El ‘Kraken’ llegó al Puerto de Santa Cruz de Tenerife el pasado 10 de mayo y desde entonces no ha parado de limpiar las costas de la Isla y dar charlas de sensibilización a escolares y asociaciones locales. Ayer, la directora general de Juventud del Gobierno de Canarias, Laura Fuentes, visitó el velero.

Marsella, Islas Baleares, Cartagena, Gibraltar y Madeira, este es el recorrido realizado por el velero Kraken, de la ONG Wings of the Oceans, antes de atracar en el Puerto de Santa Cruz de Tenerife el pasado 10 de mayo. Este velero francés surca los océanos para liberar a las playas de los residuos plásticos que se acumulan en ellas por la acción de las corrientes.

Durante las tres semanas que los treinta voluntarios que componen la tripulación del barco llevan en la Isla, no han parado de hacer recogidas de basura y charlas de sensibilización para escolares y asociaciones tinerfeñas, además de haber colaborado con varias ONG locales. Ayer, la directora general de Juventud del Gobierno de Canarias, Laura Fuentes, visitó la embarcación junto con un grupo de alumnos de secundaria del colegio lagunero Declory, inscritos en el proyecto Interac. Fuentes ha destacado la importancia de estas acciones en la preservación de las costas canarias y en la educación ambiental de los jóvenes. Además, “plasma el compromiso de Canarias con los objetivos de desarrollo sostenible y supone un intercambio cultural muy bonito”. Después de abandonar Tenerife, Kraken pasará por La Gomera y El Hierro, antes de abandonar el Archipiélago.

Indiana Lavinal y Cianan Cauchies son dos de los voluntarios embarcados. Lavinal tiene 32 años y colabora con Wings of the Oceans desde hace casi tres. Cauchies, de 23 años, es la último fichaje del grupo, se incorporó a la tripulación hace a penas unas semanas. El joven reconoce que sintió que tenía que hacer algo por el medio y como no trabajaba ni estudiaba decidió sumarse al voluntariado de esta ONG. Sin embargo, aunque pueda parecer incompatible ser estudiante o trabajador y colaborar en el Kraken, algunos de los tripulantes se preparan para ser marineros profesionales y aprovechan esos meses en el mar para completar su formación.

La conservación por el medioambiente es lo que une a este grupo de franceses y lo que los motiva a embarcarse durante ocho meses en un velero en el que tienen que convivir en camarotes diminutos sin ver a sus familiares, para limpiar las costas de diferentes puntos del globo. Concienciar a los más pequeños es la tarea principal, porque tiene claro que ellos no salvarán el mundo, pero “puede que la siguiente generación sí lo haga”, asegura Lavinal.

Uno de los principales problemas de la contaminación de los océanos, según estos franceses, son los ríos, porque la basura que se tira a los cauces es arrastrada por la corriente hasta el mar y se forman islas de plásticos muy difíciles de eliminar, debido a que son móviles y, otras veces, los deshechos se hunden.

Los microplásticos son los residuos más abundantes y menos visibles. “Parecen conchas de todos los colores, pero cuando te acercas te das cuenta de que es plástico”, explica Cauchies. Estos restos se recogen filtrando la arena con un tamiz. Según Cauchies, en diez o quince minutos se puede llenar un cubo, pero limpiar toda la playa puede durar años, porque pueden encontrarse microplásticos hasta en un metro de profundidad. Otro residuo estrella son las colillas que, a pesar de su tamaño, cada una puede llegar a contaminar 500 litros de agua.

Además de las costas isleñas, Wings of the Oceans realizó una recogida en el barranco de Santos, en la capital tinerfeña, uno de los lugares más contaminados de las localizaciones a las que se han desplazado, junto con las playas del sur. Durante las limpiezas en la Isla se han recogido cientos de kilos de desechos, miles de colillas y se han encontrado zonas con restos de petróleo.

Sin embargo, la acción más importante todavía está por llegar. Este sábado, 29 de mayo, se realizará una macrorrecogida en la playa de Las Teresitas, Limpieza de playa, más música y picnic, que comenzará a las diez de la mañana y se alargará hasta las cinco de la tarde. El evento se organiza como despedida del Kraken, que zarpará rumbo a La Gomera y a El Hierro para después volver a Francia. En él colaborarán diferentes asociaciones locales en la lucha por el clima como Terramare, Ecoimplicados, Ecofest o Kms verdes.

“La idea es que volvamos cada año y siempre colaborar con las mismas ONG de aquí, para crear una comunidad”, explica Lavinal. Este es el segundo año que Wings of the Oceans llega a Canarias, tras su creación en 2018 y la obtención del barco, porque en 2020 tuvieron que cesar la actividad. El poco recorrido, les impide hacer aún evaluaciones sobre las cantidades de plásticos recogidos anualmente, pero seguirán creciendo y “dentro de diez años igual tenemos diez barcos como este”, espera Cauchies.

Wings of the Oceansnació hace tres años con el objetivo principal de conseguir una embarcación para controlar la contaminación del océano y sus costas y reducir su impacto ecológico. Ese mismo año adquirieron el Kraken, que inicialmente fue un arrastrero de pesca holandés construido en 1974. Actualmente cuentan con dos veleros más a su disposición, el St Amour y el Amadeus, que albergan a la tripulación encargada de limpiar el L’etang de Berre y la costa mediterránea, respectivamente. Además, realizan acciones de sensibilización en tierra.

Toda las acciones se enfocan a reducir la contaminación a través de la concienciación social, mientras eliminan la actual, porque, en palabras de Lavinal, “el mejor residuo es el que no existe”.

Más allá de la visita que realizó ayer un grupo de alumnos del Colegio Decroly de La Laguna, la experiencia vivida en el Wings of the Oceans ya es una lección de vida para cuidar el medio marino