«Injusta» y totalmente «desproporcionada». Así es como califica la restauración en Tenerife la decisión tomada esta semana por el Gobierno de Canarias para subir a la Isla al nivel 3, que trae aparejada el cierre del interior de los locales, reduce el aforo de las terrazas al 50%, limita a cuatro el número de personas por mesa y adelanta el cierre a las 23:00 horas. Unas medidas que han puesto en pie de guerra al sector, que exige al Ejecutivo de Ángel Víctor Torres que de marcha atrás y permita, al menos, la apertura del interior de los negocios y amplíe el horario. Los empresarios aseguran que esta nueva estocada a la actividad puede significar la ruina definitiva para muchos bares, restaurantes y cafeterías, que arrastran meses de pérdidas debido a la restricciones para frenar la pandemia, y critican que se vuelva a castigar a un sector que no es el principal foco de contagio.
«Creo que es inaceptable», recalcó Ramón Fariña, presidente de la Asociación de Ocio y Restauración de Tenerife (AERO), quien remarca que la hostelería «no es la responsable de los contagios», como así lo marca la trazabilidad que se está realizando. El representante de los empresarios tinerfeños sostuvo que el sector ha cumplido con las medidas que desde Sanidad se les han ido marcado, con higienización, manteniendo la distancia de seguridad y desde el pasado mes de abril llevando un registro de los clientes que son atendidos en el interior de los locales. Por eso, reclama al Gobierno canario una rectificación y avisa de que el sector está dispuesto a defender sus intereses en los tribunales si no se da marcha atrás.
El Consejo de Gobierno decidió el pasado miércoles elevar a Tenerife hasta el nivel 3 debido al aumento de la incidencia de casos de coronavirus, una medida que entrará en vigor este sábado. Se trata de la tercera vez que la Isla pasará a estar en rojo en el semáforo de restricciones. La primera se decretó el 19 de diciembre del año pasado y se extendió hasta el 16 de enero, la segunda se inició el 17 de marzo, prolongándose hasta el 4 de mayo y la tercera se iniciará este sábado 26 a las 00:00 horas y durará al menos 14 días.
Un nivel 3 que tiene especial incidencia en la actividad hostelera, que durante todas estas semanas ha tenido que mantener clausurado el interior de sus establecimientos, lo que para aquellos locales sin terraza y sin servicio a domicilio supone la obligación de paralizar por completo la actividad, al mismo tiempo que pone en serias dificultades a los miles de negocios que cuentan solo con unas pocas mesas en el exterior y al resto de bares, cafeterías y restaurantes que no podrán compensar las pérdidas que han sufrido durante los últimos meses.
El chef Alberto García Margallo, propietario del restaurante San Sebastián 57 en la capital tinerfeña, será uno de los que se verá obligado a bajar la persiana de su negocio, ya que no dispone de terraza en la que poder continuar su actividad de una manera adecuada. García Margallo califica esta decisión como «una condena» que se extiende a todo el tejido productivo. «Esto es una rueda, si yo cierro, afecta a mis trabajadores y también a los proveedores», recalca.
La decisión del Gobierno canario «supone un paso atrás en un sector que empezaba a recuperar paulatinamente algo de actividad, sobre todo en las zonas turísticas», lamenta Roberto Ucelay, presidente del Círculo de Empresarios del Sur de Tenerife. Asegura no entender cómo se vuelve a restringir la actividad en la hostelería pero «no en otros establecimientos con mucha afluencia» y argumenta que «se vuelve a perjudicar a la restauración sin tener pruebas científicas para ello», por lo que espera que las administraciones «cumplan» y las fuerzas y cuerpos de seguridad intensifique el control de aquellos ciudadanos que no respetan las normas en reuniones sociales.
Plan específico de ayudas
Además, Ucelay lamenta que se haya vuelto a decretar el cierre del interior de los locales sin que esto lleve aparejado un «plan de ayuda específico para la restauración», algo que asegura tendrán que implementar «si no quieren que muchos cierren de manera definitiva y se pierda uno de los pilares de la economía de Tenerife».
Para Carlos Quintero, vicepresidente de AERO, la decisión del Gobierno regional ha sido un palo para el sector, que desde algo más de un mes se había beneficiado de la ampliación del horario de apertura hasta las 00:00 horas. «Habíamos empezado a facturar, cogíamos ilusión para poner de nuevo el negocio en camino», valora.
Aunque reconoce la necesidad de que se tomaran medidas porque el nivel de contagios estaba incrementándose de manera importante en la Isla, «esperábamos que fueran en el ámbito familiar y social», donde según la información aportada por la Consejería de Sanidad, se están produciendo la mayor parte de los brotes. «Quizá pensábamos que se podría tocar los aforos, pero nunca decretar el cierre», incidió y por eso pide al Gobierno que recapacite.
Además, desde el sector se insiste en que una vez ha decaído el estado de alarma y por consiguiente el toque de queda, no habrá manera de controlar las reuniones de personas en la calle o en viviendas particulares, una vez cierren los establecimientos hosteleros a las 22:30 horas.
Así lo pone de manifiesto la Asociación Zona Centro Santa Cruz, que ayer trasladó la profunda decepción de que ha sentido el colectivo empresarial de la capital tinerfeña tras conocerse una decisión que supone «la ruina total para un sector que ha sido y es la diana de todas las limitaciones».
La asociación quiso también poner sobre la mesa que las perspectivas que se presentan para el tejido productivo de la Isla en las próximas semanas son «muy oscuras», ya que el efecto arrastre que tienen estas medidas hace que sus consecuencias se trasladen al resto de sectores. «El tejido empresarial de Santa Cruz está fuertemente entrelazado», por lo que acabará afectando al comercio y el sector servicios.
Resto del tejido económico
Unas restricciones que tendrán su efecto en el turismo, como así lo manifestó Jorge Marichal, presidente de la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro (Ashotel), también contrario a la decisión tomada por el Gobierno. «Se está criminalizando a un sector muy controlado», en lugar de tomar medidas en el foco donde se están produciendo verdaderamente los contagios «las aglomeraciones y las fiestas ilegales».
Marichal incidió en que los empresarios han invertido tiempo y dinero en «adaptar sus negocios a las medidas de salud y seguridad, para que ahora estemos pagando por quienes no cumplen y participan en aglomeraciones y botellones en espacios abiertos», lugares en los que «hasta ahora parece que no se han tomado medidas».
De esta manera, el también presidente de la patronal hotelera nacional se mostró de acuerdo con la postura que el presidente del Cabildo de Tenerife, Pedro Martín, sostuvo a principios de esta semana pidiendo al Gobierno de Canarias evitar el cierre del interior de la hostelería, al entender que los contagios se están produciendo en reuniones no controladas, que cada fin de semana se producen en espacios públicos.
«Si los contagios en Tenerife siguen igual no solo ralentizaremos la escasa temporada turística prevista para este verano en la Isla, sino que influiremos negativamente en el resto del Archipiélago», expuso Marichal, ya que los agentes turísticos de los mercados emisores toman como referencia la incidencia de la pandemia en toda la comunidad autónoma.
El sector de la hostelería insiste en que el Gobierno canario continúa sin explicar de dónde proceden los contagios en Tenerife y cuál es la razón de esa mayor incidencia respecto a lo que está ocurriendo en otras islas. Por lo que Ashotel insiste en solicitar a la administración un informe detallado que defina de forma concreta dónde se están produciendo los focos en Tenerife y por qué se está produciendo un aumento de los contagios.