Detrás de cada detención hay una historia curiosa por las andanzas del objetivo o el esfuerzo para atraparlo. Estas son las historias de algunos delincuentes extranjeros arrestadas por el Grupo de Crimen Organizado de la Policía Nacional en Santa Cruz de Tenerife en los últimos años.

Directivo defraudador

El ruso A.I. fue director de la empresa pública de suministro de agua en Kaliningrado. Estaba acusado de defraudar, de forma aproximada, una cantidad equivalente a un millón de euros. Tras varios meses de búsqueda, fue localizado cerca de Miraverde, en Costa Adeje. Es el ejemplo perfecto del «perfil alto» entre los fugitivos. Tras ser apresado, A.I. contrató los servicios de un prestigioso bufete de abogados de Barcelona que suele atender a otros compatriotas suyos con un gran poder adquisitivo. Al día siguiente de la detención, un letrado de dicho despacho estaba en la Isla para asistirlo en su declaración en sede judicial.

Sustracción de una menor

La estadounidense Kathleen S. estaba acusada por las autoridades de su país de sustraer de manera ilegal a su hija de cuatro años. Su exmarido contrató los servicios de un detective privado de Tenerife y este se movilizó hasta detectar a Kathleen en Lanzarote. Dicho investigador elaboró un informe y lo puso a disposición de la Policía Nacional. La Jefatura Superior de Policía ordenó al inspector que entonces ejercía de jefe del Grupo, Víctor Massanet, que se hiciera cargo del asunto. Dicho mando y un subinspector se desplazaron a la Isla de los Volcanes. Con la colaboración de la Brigada de Policía Judicial de la Comisaría de Arrecife, tras arduas labores de investigación y trabajo de campo, llevaron a cabo el arresto de la citada norteamericana. Los datos ofrecidos por el detective estaban, en parte, obsoletos. Las gestiones propias los llevaron a un familiar de Kathleen que se registró en dicha Isla con nombre falso. Tras las vigilancias y los seguimientos, se localizó un piso donde estaba «el objetivo». Fue atrapada en un garaje cuando iba con la niña. Durante todo ese tiempo, hubo contacto entre los funcionarios españoles y agentes del FBI. La menor recibió la asistencia de profesionales de los Servicios Sociales de Lanzarote hasta que fue devuelta a su progenitor, que reside en Estados Unidos. La operación mereció que la Embajada de dicho país remitiera una felicitación a los policías que efectuaron la intervención. Y lo mismo hizo el entonces jefe superior de Policía. Una copia de la felicitación del organismo diplomático norteamericano está en un tablón de la oficina que comparten el inspector Joaquín Acevedo y su equipo.

El estafador

Carlos M.R. es de origen cubano y tiene nacionalidad estadounidense. En su país de acogida cometió falsificación de tarjetas de crédito y estafas en el 2009. Las infracciones penales de tipo económico están muy perseguidas en EEUU, matiza un agente de Crimen Organizado. Carlos llegó a ser una de las personas más buscadas por los U.S. Marshalls durante años. Su fotografía apareció en el 2013 en informativos de televisión norteamericanos para solicitar la colaboración ciudadana y facilitar así su captura. Fue localizado en el Puerto de la Cruz, donde residía con su actual pareja y su hijo. El arresto se produjo cuando salía de su domicilio, entre un despliegue de seguridad muy llamativo. El vídeo del operativo se divulgó por redes sociales y medios digitales.

El atracador

El británico Aaron W. se especializó en el atraco a furgones blindados en su país. Como si de una película se tratara, consiguió fugarse durante un traslado policial en el Reino Unido. Pero no menos cinematográfica fue su captura. Tras dictarse sobre él una orden europea de detención y entrega, al final fue localizado en un conocido hotel del Sur de Tenerife. Los agentes de Crimen Organizado contaron con el apoyo de sus compañeros de la X Unidad de Intervención Policial (UIP), que se prepararon en una habitación contigua a la del fugitivo para que no los detectaran antes de tiempo y evitar así una fuga en el último momento. Durante la actuación, los agentes de paisano tuvieron mucho cuidado de preservar la integridad física de la pareja de Aaron y, sobre todo, de sus dos hijas de corta edad. Para ello, fueron apartadas del «objetivo» segundos antes de que el prófugo se viera rodeado de agentes armados de la UIP. Ante la situación, el ladrón británico se puso de rodillas y fue apresado. Aaron usó el pasaporte de su hermano, con el que guarda un gran parecido físico, para viajar desde Oriente Medio a Tenerife.

El narcotraficante

El también británico Joseph L. era un miembro del crimen organizado en Glasgow (Escocia). Estaba buscado en el marco de una operación de las autoridades del Reino Unido a nivel global por delitos como tráfico de drogas, armas, blanqueo de capitales y diversos homicidios por ajustes de cuentas. Tras varios años en busca y captura, fue arrestado por policías nacionales en el aeropuerto Tenerife Sur cuando se desplazó a llegadas para ir a buscar a su pareja y su hija, con quienes iba a pasar la Nochevieja del 2018.

El abusador sexual

A Petter C.F. se le buscaba por mantener relaciones sexuales con una menor de 15 años. Fue localizado por agentes del Grupo de Crimen Organizado mientras buscaban a otro fugitivo polaco, sobre el que también pesaba una orden europea de detención y entrega. Su identificación se produjo en Los Cristianos (Arona), cuando Petter iba con su pareja por la calle. Los funcionarios comprobaron que se trataba del mencionado prófugo, después de intentar seguir su rastro de forma activa durante varios meses.

Los mafiosos

Los investigadores también lograron capturar en el Sur de Tenerife a tres miembros de la Camorra Napolitana: L.L., T.B. y V.B. A estos italianos se les relacionó en su país con quienes empleaban métodos clásicos de dichas organizaciones, como extorsión, préstamos cobrados con intereses desproporcionados o ajustes de cuentas, entre otras cosas. Su arresto se produjo en una operación conjunta con las autoridades transalpinas, que emitieron las órdenes de detención de noche para evitar, en lo posible, filtraciones que beneficiaran a los fugitivos. Los tres individuos residían en el casco urbano de Adeje. Los policías nacionales realizaron una vigilancia sobre sus domicilios durante toda la noche y la madrugada. Fueron apresados a primera hora de la mañana, cuando salían de los pisos para dirigirse a un negocio de productos lácteos (quesería) en Los Cristianos (Arona). La sobriedad de la actuación en el Sur de la Isla contrastó con el amplio despliegue efectuado en Italia para capturar a otros integrantes del grupo mafioso, que incluyó helicóptero y policías descolgándose del mismo, equipados con armas de asalto, para acceder a las viviendas de los sospechosos.

El conductor homicida

El británico Bradley K. fue acusado por las autoridades de su país de tentativa de homicidio de multitud de personas, al irrumpir con su coche a toda velocidad en una calle peatonal del condado de Kent y atropellar a varios viandantes. El individuo huyó en barco desde Liverpool y, tras pasar por la Península, se refugió en el Sur de Tenerife. Fue localizado cuando salía en un coche de Puerto Colón, en Costa Adeje. En dicho puerto deportivo, la familia de su pareja de entonces regentaba un negocio de alquiler de motos acuáticas. La detención se produjo con la colaboración de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de Santa Cruz de Tenerife, que fue activada poco antes de la intervención.

El ‘ajustador’ de cuentas

León R. es hijo de un empresario alemán. En su país de origen está acusado de participar en delitos de tráfico de drogas y ajustes de cuentas. Fue capturado después casi tres años de búsqueda activa. Los policías llegaron al extremo de pensar que no estaba en la Isla. Pero un día confirmaron que seguía escondido en El Fraile (Arona). En una ocasión se le intentó apresar, pero consiguió darse a la fuga. Tres semanas después volvió a ser localizado. Cuando se percató de que los agentes lo seguían trató de huir con la ayuda de un patinete eléctrico. Integrantes del Grupo que dirige Joaquín Acevedo echaron a correr detrás de él. Y llegaron a requerir el apoyo de una patrulla de la Policía Local de Arona, que los ayudó a interceptar al joven germano. Empleaba una identidad falsa y en el piso en el que vivía instaló una plantación de marihuana. Este inmueble era costeado por sus padres con pagos a través de una conocida compañía de servicios financieros por el método de transferencias punto a punto.

El ladrón

Bartozs P. es un polaco que fue condenado en firme a nueve años de prisión por diversos delitos comunes, como tráfico de drogas, reiterados robos, acusación falsa y contra la seguridad del tráfico. Fue capturado después de tres años de búsqueda activa. Sus padres llegaron a visitar Tenerife en varias ocasiones para encontrarse con el mismo. Pero a los agentes no les resultó fácil apresarlo, ya que compatriotas suyos le daban cobertura y le proporcionaban coches o domicilios. Una oficial del Grupo que estaba fuera de servicio lo localizó en Alcalá (Guía de Isora), pero no pudo ser apresado allí por motivos de seguridad. Dos semanas más tarde, los policías de paisano esperaron por fuera de un restaurante de Amarilla Golf, en San Miguel, a que terminara de comer y lo capturaron.