Los fontaneros del Hospital Universitario de Canarias (HUC) retomarán este lunes su prometida huelga indefinida al no haber cumplido la gerencia del centro con ninguna de las promesas que realizó en una reunión celebrada a mediados de abril. El colectivo comenzará el próximo lunes a hacer paros intermitentes desde las 7 de la mañana hasta las 2 de la tarde. Cada paro durará una hora con otra hora de trabajos consecutiva.

El conflicto dinamitó por el acoso laboral que los trabajadores aseguran estar sufriendo por parte del coordinador del servicio. «Nos machaca, nos chilla y da golpes en la mesa», narra el representante del comité de huelga, Cesáreo Javier Martín, que asegura que durante este tiempo, esta situación no ha cesado.

En un primer instante, el hospital mostró su disposición de estudiar el caso con el objetivo de «encontrar soluciones» a los problemas planteados en aquel momento en el preaviso de huelga, entre los que se encontraban menciones a la organización y gestión del trabajo, la planificación en las tareas diarias, el adecuado mantenimiento de las condiciones de trabajo, y la búsqueda de un compromiso para que se sustituyan las bajas de los compañeros.

«Llegamos a un preacuerdo que nunca se ejecutó», asegura Martín. En el encuentro con la Gerencia, esta se comprometió a resolver tanto la denuncia por acoso laboral que cae sobre el coordinador –interpuesta por el propio Martín– como la evaluación psicosocial del servicio por parte de Riesgos Laborales en el plazo de un mes. Mientras tanto sería el Jefe de Sección y no el Coordinador quien continuara planificando el trabajo y dando las órdenes directamente al personal de fontanería.

Pero no ha ocurrido. «El coordinador ha seguido dándonos órdenes durante este tiempo, y dudo que nadie le haya dicho que debía apartarse», insiste Martín, que recalca que la mayoría de problemas que existen en el servicio surgen del maltrato del coordinador del servicio a los trabajadores. Además, la Gerencia decidió, sin previo aviso, anular el expediente de acoso porque «alguien del Comité no debía estar». Cesáreo Martín asegura que esta circunstancia solo «alarga el proceso» y que está estudiando la posibilidad de acudir a los juzgados. «Estoy cansado, hay mucho estrés y la gente está tensa», incide. Por su parte, al ser consultado, el centro decidió no hacer declaraciones al respecto.