El comienzo del ensayo clínico de la vacuna contra la Covid-19 que desarrollan el CSIC y la biofarmacéutica Biofabri, del grupo empresarial gallego Zendal, ha sido aplazado a la espera de recibir el informe de la Agencia Española del Medicamento que permita que comiencen estas pruebas, lo que estaba previsto para mediados de la primera semana de agosto. Así lo explicó un portavoz del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), quien señaló que «ahora mismo el CSIC está a la espera del informe de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS), que tiene que dar la valoración sobre la conveniencia o no para hacer los ensayos con la vacuna del equipo que dirige el científico Mariano Esteban en el Centro Nacional de Biotecnología».

Los ensayos clínicos iban a iniciarse en el madrileño Hospital de La Paz a mediados de la próxima semana, pero al no tener el informe de la Agencia del Medicamento se aplazaron «sine die, a la espera de conocer el documento». El portavoz del CSIC niega, como apuntan algunos artículos periodísticos, que la administración de la vacuna haya producido la muerte por lesiones pulmonares de uno de los monos empleados en los ensayos preclínicos. Precisa que, al sacrificar al ejemplar y hacer la autopsia, «se comprobó que tenía una lesión pulmonar, pero el macaco no murió de esa lesión».

Tanto el CSIC como la empresa gallega Biofabri –que es la encargada de fabricar los lotes de las vacunas para los ensayos con humanos– aseguran que se han seguido todos los protocolos internacionales usuales en el desarrollo de los ensayos preclínicos de vacunas, y que, con base en los resultados en cuanto a seguridad y eficacia, se ha considerado adecuado solicitar el ensayo de la fase clínica.