Cada año, el circuito de MotorLand Aragón recibe a algunos de los más grandes motoristas del mundo con la celebración de una de las carreras del Mundial de Moto GP. Este año, ese enclave recibe además al talento tinerfeño que bulle actualmente en los pasillos de la Universidad de La Laguna (ULL). La institución académica participa por primera vez en la Competición Internacional MotoStudent, que reúne a universidades de todo el mundo –principalmente europeas– en un reto que conlleva la fabricación de una moto que la próxima semana tendrá que rodar sobre el asfalto de MotorLand Aragón para demostrar el talento de los estudiantes.

Los jóvenes que cursan el grado de Ingeniería se alían con compañeros de otras facultades para diseñar, desarrollar y fabricar una motocicleta de competición real. La prueba se divide en MotoStudent Petrol –para los vehículos de combustión– y en Full Electric –vehículo totalmente eléctrico– y ha sido en esta última categoría en la que se ha inscrito la representación de alumnado tinerfeño, que apuesta de este modo por la energía sostenible para cuidar el futuro del planeta.

El catedrático e ingeniero Carmelo Militello es quien ha estado al frente del nutrido equipo que ha trabajado durante más de un año y medio en la creación de un prototipo real que la próxima semana se pondrá a prueba en MotorLand Aragón. Militello se ha encargado de acompañar y tutorizado a los alumnos a lo largo de todo el proceso en el que han participado más de 25 personas de las facultades de Ingeniería, Administración y Dirección de Empresas (ADE) y Bellas Artes. Además, el equipo ha recibido el apoyo de Metropolitano de Tenerife, el Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Santa Cruz de Tenerife y de la Federación Canaria de Motociclismo que, además de nutrir de formación, componentes y profesionales al equipo, será el encargado de aportar al piloto profesional que conducirá la moto en el circuito de Teruel la próxima semana.

Tras meses de duro trabajo, los estudiantes partirán este fin de semana rumbo a la Península con un coche prestado por la ULL en la que trasladarán su creación. La rectora de la Universidad, Rosa Aguilar, visitó este viernes el taller en el que se ha estado fabricando esta moto, en la Escuela Superior de Ingeniería y Tecnología, y mostró su satisfacción por el trabajo realizado porque «lo importante no es solo el resultado final, sino el camino que se ha tenido que realizar». En este sentido, destacó que la ULL cuenta con «estudiantes maravillosos y con profesores muy motivadores» y celebró que el centro «está de enhorabuena porque gracias a compañeros como estos y a sus acciones lograremos ser más grandes».

El prototipo, que ya ha realizado algunas pruebas en el aparcamiento de la facultad del Campus de Anchieta –aunque menos de las que les hubiera gustado al equipo creador– cuenta con 700 pequeñas baterías, más de 1.400 soldaduras y miles de pequeños elementos que han tenido que construirse y montarse uno a uno, muchas veces sin contar con las herramientas adecuadas. Es por ello que Carmelo Militello destacó ayer los numerosos obstáculos que han tenido que salvar para poder presentar este prototipo, que ya está a punto por arrancar. «Estos alumnos tienen un brillo impresionante», sentenció el docente, quien no pudo evitar emocionarse después del gran trabajo que han realizado los jóvenes durante los últimos meses, en los que han tenido que superar numerosos problemas, consultando a especialistas y aprendiendo hasta límites que ni ellos mismos imaginaban para desarrollar esta tecnología que ahora permite poner en marcha esta motocicleta.

Este proyecto se ha visto inevitablemente afectado por la pandemia puesto que, a pesar de que los meses de confinamiento les otorgaron más tiempo para preparar el proyecto, también dificultó enormemente la labor para conseguir algunos de los materiales especializados que necesitaban. «Este vehículo es una muestra de la gran calidad de nuestros estudiantes, que han tenido que tomar decisiones muchas veces sin contar con todo el material disponible y aún así han logrado un magnífico resultado porque, más allá de lo que ocurra ahora en el circuito, ellos ya han ganado», expresó.

La carrera en MotorLand Aragón es tan solo la última de las pruebas por las que tendrá que pasar el equipo de la ULL. Todos los grupos participantes han iniciado el proceso con las mismas ruedas, el mismo motor y los mismos frenos y a partir de ahí han afrontado la configuración de su prototipo con total libertad y es en este proceso en el que han participado también alumnos de otros grados impartidos en la ULL. Carmelo Militello explicó que a lo largo de esta participación el equipo ha tenido que ir informando a la organización de sus avances con la presentación de diferentes informes para superar varias evaluaciones técnicas antes de iniciar la competición y que culminarán la próxima semana en el propio circuito antes de comenzar con la carrera. En este sentido, Militello reconoció que «nos preocupa que falle algún detalle que no hayamos tenido en cuenta hasta ahora pero es algo con lo que debemos contar».

Aprendizaje y colaboración

En cualquier caso, el profesor reconoce que «la participación será todo un aprendizaje» que ya se inició hace meses cuando se embarcaron en este proyecto que en algunos momentos ha coincidido con hitos importantes de la vida académica de los alumnos, como es el caso de la época de exámenes, por lo que los participantes han tenido que aprender a compaginar todos sus compromisos.

Así, en todo este proceso, el apoyo y colaboración con otras entidades para lograr el material y la formación necesaria se ha convertido en algo indispensable porque, aunque la ULL es la primera vez que participa en el programa MotoStudent, otras universidades tienen ya una larga experiencia que se verá reflejada en sus prototipos. En el caso del proyecto propuesto por los tinerfeños, la colaboración entre las facultades se ha hecho indispensable ya que los informes que ha tenido que enviar el equipo participante incluyen, además de la descripción técnica de la moto, la explicación de la creación de la supuesta empresa que lleva a cabo la fabricación del vehículo, que debe tener su propia justificación económica, así como un plan de marketing. En todo este proceso han participado los estudiantes de ADE. Entre las pruebas propuestas también se incluye la realización de una presentación en directo para vender el producto y tratar de captar patrocinadores. También han participado alumnos de la Facultad de Bellas Artes que se han encargado del diseño de la moto.

«Todos estos alumnos se han quemado los dedos soldando y lijando», sentenció el coordinador del proyecto quien destacó la soltura de los jóvenes para enfrentarse a los obstáculos. «En los últimos días nos hemos tenido que enfrentar a problemas de enfriamiento y, aunque hemos probado la moto hace una semana, nos hubiera gustado tener 15 días más para hacer pruebas pero nos hemos visto muy limitados por el tiempo y por la insularidad, que nos han retrasado en algunos procesos», relató el experto.

Pero ni el coordinador ni el resto de participantes se achantan ante estos obstáculos. Así, Carmelo Militello afirmó que «sería muy conveniente que siguiéramos presentándonos en próximas convocatorias porque es una manera de ver cómo brillan nuestros chicos» y añadió que, en la Universidad de La Laguna, «tenemos a gente capacitada y que vale mucho». En este sentido, la insularidad no les ha afectado para nada pero reconoció que «sienten una falta apoyo porque no tienen los medios para ser todo lo que pueden ser, y eso duele». «Tenemos ganas y capacidad para continuar trabajando en esta senda y, sobre todo, para hacer posible que nuestros alumnos brillen como se merecen», concluyó el profesor de la ULL horas antes de que comience para todos ellos la aventura de MotoStudent en la Península.