islas no capitalinas, hay que destacar la proactividad de los equipos de vacunación para llamar y animar a la gente que figura en sus listados a vacunarse.

¿Qué porcentaje de personas falta a sus citas?

Entre un 4 o un 5% como mucho, pero todo depende del día. Hay muchos puntos que llegan al 100%.

¿El hecho de que ya se estén produciendo brotes en residencias puede significar que la protección de las vacunas disminuya con el paso de los meses?

Es lógico que llegue la infección a las residencias. Como ya he dicho, la vacunación no exime de la infección. Nuestros mayores están protegidos, pero eso no significa que no siga habiendo posibilidad de que se contagien del virus. Por eso es tan importante seguir manteniendo las medidas de seguridad. Sin duda, las vacunas han protegido y están protegiendo a los más vulnerables. Con ellas hemos conseguido algo muy grande: reducir la mortalidad, que no ingresen en los hospitales y que no tengan que ser intubados.