«La evolución de la pandemia nos recuerda constantemente que debemos seguir con las precauciones sanitarias», recordó Felipe VI ayer en el segundo homenaje a los fallecidos por coronavirus, en el que se rindió un especial tributo a los sanitarios que han perdido la vida desde marzo de 2020. En un emotivo acto en la plaza de la Armería del Palacio Real, el Rey brindó además más de un centenar de grandes cruces del mérito civil a las familias de estos sanitarios que «entregaron lo más preciado que tiene el ser humano, su propia vida».

Un año después del primer acto en honor a las víctimas de la pandemia y ante casi 700 personas –con gran representación de los familiares de los sanitarios muertos, el Gobierno casi al completo (a excepción del ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska) y políticos nacionales (salvo los dirigentes de Vox, que declinaron la invitación por considerarlo un «homenaje falso») y autonómicos–, el Monarca se dirigió a los parientes de los fallecidos para asegurarles que España «jamás olvidará a los ciudadanos que se enfrentaron a esta dura pandemia». A continuación, en tono solemne, mostró su «profundo respeto, reconocimiento y admiración al personal sanitario que desde los inicios de esta crisis trabajó sin descanso, con autodeterminación y total entrega».

De hecho, el Ejecutivo aprobó el martes la concesión de 120 grandes cruces del mérito civil a los sanitarios fallecidos y Felipe VI hizo entrega ayer de 102 de estas condecoraciones. El Rey señaló la necesidad de «mantener viva la memoria de lo sucedido» y «no permitir el olvido». También recordó que los sanitarios «nunca se rindieron y tampoco se rendirán ahora». Su mensaje final fue para pedir que se siga construyendo «en su ausencia» un «país mejor para las próximas generaciones».

En el acto, conducido por el periodista Fernando Ónega, además, hubo una importante muestra de las primeras personas vacunadas en España. Entre ellas, Araceli Hidalgo, la primera en recibir la dosis en España en diciembre de 2020.