Desde el hospital en el que trabaja, el de San Juan de Alicante, y la Universidad Miguel Hernández desempeña su labor Victoria Valls. La experta en Salud Pública y Medicina Preventiva responde en el transcurso de esta entrevista a las dudas surgidas en torno a la inmunidad de grupo, el uso de la mascarilla al aire libre, la celebración de fiestas o el papel del cambio climático.

¿En qué momento alcanzaremos la inmunidad de grupo?

Depende de dos factores, de una suficiente cobertura de vacunas para evitar la transmisión de la enfermedad y del porcentaje de personas que han desarrollado la inmunidad natural tras pasar el covid. Se estima que la inmunidad de grupo se alcanza con una cobertura del 70% pero no tenemos el conocimiento para asegurar que esa sea la cifra. Es una estimación optimista y hay que tener en cuenta las variantes.

¿Cuál es su postura sobre la confusión que ha rodeado a la vacunación y la suministración de segundas dosis?

Hay que tener en cuenta que nunca hemos tenido una experiencia como esta con ningún medicamento. Se ha conseguido un fármaco seguro y eficaz en un tiempo récord. La eficacia estaba medida en los ensayos clínicos pero es complicado conocer los efectos adversos. Cualquier fármaco los va a tener, aunque sean mínimos. Si valoramos el balance entre el riesgo y el beneficio, la balanza siempre se va a inclinar hacia la vacunación.

¿Deberían endurecerse las medidas relacionadas al ocio nocturno juvenil?

Que el ocio nocturno no esté organizado y supervisado es algo peligroso para toda la sociedad. Las imágenes que estamos viendo son incívicas. La solución no es prohibir el ocio nocturno, lo que hay que hacer es organizarlo bien. Los ayuntamientos, por ejemplo, pueden habilitar zonas para hacer botellón, con cuotas de asistentes. Los jóvenes necesitan salir, bailar y disfrutar pero es peligroso porque todavía no hemos alcanzado una inmunización suficiente ni podemos permitirnos bajar la guardia.

¿Hemos llegado al momento óptimo para quitarnos la mascarilla en los espacios públicos?

No estamos aún en el momento de poder quitarnos la mascarilla. La vigilancia epidemiológica es buena y es la que tiene que marcar las medidas. Con una frecuencia de infección bajísima se podrá relajar el uso de la mascarilla en áreas con poca concentración de personas, como montañas, playas y parques que no estén masificados. En las calles del centro de las ciudades y en las playas masificadas no se debe quitar la mascarilla aún.

¿Cuál es el comportamiento ideal para disfrutar el verano?

Hay que recuperarse psicológicamente y disfrutar de las oportunidades que ofrece el verano para salir y reunirnos con los demás, a la vez que ayudamos a la recuperación económica. Hay que seguir siendo prudentes con las recomendaciones de las autoridades sanitarias. Para reunirnos con los familiares ahora no es el momento idóneo porque la incidencia de la infección ha subido. Conviene seguir manteniendo la distancia.

¿Este verano podrán celebrarse fiestas populares con restricciones o mejor no?

De momento no deberían realizarse fiestas como se hacían antiguamente. Las aglomeraciones de personas en las celebraciones patronales, es las que se junta la población local con los visitantes que vienen a disfrutar, unidas al consumo excesivo de alcohol y al calor forman un cóctel peligroso. Se deben hacer actos siempre que se pueda controlar el aforo, como son los conciertos en los que se mantiene la distancia de seguridad y el comportamiento de los asistentes es correcto. Para las fiestas tradicionales como las entendemos en nuestras costumbres es prematuro todavía.

¿Cuáles son las principales secuelas que deja el covid?

Las personas que sobreviven tienen muchas secuelas. Las más frecuentes son cansancio, dolores de cabeza y pérdidas de memoria y de capacidad de concentración. Hay otras secuelas que se comparten, como la fatiga muscular que requiere rehabilitación. Es un proceso largo y duro. Todavía no se sabe muy bien por qué se mantienen estos síntomas. Hay que investigar cuáles son las causas que provocan estas situaciones, en ello estamos actualmente. Se considera que es una reacción inmunológica, como la caída de cabello por estrés agudo.

¿Cómo cree que evolucionará el virus los próximos meses?

Depende de la transmisión. Cada fase de las mutaciones se asocia a una alta transmisibilidad de los microorganismos. Cuando se controla, hay menos mutaciones. Dejaremos de ver tantos problemas de mutaciones conforme se controle la transmisión del virus. Aún así, no estamos exentos de seguir teniendo sustos como ahora ocurre y de la apariciones de nuevas cepas peligrosas y con mayor capacidad de supervivencia. Es la evolución natural de los seres vivos, vivir más tiempo y en más entornos.

¿El cambio climático nos traerá más pandemias similares?

El cambio climático provoca el crecimiento de microorganismos y su expansión, por lo que habrá más pandemias en el futuro. A lo largo de la historia se han vivido muchas situaciones similares. Ahora hay que añadir la densidad de población y la movilidad. Estos factores también favorecen la transmisión de los microorganismos de forma pandémica. Al cambio climático hay que sumarle factores relacionados con nuestras condiciones de vida, como la masificación, la globalización y la movilidad de personas de unos países a otro.

¿Cree que la experiencia del covid hará que se refuerce la inversión en investigación?

Todos hemos aprendido que hay que introducir la investigación en nuestro trabajo diario, la importancia del aprendizaje continuo. Con respecto a la inversión, nuestro país va a tener que destinar muchos recursos al tratamiento y la gestión de la crisis económica y laboral, lo que limitará la inversión que se dedicará a la ciencia y la formación. No va a haber disponibilidad de recursos para seguir avanzado.