El tinerfeño Iván Moreno ha conseguido la séptima mejor nota de España en el examen de Psicólogo Interno Residente (PIR), tras cuatro años de esfuerzo. Le ha costado la vida social y muchas horas de estudio que ha tenido que compaginar con su trabajo de investigación en la Universidad de La Laguna (ULL). Pero como todo sacrificio, ha tenido su recompensa. «Ha sido un doble esfuerzo, pero estoy muy contento», señala. Hoy el psicólogo se congratula de no solo haber conseguido acceder una de las 198 plazas de residente en psicología clínica que se ofertan en toda España –para unos 4.000 aspirantes–, sino de haber logrado suficiente nota como para elegir dónde hacerlo: el Hospital Universitario de Canarias (HUC).

Al contrario de lo que suelen hacer muchos otros jóvenes brillantes –que suelen aprovechar sus altas notas para labrarse un futuro en otros hospitales de España– Moreno ha decidido quedarse en el Archipiélago. «Más allá de la formación especializada, esto es un proyecto de vida», señala Moreno, que indica que por su carrera profesional ya ha podido disfrutar de estancias fuera de Canarias en universidades de gran prestigio, como la Universidad de Sussex (Inglaterra), el Instituto Max Planck (Alemania), el Instituto Donders para el cerebro (Países Bajos) y la Universidad de Oviedo.

El profesional ha estado cuatro años trabajando en investigación en neurociencia

Y es que Moreno es también investigador en neurociencia de la Universidad de La Laguna (ULL) y ha estado los últimos cinco años culminando su tesis doctoral gracias a un contrato de Formación del Personal Investigador (FPI) del Ministerio de Ciencia, un tipo de subvención muy competitiva dirigida a los investigadores predoctorales de todo el país. Su línea de investigación dentro de la rama neurocientífica ha estado orientada a los estudios de electroencefalografía y concretamente, a conocer más unas «ondas cerebrales asociadas a procesos motores». Sus estudios de investigación, que ahora se paralizan al menos durante cuatro años para aprender las bondades de la psicología clínica, se han realizado en pacientes de párkinson y trastorno del espectro autista. Una de las razones, de hecho, por las que Moreno que se decantó por el HUC y no por el Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria es la fuerte relación entre ciencia y labor asistencial que siempre ha existido en el centro hospitalario.

Sin embargo, Moreno no esconde que detrás de esta decisión también ha estado la búsqueda de una estabilidad cerca de su entorno. «Aquí tengo a mi familia, a mi pareja y a mis amigos, y además, me confiere estabilidad emocional, que es otro aspecto muy importante», señala el investigador.

Moreno considera que la salud mental aún está muy «estigmatizada» a pesar de las mejoras

Su proyecto de futuro y la posibilidad de seguir investigando han sido las razones principales que le ha empujado a permanecer los próximos cuatro años –que comenzarán el 20 de julio– formándose en psicología clínica en el HUC, pero no las únicas. Su afán por contribuir a la mejora de la salud mental de la población es uno de los motores que han estado detrás de la decisión. «Con la pandemia ha habido algo de movimiento, pero sigue siendo una disciplina muy estigmatizada», reflexiona el futuro psicólogo clínico.

Para Moreno hay una falta importante de recursos humanos en la sanidad pública, lo que provoca que las listas de espera para psicología sean de media de entre 4 y 6 meses. «Esto provoca que el desenlace de ese paciente sea mucho peor que si se hubiera atajado de manera preventiva, pudiendo acabar incluso en el suicidio», señala Moreno. Por esta razón, el psicólogo apuesta decididamente por incluir a los psicólogos clínicos en los servicios de Atención Primaria, así como crear más plazas en la hospitalaria. «Cada año solo culminan la residencia cuatro nuevos psicólogos clínicos para toda Canarias (uno en cada hospital de tercer nivel)», explica Moreno, que destaca que en el Archipiélago solo hay un psicólogo por cada 17.000 habitantes. «Ahora mismo el cuidado de la salud mental es un privilegio», sentencia. Moreno apuesta por el acompañamiento y el seguimiento de la población. De hecho, uno de los problemas de la atención a la salud mental en España es que solo se atiende «cuando se cronifica», es decir, en las unidades de Salud Mental de los hospitales, cuando muchos de los casos se podrían evitar con una buena atención psicológica preventiva. Moreno, no obstante, se muestra optimista porque en los últimos años el cuidado de la salud mental está dejando de ser un tabú gracias en parte a que muchos personajes públicos le están dando visibilidad.

La seguridad en el empleo también ha sido un punto a favor. «Llevo muchos años preparándome porque sabía que esto podría darme una oportunidad de tener estabilidad», explica el psicólogo. Y es que, aunque gracias a sus buenas calificaciones y quehacer en su rama de conocimiento pudo acceder a una beca predoctoral del Ministerio de Ciencia que le dio un marco de estabilidad económica durante cuatro años, una vez acabó se vio sin posibilidad de seguir adelante. «He trabajado hasta en el Decathlon», insiste Moreno, que se siente feliz por poder emprender este nuevo reto en un entorno donde el paro es bastante bajo porque hay mucha necesidad de profesionales formados en las Islas.