La Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias ha ampliado desde este lunes y hasta el 31 de julio el control obligatorio de pruebas COVID-19 a viajeros nacionales que lleguen a las islas, según indica en un comunicado.

Cuando un pasajero llega a Canarias procedente de otra región del territorio nacional, debe entregar un certificado de una prueba negativa en los puestos de control establecidos para tal efecto por la Consejería de Sanidad en los aeropuertos canarios que reciben vuelos nacionales.

Esta nueva prórroga es efectiva desde este lunes y es "una medida necesaria para continuar con el control y contención de casos importados de coronavirus en viajeros procedentes de otros puntos del territorio nacional y mientras se acelera el ritmo de vacunación contra la COVID-19", afirma la Consejería en un comunicado.

Desde su implantación, el 18 de diciembre de 2020, el cribado a los pasajeros que entran a Canarias desde el territorio nacional "ha sido una medida efectiva para el control de la pandemia, con un 87 por ciento de viajeros que han aportado una prueba negativa", se añade en la nota.

Los viajeros que realicen transbordo de aeropuerto entre islas deben acudir al control del primer aeropuerto en el que desembarquen para presentar su certificado de prueba diagnóstica negativa.

Asimismo, los viajeros que no presentaron el certificado, o que el mismo no fue validado, quedan identificados, registrados y son emplazados a realizar aislamiento hasta obtener el resultado negativo de una prueba diagnóstica en destino.

Las pruebas diagnósticas de infección activa admitidas, a elección del pasajero, son PCR, test rápidos de detección de antígenos y Amplificación Mediada por Transcripción (TMA).