Muchas han sido las consecuencias que ha dejado tras de sí la pandemia. El incremento de los problemas relacionados con la salud mental ha sido uno de los principales caballos de batalla a los que se ha tenido que enfrentar la población desde el comienzo del confinamiento. En este sentido, el foro Salud que suma también se centró en esta realidad. Ramón Guerrero alertó que «hay que seguir poniendo el foco en los seguros de salud mental para tratar de mejorar la vida emocional de las personas» y recordó que Sanitas ha realizado estudios en este sentido que demuestran que, en 2020, el 37% de los españoles consideraba que la pandemia había afectado en su salud mental. «Esos datos nos deberían invitar a tomar medidas y generar productos y servicios para cubrir estas necesidades». Por su parte, César Morcillo reconoció estar impactado ante el incremento de consultas en psicología y psiquiatría a este respecto y recordó que las consultas de psicología «son la segunda especialidad más demanda por videoconsulta». Por eso, Sanitas ha puesto a disposición de los usuarios un servicio médico, «que está funcionado muy bien», con más de 7.000 sesiones de mindfulness automatizadas a lo largo de todo este tiempo.

Natacha Sujanani alertó de que también los profesionales médicos están sufriendo estos problemas de salud y, además, a ellos «les cuesta mucho pedir ayuda». «La población general también lo sigue sufriendo porque está padeciendo restricciones que no alcanza a entender, a lo que se unen preocupaciones financieras o por el futuro laboral», relató la gerente del Hospital La Candelaria quien recordó que este «aumento de los trastornos del espectro neurótico son comprensibles y una manera normal de reaccionar».

Sin embargo, añadió una nota de optimismo al referenciar que en los últimos tiempos las tasas de suicidio han disminuido notablemente en España, donde eran especialmente elevadas, puesto que se ha demostrado el daño que hace la soledad, y haber tenido que pasar tanto tiempo encerrados en casa junto a otras personas ha ayudado a reducir estas cifras. «Nos queda mucho por avanzar porque aún existe un alto índice de estigmatización con respecto a enfermedades mentales y cuesta pedir ayuda, por lo que es fundamental establecer programas transversales, tanto para la sociedad en general como para los profesionales médicos, para cuidar a las personas que nos han cuidado», concluyó.