El Día de las Fuerzas Armadas se convirtió este mediodía en todo el territorio nacional en un breve reencuentro social para reconocer la labor del Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, la Unidad Militar de Emergencias (UME) y la Guardia Civil. La pandemia por el covid-19 obligó a suspender los actos el pasado año y este los ha limitado de forma considerable. Por directrices del Ministerio de Defensa, la celebración se redujo a la mínima expresión, con el izado de la bandera y el homenaje a los soldados de todos los tiempos caídos por España.

En Tenerife, el evento se celebró ante la fachada del Palacio del Cabildo insular, con la presencia de diversas autoridades civiles y militares. Fue seguido por unas 200 personas de todas las edades, muchas de ellas en familia, que disfrutaban ayer de un paseo por Santa Cruz bajo un sol veraniego. Estuvo presidido por el teniente general Carlos Palacios Zaforteza, jefe del Mando de Canarias y representante institucional de las Fuerzas Armadas en el Archipiélago, al que acompañaron los generales de los tres ejércitos y el de la Guardia Civil, Juan Miguel Arribas.

Integraron la Unidad de Honores una representación del Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, así como de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS número 8) de la Guardia Civil. Estos profesionales formaron hacia la Plaza de España. La bandera española, llevada por un representante de cada colectivo, partió desde la calle General Gutiérrez y se izó en un mástil situado cerca de la Avenida Marítima, mientras sonaba el himno nacional.

En el acto protocolario estuvieron el alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez; el subdelegado del Gobierno, Javier Plata; el consejero de Seguridad y Justicia del Gobierno canario, Julio Pérez; el diputado del Común, Rafael Yanes, así como el jefe superior de la Policía Nacional en las islas, Rafael Martínez López, y el comisario provincial de la Policía Nacional en Santa Cruz de Tenerife, Ignacio Badenas Gil de Reboleño.

A continuación se llevó a cabo el homenaje a los caídos, al ritmo del siempre emotivo himno La muerte no es el final. La corona de laurel fue transportada por dos militares vestidos con uniforme de finales del siglo XVIII pertenecientes al Regimiento de Artillería de Campaña número 93.

A la llegada al monolito, el teniente general Palacios Zaforteza invitó a que los dos embajadores de la Marca Ejército en Tenerife presentes en el acto, el periodista José Carlos Marrero y la editora Eva Cervera, colocaran el símbolo en el espacio habilitado para el mismo.

Después, la Unidad de Honores salió hacia la calle Bravo Murillo e inició el desfile en la Avenida Marítima, que se desarrolló bajo el acompañamiento del pasodoble Islas Canarias y volvió a pasar ante las autoridades civiles y militares, así como ante los ciudadanos que contemplaron el acto y agradecieron el gesto con aplausos.

Tras el evento, Carlos Palacios Zaforteza manifestó que hoy fue un día de reconocimiento de la labor de las Fuerzas Armadas, después de la actividad llevada a cabo en los años 2020 y lo que va de 2021, «que han sido muy intensos». El teniente general explicó que fue «un acto pequeño, sin demasiada presencia de autoridades» y al que no se le quiso dar demasiada difusión, debido a las limitaciones a las que obliga la pandemia.

Según el jefe del Mando de Canarias, durante el pasado año se llevó a cabo «la operación Balmis, el mayor esfuerzo de las Fuerzas Armadas en tiempos de paz para salvar vidas». Comentó que siente «una gran satisfacción» por dicha intervención, entre otras cosas porque él estuvo al frente del Mando Componente Terrestre durante la misión a nivel nacional, en lo que se convirtió en ejemplo de apoyo a la sociedad.