Canarias afronta desde anoche su primer fin de semana sin toque de queda después de cinco meses amparada bajo su paraguas. Este fin de semana ha sido considerado por dirigentes, empresarios y expertos como uno de los periodos más críticos en el desarrollo de la pandemia, pues la mayor libertad que se está concediendo a los ciudadanos puede derivar en que la población decida retomar las aglomeraciones, quitarse la mascarilla o abrazar a desconocidos, como ya se pudo ver en algunas ciudades españolas durante semana pasada.

Durante este periodo de descanso, la supresión del toque de queda no es la única novedad. Canarias también quiere intentar mitigar la necesidad de la población por reencontrarse, aliándose con la hostelería, para así evitar que lo hagan sin la protección adecuada. Para ello, ha abierto la mano con el sector y les ha permitido abrir sus puertas una hora más en nivel de riesgo 2 –donde se encuentran Tenerife, Gran Canaria y Lanzarote–, es decir, hasta medianoche. De esta manera, «se establece un sitio seguro para la población», como contempló Ramón Fariña, presidente de la Asociación Empresarial de Restauración y Ocio de Santa Cruz de Tenerife (AERO), que recuerda que en todos los locales de restauración se deben seguir unas normas básicas para combatir el virus: de limpieza del local, obligatoriedad de mascarilla así como de aforo y de número máximo de comensales por mesa. «La hostelería debe ser parte de la solución y no el problema», insistió.

A la caza de los botellones

Tan solo un día después de que el vídeo de un botellón entre jóvenes en la playa de Las Canteras (Gran Canaria) causara estupefacción y rabia entre gran parte de la población, el sector de la hostelería quiso hacer una llamada a la responsabilidad. «Hay que tener paciencia y aguantar un poco más, la vacunación sigue adelante a buen ritmo y ya vemos la luz al final del túnel», señaló Fariña. El representante del sector hizo hincapié en lo necesario que resulta en estos momentos «aguantar». Porque a pesar de haber logrado tener algo más de libertad gracias al avance de la vacunación, si en estos momentos se comete el error de pensar que el virus no sigue en las calles «todo el sufrimiento no habrá servido para nada», aseveró.

En este sentido también se manifestó Carlos Quintero, vicepresidente de AERO quien apeló al «sentido común». «Si lo hacemos bien, a lo mejor al final de verano podremos organizar algo; hay empresas de conciertos, festivales y discotecas que llevan un año y tres meses en blanco», recordó Quintero. «Como se nos vaya la pinza la normalidad va a tardar mucho más y corremos el riesgo de morir de hambre», alegó Fariña. «Quizás no te contagies, pero puedes provocar que la recuperación económica llegue mucho más tarde», aseveró. «Si tenemos un poco de cabeza, empezaremos antes a trabajar y pronto retomaremos la normalidad», concluyó Quintero.